25 jul 2020

Curiosidades de la historia


LA DERECHA Y LA IZQUIERA UNIDAS JAMÁS SERÁN VENCIDAS...
Curioso.

En términos reales, la reacción del congreso ante el tsunami social del 10%, con más del 80% del país a favor de este retiro de capitalización individual, arrasó con la tozudez gubernamental, con las aprensiones del empresariado y de los dueños de la poderosa industria de las AFPs que desplegaron enormes recursos y esfuerzos para impedir su aprobación. El tsunami social se levantó con tal fuerza que todo lo que se cruzase por delante sería inevitablemente arrastrado, clase política, incluida.
En marzo del año 2017 el tsunami social en contra de las AFPs dió su primera gran señal de descontento masivo. Gobernaba la centroizquierda y la presidenta envió al Congreso iniciativas fundamentales que recogían parte sustancial de las demandas. Pero la derecha, obstinada, no acogió tales ideas. Y desde la propia centroizquierda, con franqueza, hubo sectores dudosos....
¿No vieron lo que se venía por delante? ...


Así lo entendieron senadores y diputados de la coalición gobernante, varios de ellos irritados (y mucho) con el gobierno por diversas situaciones. Lo entendieron también los legisladores de la aún dispersa centroizquierda y de todos sus partidos. Y senadores que osaron poner "racionalidad" al debate, que temprano -por ejemplo- en un día previo a las decisiones del senado propusieron poner alguna sensata condición a los grupos ABC1 que efectivamente recibirán un regalo financiero excepcional, hacia la tarde de ese día y luego de la ofensiva ciudadanía radical e incluso extrema en las redes sociales y de cuanta declaración que apareció en el camino fustigándolos duramente, tuvieron que cambiar rápidamente de opinión, sumarse a la mayoría, votar a favor del 10% sin condiciones e incluso guardar silencio. 

La derecha (llamada ahora "social") y la centroizquierda actuaron unidos. Y seamos claros: sin los votos de esa derecha activa en favor del 10%, la centroizquierda y el país no habrían progresado en este propósito. Y así, ésta es una de las ocasiones en que ambas expresiones políticas actuando unidas ante un tema controvertido, aunque en un sentido parcial por parte de los votos de derecha, unidos - reitero - lograron definir una respuesta categórica ante la porfía del gobierno, que no logró entender a tiempo lo que está sucediendo en Chile.

¿Significa esto el quiebre de la derecha? ¿La caída del Gobierno? ¿El nacimiento (ahora si) de una centroizquierda unida? No, necesariamente, y veamos.

1.- El gobierno y la derecha conservadora dura cuentan todavía con 20 meses de gobierno. Es un tiempo razonable para remontar con una acertada estrategia los puntos necesarios para asegurarse su continuidad. Esto requiere, a partir de esta crisis, instalar "panzer" de verdad en el comité político ministerial. El ministro Blumel fue claramente superado por los hechos y perdió capacidad de maniobra.No es un interlocutor apropiado ni siquiera para gran parte de su coalición. El ministro secretario general de la presidencia, digamos, no alcanzó a desplegar su potencial en esta crisis o simplemente tampoco entendió lo que debía hacer y una vocera, defendiendo lo indefendible o explicando lo inexplicable, aparece como demasiado evidente que su rol no es empatizar con la sociedad  y sus dilemas sino dejar bien puesto al gobierno por muy mal que esté siendo percibido sin importar el precio.

El gobierno necesita hoy un presidente que se vaya distanciando del rol mediático omnipresente, y que ejerza de verdad como Jefe de Estado y líder de coalición y no como presidente de curso. Y el comité político requiere cambios potentes, con políticos más avezados, dialogantes y capaces de sostener el edificio gubernamental y reparar ya las fallas de estructura política que se han producido desde el estallido social, la pandemia y sus muertos y miles de contagiados y la incertidumbre social y ahora con esta derrota en su estrategia de defender la industria de las AFPs, bastión del modelo, ícono del sistema  económico neoliberal, legado del pinochetismo, etc. Todo, sólo para enfrentar la tarea de remontar este corto período amargo, en donde en menos de dos semanas el gobierno sufrió tres derrotas políticas monumentales.

"Hemos salido fortalecidos": típico.

En un segundo aspecto, la derecha en general -conservadores y moderados- son muy pragmáticos. Sus derrotas no son para siempre ni perpetuas. Se recomponen y lo hacen rapidito.

En la ecrucijada de estas semanas y días sus parlamentarios "díscolos" respondieron, no sin cierto temor, al tsunami social del 10%. Los que se cruzaron por delante (Allamand y corifeos) fueron simplementes arrasados. La imagén  de la senadora Van Rysselbergher (UDI) que viralizó en las redes sociales, en la noche en  que el senado remató el 10%, desconcertada o sencillamente triste y resignada en un rincón del hemiciclo, demostró que ésa noche fue demasiado amarga para la derecha dura y para el gobierno. Y cuando el presidente puso su firma en la reforma constitucional y promulgó el 10%, el mundo duro, conservador no perdonará esa imagen.

No obstante, pasados unos cuantos días y varias semanas (que creo que serán breves), en la derecha veremos un transcurrir intenso de reuniones de diálogo, conversaciones en La Moneda.... Seguramente algunos relevantes desayunos privados y diálogos muy reservados  para evaluar cómo reaccionar a estos desmanes estratégicos, poner proa al gobierno y hacer entender al presidente que ya no más, y poner a sus mejores hombres y mujeres en el comité político y luego, podremos ver la típica "foto de amistad", de los más altos personeros de Chile Vamos, con la típica expresión: "De esta crisis hemos salido fortalecidos". Por cierto, detrás de esta foto estará presente (en bambalinas) el mundo empresarial y financiero que asegurará que dicho "fortalecimiento" esté debidamente respaldado y consolidado, puesto que desde su mirada, un fenómeno como el del 10% nunca más puede volver a ocurrir....  Al final de cuentas, lo que interesa es mantener y acrecentar el poder municipal, intentar ganar la convención constituyente, ganar gobernadores y parlamentarios y, por cierto, asegurar un tercer período presidencial y ahora si, ir a la revancha y asestarle a la centroizquierda un contundente y nuevo revés presidencial. En bambalinas, el mundo conservador "estratégico" cuenta con la reserva de un candidato potente que en esta crisis no sufrió prácticamente ningún rasguño y santificó a los díscolos de su coalición. Bueno. Por decirlo de un modo.

¿Muy crudo el esquema? Nunca tanto. La clase política, en general, ha dado grandes lecciones en estos 30 años de cómo funciona la realpolitik: conversaciones siempre reservadas, consensos, acuerdos, negociaciones: ganas tu, gano yo, todos ganamos... Y esto es así en todos los regímenes políticos conocidos y no tiene porqué sonar tremendo.  

Lo que no debiera ocurrir entre nosotros, creo yo, es alentar la idea (ilusoria en mi concepto) de que estas derrotas actuales del gobierno, la crisis temporal de Chile Vamos, la irrupción de parlamentarios díscolos en sus filas (y aquí lo fueron de verdad y no como los políticos díscolos con elástico), serían la señal irrefutable de que la derecha se ha fracturado como una autopista en tiempos de terremoto, o que la caída del gobierno es casi inminente o que al menos, su pretensión de un tercer período presidencial se ha fragilizado... Nada de eso. Humo. Ilusión.


"Los dueños de Chile sonos nosotros, los dueños del capital y del suelo. Lo demás
es masa influenciable y vendible; ella no pesa ni como opinión ni como prestigio".
Eduardo Matte Pérez, fundador del Banco Matte (1892)

Téngase presente. 
El mundo empresarial y financiero no permitirá nuevas derrotas de esta magnitud. Ya se resignaron a la pérdido de ciertos intereses en la industria de las AFPs : la liquidez del 10% es un porcentaje importante de su caudal de recursos, capitales y propiedades en Chile pero no es una pérdida abrumadora, que altere de manera fatal su poder financiero. Con sus bien dotados buffets jurídicos y centros de estudio especializados, el empresariado chileno ya está analizando los escenarios A, B y C de cómo adaptarse, eventualmente, si el tsunami del 10% sigue adelante con una reforma total del sistema previsional. Tengamos presente, además, que todos los tsunamis tienen un tiempo de vida. Este empresariado moverá sus piezas fundamentales para lograr que los díscolos dejen de serlo, que el presidente aproveche mejor sus siguientes 20 meses y buscarán "recomendar" aquellos cambios necesarios en la instancia política de gobierno para conducir la recuperación de la crisis y caminar hacia lo esencial: ganar el gobierno en la elección presidencial del 2021 y comenzar ya, a clavar las primeras estacas, con la elección municipal. Esta elección demostrará si la derecha logró recomponer sus confianzas internas. El mundo financiero y empresarial tomará la batuta con más firmeza en Chile y buscará "digitar", ya, los siguientes 20 meses del gobierno y consagrar con su gracia al futuro presidente de una derecha "social". Y recursos para esto no le faltan. De todo tipo. 

2.- ¿Y la centroizquierda? Mantiene sus actuales bloques dispersos: Frente Amplio, Unidad para el Camino, Convergencia Progresista, PDC y otros, menores. Todos, autoencandilados. Sus actuaciones unitarias han sido breves, especialmente ante proyectos legislativos relevantes, en donde -por lo demás- lo insensato habría sido oponerse (acuerdo del 15 de noviembre, ley de paridad de género, 10%, mañana escaños indígenas....otros). 

Las leyes que tienen implicancias sociales positivas para el país logran la votación favorable de estos bloques. Su punto de diferencia radica en dos aspectos al menos: uno, de tipo ideológico y otro de carácter electoral. El FA se muestra como una fuerza innovadora y lejana de la clase política tradicional y repele, en cierto modo, todo lo que huela a concertación y nueva mayoría. Tuvieron un inesperado resultado electoral en la última elección presidencial y alcanzaron una cuota apreciable de parlamentarios proyectando la idea de una fuerza política seductora, nueva, glamorosa,  energética con sus asambleas horizontales, innovadora, juvenil, poética, épica, diversa, capaz de absorver a todos los desencantados de la alegría que viene.... Nada. 

En menos de lo que canta un gallo, aparecieron las grietas, las diferencias y hasta las renuncias. El FA de ayer, que comenzó con una gran cantidad de organizaciones y colectividades inscritas, como el Partido Humanista y otros grupos y que emergió seductoramente sufrió las fracturas que coaliciones más sólidas en la historia política de Chile solo conocen después de un largo período de desarrollo. Pero sigue en pie, y de manera potente y desde el sitial electoral que posee fustiga duramente a la "política tradicional" y busca convencer al país que ellos (e incluso sólo ellos) representan el futuro de la centroizquierda en Chile...Y más aún, de la izquierda misma.

De los que están en el "pasado", el PDC es probablemente el más afectado. Se vive todavía con la ilusión de ser un "partido bisagra" es decir, que en cuanto depositario de la confianza del centro ciudadano (cuestión que se ha ido debilitando muy progresivamente) pueden inclinar la balanza de los acuerdos en un sentido u otro. Pero el PDC de hoy no es el mismo de hace cinco años o diez o veinte. Ya quedó muy atrás la insignia de la "Patria joven". Y esto es percibido por toda la sociedad chilena.  Y desde la izquierda tradicional, el Partido Comunista que formó parte de la Nueva Mayoría y cumplió un importante rol en el segundo gobierno de la presidenta Bachelet, restableció también una suerte de camino propio. Cuando el PC forma parte de coaliciones de gobierno es un partido con vocación de poder y ejerce de manera eficaz sus tareas. Pero basta ese pasado reciente para que el FA lo tenga críticamente en la mira, motivo -entre varios otros- que lleva al PC a formar su propia coalición (Unidad para el cambio) y desde ahí recuperar y ejercer un rol social y político de liderazgo bajo su hegemonía. Pareciera ser que el PC ya sabe o percibe que pasarán algunos años antes de retornar a un gobierno progresista y las metas principales han de ser entonces el poder local y el parlamento y el senado, además de los movimientos sociales.

La Convergencia progresista (CP) es una idea que surgió desde el PPD, partido que logró convocar al PS y al PR para sumar esfuerzos con la idea de colaborar en la consecución de un proyecto unitario de la centroizquierda. El FA recela muchísimo más de este sector en quien personifica la historia crítica y las sombras de la concertación y de la nueva mayoría, además de señalar que la CP representa un pasado teñido de añejo....  Tal vez, el FA todavía no le brinda suficiente atención al hecho de que el PR, el PPD y el PS, de acuerdo a la última elección parlamentaria, con el bloque "La fuerza de la mayoría", obtuvieron un 19,5% en la elección parlamentaria, con 35 parlamentarios y el FA obtuvo un 16,5% con 20 parlamentarios, que hoy se redujo a tan solo 15, con la renuncia del Partido Humanista al FA y de sus cinco diputados... Y que esos tres partidos suman décadas de historia. Entonces, si de correlaciones de fuerza se tratase, lo razonable sería pensar que dado que ninguna coalición política, nunca, es totalmente virgen o moralmente superior en ningún sentido, el FA debería pensar que su propio destino político depende -sustantivamente- de una mayor unidad de toda la centroizquierda. El PPD, junto al PS y el PR, en ese sentido cuentan con un importante grado de consecuencia en la búsqueda de esta unidad.


En síntesis: el gobierno se cruzó por delante del tsunami social del 10% y fue arrastrado sin ninguna consideración a una crisis importante. El mundo conservador también se cruzó y debió resignarse. La derecha gubernamental se dividió y mostró una severa fractura. Pero sus edificios no se han derrumbado ni se derrumbarán: el gobierno tiene 20 meses por delante y es un tiempo en que se pueden hacer muchas cosas. Si son perspicaces, deberán instalar un comité politico contundente en La Moneda y el presidente ya puede ir pensando en un retiro digno y enfuturas conferencias internacionales y gozar su jubilación de los escenarios del Estado y  con apariciones más distantes, en tanto el protagonismo del liderazgo de una "derecha renovada" debería ser instalado con una transición y predominio más efectivo para allanar los caminos del candidato evidente.  La coalición de Gobierno, limará sus asperezas en un breve tiempo hasta la ansiada "foto mercurial de la unidad" en primera plana y con un amplio despliegue noticioso. No sé si con las manos en alto saludando al país o simplemente con una sonrisa...Todo esto es cuestión de tiempo y el mundo empresarial y financierao se ocupará vitalmente de que todo esto sea en breve tiempo, antes de la siguiente derrota del 25 de octubre, para enfrentar ese escenario en mejores condiciones, aminorar sus efectos y aguantar de manera más sólida otro revés político que apuntará esta vez a la arquitectura institucional de la constitución todavía pinochetista (porque algunas reformas se han hecho, pero no han sido suficientes).


Los dilemas de la centroizquierda en Chile para encontrar un camino de unidad.
Al frente, la dispersión de la centroizquierda implica todavía un largo y muy complejo tiempo de espera, que en todo caso, va en contra de sus mejores aspiraciones. Y no será suficiente sacar cuentas anticipadas. El más probable triunfo de la nueva constitución en el plebiscito del 25 de octubre (y convención ciudadana) no será necesariamente -como se dice- "el triunfo emblemático" del progresismo y que lo será en muchos aspectos, pero no estrictamente.

El triunfo del 25 de octubre será más bien la victoria del sentido común del país que, al igual que en el caso del 10% simplemente se cansó de una institucionalidad que hoy es totalmente insuficiente para proyectar una sociedad mejor. Que se cansó de los abusos. Un país que se cansó de las instituciones. Se cansó de los políticos y de sus partidos. Se cansó de tener que seguir esperando... Si. El triunfo que todos esperamos en el plebiscito del 25 de octubre será un triunfo de la sociedad chilena y no necesariamente gracias a una determinada coalición. Será la victoria de na sociedad que le dirá a la clase política: "Mire. Ahí le entregamos un resultado en bandeja. ahora hagan lo que tienen que hacer y háganlo bien".  

La centroizquierda debe cumplir hoy y mañana de mejor manera su tarea, y facilitar ese triunfo social y esa victoria ciudadana, entender los mensajes y encaminar con más fuerza y compromiso la unidad política y social de esta dispersa izquierda chilena y del centro político. El país quiere a los progresistas unidos. Perseverar en esto implica hoy un compromiso moral y un deber político fundamental. Y el PPD cuenta con esta vocación y convicción para ello. En esta pasada, al menos, el PPD no está sacando cuentas alegres. Está, de verdad, preocupado y ocupado de impulsar la unidad de la centroizquierda, aunque esta meta represente para nosotros alguna cuota de sacrificio político. 

Domingo Namuncura
editor



20 jul 2020

AFPs en la mira


NICOLÁS EYZAGUIRRE:
Frente a frente con el 10% en las horas previas
a una decisión trascendental en el Senado.

Diálogo con actualidadppd.blogspot.com


Ministro de Hacienda del presidente Ricardo Lagos, Ex director del departamento para el hemisferio occidental del Fondo Monetario Internacional; Ministro de Educación, Secretario General de la Presidencia y Hacienda con la presidenta Michelle Bachelet en su segundo período.  Economista, académico y consultor internacional y militante y dirigente en el Partido Por la Democracia, Nicolás Eyzaguirre Guzmán, es probablemente uno de los ministros más experimentados en el complejo tema de la administración de recursos del Estado y de políticas sociales relevantes en los últimos 20 años en Chile.

Apasionado de su tema y de la política, también ha incursionado en otras áreas como guitarra clásica y haber participado en su tiempo, en los años 80, en la fundación del conjunto folklórico Aquelarre. Cuando lo conocimos en esos años, quienes integrábamos el movimiento de DDHH, en más de una ocasión lo vimos en presentaciones del conjunto. En 1981, integró la Nueva Canción Chilena y con el recordado conjunto Santiago del Nuevo Extremo participó en la competencia folclórica del festival de Viña del Mar. 


Su primera militancia política fue en el PDC antes del golpe militar. Luego se integró a la Izquierda Cristiana y en otro momento formó parte del Partido Comunista. Luego de cumplir funciones en el FMI retornó a Chile y junto con Ricardo Lagos Escobar, quien ya estaba pensando en la idea de un gran partido por la democracia, optó por colaborar intensamente en este proyecto político y se integró al recordado Grupo de Estudios económicos-sociales, Vector, en donde se trabajaron importantes ideas para lo que sería más tarde a fines de los 80 el inicio de la transición democrática.

La actuación política y las reflexiones de Nicolás Eyzaguirre nunca dejarán del todo conforme a nadie en general pues es reacio -por disciplina académica- a seguir la corriente de turno en materia de ciencias sociales, políticas y sobre todo económicas. Esto hace muy valiosa su reflexión, pues uno siempre estará seguro que de alguna forma sus ideas, por contrastantes que sean, permitirán ese milagro necesario del conocimiento: abrir ventanas, aprender y debatir.

Es un agrado para este boletín de actualidadppd.blogspot.com, con ya más de cinco modestos años de existencia, contar con su opinión en estas horas y días previos a la gran decisión que todos esperamos en el Senado.


Entremos de inmediato en el nudo de lo que el Senado deberá resolver el próximo miércoles 22 de julio: ¿Si tu fueras miembro de la cámara, tu voto sería a favor del retiro del 10% de fondos acumulados en AFPs? ¿Sería en contra? ¿Pondrías condiciones? ¿Porqué?

Sería a favor, porque las alternativas que ha dispuesto el gobierno son lentas y carecen de universalidad. Hasta hace poco habría insistido en mejorar las alternativas, que las hay y creo mejores, pero ya ha pasado demasiada agua debajo del puente y la necesidad de miles de compatriotas no puede seguir esperando.

A lo largo de varios años el tema de las AFPs se ha desarrollado críticamente en la ciudadanía y a partir de la gran movilización del 2017, el rechazo a esta industria creció de manera muy extendida y explosionó masivamente a partir del estallido social del 2019. ¿Cuáles son las razones por las cuales se ha generado este proceso de cuestionamiento tan profundo a este sistema?

Las razones son múltiples. La primera es que es un modelo que le fue impuesto en dictadura a la mayoría de los cotizantes, por lo que adolece de ilegitimidad de origen. Se dirá que han pasado tres décadas en democracia y no se ha cambiado. Aquello es una verdad a medias. Se han introducido cambios, siendo el pilar solidario implementado en el primer gobierno de la presidenta Bachelet el más importante. También se ha logrado legislar para introducir competencia y bajar las comisiones, así como para mejorar la rentabilidad de las inversiones. Los cambios más de fondo, esto es, aquellos que buscan un modelo mixto donde aporten el Estado, los empleadores y los trabajadores, con elementos de solidaridad en aportes y beneficios, así como en rasgos estructurales del modelo de administración de cuentas y saldos, se han intentado infructuosamente, habida cuenta del alto quórum que tiene la ley de seguridad social para ser modificada.

La segunda razón es que las pensiones son realmente miserables contrariamente a lo que prometieron los autores de este sistema. Si bien concurren a la explicación de esa realidad factores paramétricos como la baja tasa de cotización, la mayor expectativa de vida, los bajos sueldos y salarios y las lagunas previsionales, factores todos que golpean con particular fuerza a las mujeres trabajadoras, resulta particularmente urticante e incomprensible que, en medio de esta rampante carencia, las utilidades de las administradoras hayan sido extraordinariamente elevadas desde su creación. Aunque cobros moderados por la administración de cuentas y saldos no bastarían para mejorar significativamente las pensiones, en ausencia de cambios a los elementos paramétricos aludidos, simbólicamente el desmesurado lucro de unos pocos sobre la miseria de muchos es completamente inaceptable.

Por último, el diseño de un esquema de ahorro enteramente individual de carácter forzoso, sin elementos de solidaridad propios de la seguridad social, saldos de ahorro que, además, son usados desproporcionadamente en suplementar las necesidades de fondos de los mayores grupos económicos del país, confieren una tensión adicional al sistema. Si el ahorro es de estricta propiedad individual, la gente se pregunta por qué esta “acorralado” con rindes sólo moderados, mientras las familias deben contraer deudas para su subsistencia a costos financieros bastante superiores.

Desde el estallido social del 18 de octubre a esta fecha millones de familias enfrentan un cuadro de crisis en muchos aspectos: salud, empleo, alimentación, incertidumbres crecientes. Lo más sensible es la falta de dinero para enfrentar las urgencias. El gobierno ha sido lento para brindar respuestas y es claro que el goteo de ciertas medidas no es suficiente porque lo que se requiere en un hogar es contar con algo de liquidez en dinero constante. El retiro del 10% de fondos acumulados en las AFPs aparece como una medida rápida, sin burocracia aparente, con un depósito en cuentas rut u otras y, por tanto, con la capacidad de contar con dinero de los ahorros propios, al menos por unos meses. ¿Esto es así? ¿Se prevén los efectos que esto puede tener en las pensiones futuras? 

Esto es exactamente así, como señalé en mi primera respuesta. No obstante, no cabe duda que esto tendrá un efecto, y permanente, en las pensiones futuras, que es lo que la convierte en una alternativa, si bien expedita, de inferior diseño y apoyo neto que otras que pudieron haberse implementado. Es posible que el efecto sobre las pensiones más bajas, aquellas que hoy reciben el complemento del aporte previsional solidario del estado, sea relativamente moderado, pero los pensionados futuros con pensiones autofinanciadas superiores a la PMAS (unos 410 mil pesos), debieran ver disminuidas sus pensiones hasta en un 10%.

Voces desde el gobierno y de la derecha, del empresariado y otros sectores se empeñan en alertar que el retiro de este 10% tendrá efectos entre "demoledores" y "dramáticos" en el mercado, en el sistema financiero y en el modelo previsional. ¿Cuánto de cierto hay en estas preocupaciones y por qué? Tienen una apariencia técnica pero también cuentan las implicancias políticas.

La cantidad efectiva de retiros es aún una incógnita, porque depende en alguna medida del diseño, cobertura, automaticidad y monto de las otras iniciativas que ha propuesto el gobierno. Si se llegara al máximo potencial, esto es el 10% de los fondos totales o unos veinte mil millones de dólares, el efecto sobre precios de acciones, tasas de interés y el dólar americano podría ser de alguna envergadura. Pero aquello es un máximo absoluto. Si pensamos en solo fracciones de ese monto, y las administradoras, a efectos de mitigar el efecto sobre el precio de los activos menos líquidos -concentrados en los de origen nacional- liquidan, al menos inicialmente, predominantemente activos internacionales de alta liquidez, el efecto debiera ser mucho más contenido.

Un afiliado ya a punto de jubilar: ¿Qué efectos debe esperar en su pensión próxima al retirar el 10%, en sus distintos niveles de acumulación. Se supone que los afiliados ABC1 con un fondo acumulado por sobre M$120 millones de pesos, este retiro es apenas un rayado de pintura. Pero son muy pocos. Los más, son millones de afiliados con fondos muy reducidos. ¿Tendrán efectos de mayor envergadura y de qué manera el Estado debería prever esa situación?

Aritméticamente un retiro del 10% de los fondos del contribuyente a punto de jubilar debiera traducirse en una caída de pensión- esquema renta vitalicia- de ese orden. Como señalé, en cotizantes de bajos fondos acumulados y, consiguientemente, beneficiarios del APS, el efecto podría ser bastante menor. En el otro extremo, cotizantes con abundante APV – a menos que también lo retiren- también sufrirían un impacto bastante menor. El problema es más acuciante en los grupos medios. Se ha sugerido la restitución solidaria de esos fondos. Como dicha restitución no puede ser proporcional a los montos retirados, pues sería regresivo e incentivaría el retiro, creo que una alternativa es buscar esquemas expeditos de transferencias corrientes a los grupos medios, tal de mitigar tanto el monto del retiro como el consiguiente daño previsional. Aunque parezca un poco técnico, suplir fondos en la forma de un bono de reconocimiento futuro de cargo estatal, esto es, endeudarse con el afiliado, carece de sentido hoy, pues el Estado conserva amplias oportunidades de financiamiento en el mercado nacional e internacional, a tasas históricamente bajas.

En este momento los partidos de oposición, en el senado informan que sus 24 legisladores están disponibles para aprobar el 10% en este tercer trámite. Y se ha ido confirmando que senadores de derecha aportarían entre 2 y 5 cinco votos adicionales, con lo cual el proyecto queda "rematado". Para el gobierno y la derecha esto representaría un golpe político muy intenso. ¿Se quiebra Chile Vamos? ¿El gobierno pasa sólo a administrar el tiempo que le queda? ¿Se afecta la expectativa presidencial de la derecha? ¿Capitaliza la centroizquierda este proceso político?

No hay duda que esto ha sido un golpe muy fuerte para el gobierno y la centro derecha. De alguna forma la rigidez del gobierno y consiguiente división de su coalición, refleja el predominio en este de la línea más neo liberal, aquella que se opone visceralmente a un mayor rol distributivo del Estado y a cualquier medida que pueda legitimar, hoy o a futuro, una mayor carga tributaria. La política del goteo ha sido causada por esa visión extrema. La oposición al retiro, más allá de las eventuales consecuencias ya comentadas sobre pensiones futuras, tiene que ver con el temor atávico a ir jibarizando un esquema previsional enteramente privado e individual. Si esto lo capitalizará o no la centro izquierda dependerá de su capacidad de trabajo unitario, lo que dependerá tanto de acuerdos orgánicos efectivos, como de la capacidad de ofrecer al país nuevas y convincentes propuestas. Éstas deberán hacerse cargo de rezagos ya intolerables en el campo institucional -nueva constitución, régimen político que supere entrabamientos y permita y refuerce el trabajo en torno a programas y no a caudillismos; incorporación efectiva de la ciudadanía a la decisión política, etc.- como de las deudas pendientes en materia de un contrato social que garantice derechos -donde destacan la universalidad de la educación la salud y la previsión- y ponga en marcha un proceso de transformación productiva con debida atención al conocimiento y la tecnología a objeto de superar el estancamiento del crecimiento.

El Senador Ossandón acaba de exponer en una carta abierta lo siguiente: "Mi convicción es que los aires de rebeldía que soplan en el mundo y en Chile responden a que las personas se cansaron de esperar. De nada sirve hablar de desarrollo, de equilibrios macroeconómicos o de estabilidad, si no se entiende que eso sólo es posible se si avanza en mayor igualdad de oportunidades y el fin de abusos inaceptables. Pertenezco a un sector que tiene el desafío y oportunidad de demostrar que su norte es la defensa de la dignidad de las personas y el mejoramiento de las condiciones de vida de todos y todas".  Esto lo expresa un senador de derecha. ¿Cuál es tu comentario como persona de centroizquierda?

El Senador expresa la visión de la derecha social, que es la visión alternativa al neoliberalismo extremo dentro del sector. Esta tiene tradición en la historia de Chile, pero una y otra vez ha sido derrotada por los sectores conservadores más apegados al orden, la propiedad privada, bajos impuestos y rentas oligárquicas que han dominado la escena política en buena parte de nuestra historia patria. La derecha social, expresada por los liberales y federalistas en los albores de la República, pasando por Balmaceda y Alessandri Palma, entre otros, siempre ha sido vista por la oligarquía, antes terratenientes, hoy neoliberales como una peligrosa avenida al surgimiento de nuevas fuerzas y grupos sociales que le disputen su hegemonía.

NICOLÁS EYZAGUIRRE
Para actualidadppd.blogspot.com
Ex Ministro de Hacienda.



18 jul 2020

JUAN GODOY FARÍAS
Trabajador Social - UAHC
Ex Director metropolitano del IPS
Experto en políticas sociales de envejecimiento.
¿QUÉ PASÓ CON LA PLATA DE LAS AFP?

Historia.

En la génesis de las AFP está José Piñera y sus cercanos. ¿Ustedes podría imaginar a este economista interesado en las pensiones de los trabajadores, como vehículo para mejorar sustantivamente la calidad de vida de quienes se jubilarían en el futuro por este novedoso sistema? ¿O más bien, lo perciben como un promotor del interés de las grandes empresas y capitales? 

Efectivamente su interés principal no eran los trabajadores, aunque él creía firmemente que, por el círculo virtuoso de una economía exitosa, se generarían “chorreos”, lo que, en algún momento, impactaría positivamente en las condiciones patrimoniales de ellos. El Decreto Ley 3.500, que crea las AFP, se dicta en noviembre 1980, en el ocaso del boom económico, dos años antes del crack económico, que terminó con la paridad peso/dólar y que, a partir de 1981, impulsó al Estado chileno a intervenir varios bancos regionales, entre ellos el banco de Talca (¿les suena?) por realizar transacciones financieras altamente riesgosas, y luego en 1982, a respaldar financieramente a la totalidad de la banca nacional. En esta crisis la cesantía llego al 25% y la caída del PIB fue de 15%. Las razones de la crisis, entre otras: AMBICIÓN Y CODICIA de los dueños del capital.

Las elites, en Chile y en todo el mundo, se caracterizan por manejar información relevante y de alto valor en los mercados, que les permite tomar decisiones antes que el resto de los mortales. A fines de los ’70, luego de la segunda crisis del petróleo (la primera fue en 1973), comenzó a sentirse el aroma de la crisis de los ´80 en América Latina, pero los ciudadanos de a pie continuaron consumiendo autos, equipos de música y otros suntuarios importados que los hacía sentir que dejaban atrás su ADN de pobreza y vestidos con pieles de endeudamiento, ingresaban al Valhala criollo.

Las trampas.

“…se utilizó el dinero de los trabajadores para invertir en empresas productivas y en capitales financieros, en donde los dueños y directores hicieron crecer a sus organizaciones, aumentaron su valor de mercado y, por extensión, acrecentaron como nunca sus utilidades”.

La crisis se sobre venía y las elites tuvieron una visión; acumular un capital de envergadura para enfrentarla, el que no estaba disponible en ningún banco o institución nacional o internacional. Luego de muchas propuestas, entre las que se consideró tomar directamente recursos del sistema de pensiones vigente en esa época, conocido como sistema de reparto administrado por el Estado (posterior INP), finalmente se definió crear un nuevo sistema de pensiones, basado en capitalización individual, en donde se utilizarían los ahorros previsionales de los trabajadores para hacer crecer la economía, invirtiendo en bienes de capital, en acciones, en bonos soberanos, fondos mutuos, y en otros instrumentos financieros (militares y carabineros quedaron fuera del algoritmo AFP). El primer año, 1981, las AFPs obtuvieron un capital de $12 mil millones; en 2015 el ahorro administrado por las AFP fue de $108 billones (Senado.cl). Según la Super de Pensiones, en el 4° trimestre de 2019, las AFP acumularon un monto cercano a los $170 billones (https://bit.ly/3eBMBs7)
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Las trampas que las AFP pusieron a los trabajadores-as:

   + No informar a los trabajadores-as que su dinero sería usado como un préstamo para sostener y fortalecer la economía del país;
  + No entregar a los trabajadores-as una compensación financiera justa por el préstamo, proporcional al crecimiento real de las empresas y organizaciones que usaron esos recursos;
   + El sistema AFP no ha sido un sistema de pensiones eficiente, pues sus agentes no actúan con la diligencia o la rigurosidad que exige la gestión de los fondos de pensiones de los trabajadores, quienes son los mandantes, los clientes de este servicio.

En resumen, se utilizó el dinero de los trabajadores para invertir en empresas productivas y en capitales financieros, en donde los dueños y directores hicieron crecer a sus organizaciones, aumentaron su valor de mercado y, por extensión, acrecentaron como nunca antes sus utilidades. Con el dinero de los trabajadores, la economía se concentró y el coeficiente Gini en Chile se incrementó, entre 1980 y 1988, desde 0.53 a 0.65, los más altos desde que se mide este indicador de desigualdad. Como referencia, en 2019, Chile tenía un coeficiente Gini de 0.47 y el promedio de países OCDE fue de 0.33.

Una vez más, la AMBICIÓN Y CODICIA aflora en el alma de los grandes gremios empresariales, financieros y comerciales de Chile, convertidos en usuarios permanentes de estos fondos de ahorro individual de los trabajadores; y se expresa en la compra de acciones de empresas “cercanas”, dirigidas por amigos, familiares o “palos blancos”. 

El sistema operó, y lo sigue haciendo, comprando acciones que se crean para el efecto, por tanto, una empresa que vale 100, puede llegar, de la noche a la mañana a valer 150, por el sólo acto de compra masiva de acciones por parte de las AFP. Más allá de la rentabilidad de dichas acciones, la empresa, con un click del corredor de bolsa, incrementa su valor de mercado en 50%, y por tanto sus utilidades se relacionan con ese crecimiento mágico. 

Sólo una parte de ese crecimiento, va a parar a la rentabilidad de las acciones, la mayor parte se absorbe en el proceso productivo, comercial o de funcionamiento de la empresa. Además, muchas de las utilidades de las grandes empresas no van a las “crías” de las acciones, sino, que se diluyen en auto préstamos a empresas relacionadas, en compra de bienes no productivos, en incremento de retiros de los socios, compra de empresas zombis, entre otras acciones elusivas de utilidades, que representan pasivos contables, pero que en rigor son un capital proveniente del ahorro de los trabajadores-as. ¿Cómo se decide a que empresa se hace crecer? ¿Los verdaderos dueños del dinero, los trabajadores-as, tienen alguna injerencia en esta decisión?

Merece mención la concentración en la propiedad de las AFP, que han sido 33 instituciones desde la creación del sistema. Hoy, luego de quiebras y fusiones (compras de otras AFP más grandes y grupos económicos como PENTA e ING), en 2020 el mercado previsional tiene 7 AFP.

¿Dónde está la plata?

“…también hay informes que señalan que parte del ahorro de los trabajadores, prestados a través de las AFP a las grandes empresas, nacionales y extranjeras, está atrapado en una maraña de compras y recompras de acciones y valores, que terminan en paraísos fiscales y mercados altamente especulativos y elusores de impuestos”.

Hay quienes creen que el dinero ahorrado ha desaparecido y sólo es una cartola cuatrimestral con números y fechas en columnas de ganancia y pérdida. Pero la realidad es un poco más compleja. Efectivamente el dinero no está disponible para su uso inmediato, como cualquier inversión de capital. Está invertido en acciones (en Chile 57% y el extranjero 43%), cuyo capital fue tomado por las empresas emisoras de dichas acciones y transformadas en caminos, maquinarias, barcos, equipos, herramientas, edificios, mercaderías (ropa, electrónicos, alimentos) y un largo etc. Es difícil y costoso recuperarla; por ejemplo, si un camión comprado con ahorro previsional hace 5 años costó 20, hoy ese camión depreciado valdría 15. Si durante este mes salen a la venta 100 camiones (en el marco de un eventual retiro del 10% del ahorro previsional, todas las AFP saldrían a vender sus camiones), la ley de oferta y demanda reduciría el precio a 13 o menos; en el peor de los casos se podría obtener por el camión, un precio de 10, luego de comisiones, impuestos y otros costos financieros propios de la transacción.

Este ejemplo implica que los ahorros de las AFP, al momento de ser liquidados, puesto que ese camión debe transformarse en acciones y luego en dinero, se reducirían entre un 25% y un 50%, con un claro daño patrimonial a los trabajadores y a las empresas, estas últimas no tendrían ni el dinero ni el camión.

El dinero de los trabajadores ahorrado en las AFP, está distribuido en 61,1% en Instituciones Financieras tales como Bancos (36.8%),empresas que cotizan en la Bolsa (20.6%) y Fondos de Inversión (3.7%) yel 23% en grandes empresas y grupos económicos. El restante 16% descansa en bonos soberanos de diferentes Estados, incluida nuestra Tesorería General de la República y en otros instrumentos no nidentificados. Los 10 grupos económicos más grandes donde las AFP invierten los ahorros previsionales son: Endesa, Colbun, Cencosud, Enersis, Lan, Copec, Aes Gener, CMPC, Falabella, Banco Santander.

Pero también hay informes que señalan que parte del ahorro de los trabajadores, prestados a través de las AFP a las grandes empresas, nacionales y extranjeras, está atrapado en una maraña de compras y recompras de acciones y valores, que terminan en paraísos fiscales y mercados altamente especulativos y elusores de impuestos. 

Como ya se ha ejemplificado, el dinero de los trabajadores-as no está disponible en el corto plazo, si se quiere recuperar, habrá que pagar un alto costo financiero, además de constatar que un volumen significativo de esos dineros ahorrados y prestados ya no existen, porque cambiaron de manos, en una línea difícil de ratrear e imposible de recuperar. Basta que nuestras AFP digan, graciosamente en agosto próximo, que tuvieron pérdidas de 20%, como ha ocurrido en múltiples ocasiones en el pasado (nadie dice nada, ni gobiernos de derecha ni de izquierda), para hacer desaparecer esos ahorros y para que reaparezcan en cuentas de las Islas Vírgenes a nombre de una corporación sin pasado y que se disolverá en menos de un año. Otra forma de hacer desaparecer el dinero de los trabajadores es vía comisiones fantasmas o sobre comisiones de hasta un 25% mensual que no tienen ninguna justificación.

La salida.

Los trabajadores-as estarán dispuestos a trabajar más y mejor, si un nuevo trato social asegura condiciones adecuadas que hoy no existen; esto es fundamental para enfrentar la crisis económica actual”.

El comportamiento de las AFP y la ética de las empresas que utilizan los recursos de los trabajadores-as, han incidido profundamente en la crisis de confianza que vive nuestra sociedad. Nos engañaron, se apropiaron de nuestro dinero, nos pusieron trampas, se enriquecieron y no compartieron en forma equitativa los frutos que alcanzaron. 

Este sector de nuestra sociedad hace lo mismo con el Estado, evadiendo y eludiendo impuestos, pasando el platillo cuando baja el dólar o cuando hay sequía o aguaceros, o las empresas mineras, que obtienen utilidades del 50% antes de impuestos, que sacan del país oro, plata y otros metales escondidos entre rocas para evadir royalty minero y reciben incentivos multimillonarios gracias a la invariabilidad tributaria; en definitiva, los dueños del capital se quedan con todas las ganancias y comparten sólo las pérdidas. Otra prueba de AMBICIÓN Y CODICIA que destruye el alma de Chile y compromete su futuro.

Una propuesta de salida de esta forma de hacer las cosas es un nuevo trato, uno en donde los dueños y administradores de las grandes fortunas y capitales reconozcan la deuda con los trabajadores-as y con el Estado. Un nuevo trato que considere un nuevo sistema de pensiones, un nuevo sistema tributario, una revinculación entre las diferentes capas sociales. Lo anterior permitirá que los trabajadores aporten con una nueva actitud frente al trabajo, entendiendo trabajo como una actividad que los dignifica y les permita llevar alimentos suficientes a la mesa, les permita desarrollarse y les permita ahorrar para los periodos difíciles y de crisis.

Un nuevo trato donde el Estado pueda construir una verdadera red de protección social, que considere mínimos sociales universales en salud y educación. Los trabajadores-as estarán dispuestos a trabajar más y mejor, si un nuevo trato social asegura condiciones adecuadas que hoy no existen; esto es fundamental para enfrentar la crisis económica actual. Un nuevo trato involucra necesariamente un nuevo paradigma ético de nuestra sociedad.

Otra salida, menos ideal, es una demanda colectiva nacional de los trabajadores-as en contra de las AFP, por mala prestación de servicio y por abuso de confianza. Los trabajadores le entregan a las AFP la misión de hacer crecer sus ahorros para la vejez y estas fallaron. En 20 años, el sistema de AFP ha rentado 5,77% promedio anual (por fondos A:6,01% - B:5,26% - C:8,00% - D:4,73% -E:4,85% -Super de Pensiones-). Los bancos dan un interés por depósitos a plazo de 2,5% promedio anual. 

A partir de dicha comparación, se puede inferir que la utilidad que entregan los fondos de AFP es razonablemente buena, pero si consideramos todas las pérdidas en el mismo periodo, el daño patrimonial que han sufrido los trabajadores es alto y las AFP cobran sus diferentes comisiones y costos de administración como si hicieran bien su trabajo, sin sufrir pérdidas; al contrario, sus utilidades superan el 30% anual. 

El año 2019 las utilidades fueron de 60%, (28% por encaje y 32% por comisiones y otros). Es conveniente precisar que la comisión de administración que cobran las AFP, es del orden del 25% mensual y no del 1,5% al 2,5% que señalan en las cartolas cuatrimestrales, pues la comisión se cobra sobre la remuneración bruta del trabajador y no sobre el 10% imponible que va a capitalización individual y que administra la AFP. Es decir, están cobrando comisión sobre el total de los ingresos mensuales del trabajador y no sobre la porción, 10%, que la norma le mandata administrar. Esta es otra manera de demostrar el abuso de confianza que el sistema ejecuta cotidianamente. También existen las comisiones fantasmas, que han significado una exacción abusiva e inexplicable de los recursos de los cotizantes.

¿Y el 10%? …

Según los técnicos y economistas de todos los sectores, sacar dinero del ahorro previsional es una mala idea y afectará la calidad de las pensiones futuras. Por otra parte, el impacto que dicho retiro representaría en las pensiones, es más bien bajo, pues entre una jubilación miserable y otra muy miserable, no hay una gran diferencia. 

Las AFP han dicho que el ahorro previsional pertenece a los trabajadores, por tanto, es esperable que estos puedan echar mano a parte de dichos ahorros en situaciones excepcionales, como enfermedad terminal, deuda habitacional, pandemia, guerra u otra. 

También es razonable que, en la medida de lo posible, dichos recursos sean reintegrados por los propios trabajadores o bien con el apoyo del Estado o los grandes grupos económicos, beneficiarios de las utilidades reales de los ahorros previsionales. La necesidad de reintegrar estos fondos en algún momento, se enmarca en la lógica que el ahorro previsional es para sobre vivir en la vejez, una vez concluida la vida económicamente activa. Sugiero evaluar la figura de un auto préstamo, que sea devuelto por el trabajador-a al fondo de capitalización individual, con tasa similar a las que las mismas AFP entregan y que siempre sería más baja que la tasa de interés de cualquier banco en un préstamo estándar. Las estimaciones del eventual retiro del 10% de los fondos ahorrados en la AFP son del orden de los $15 billones.

Existe en las AFP una significativa cantidad de recursos, que no han sido fiscalizados en profundidad por las respectivas Super Intendencias. Estos fondos son a lo menos dos:

   + Rezagos, referidos a montos pagados por los empleadores a las AFP, pero que, por errores de información, no coincidencia de nombre, RUT u otro, no pueden ser depositados en la cuenta de capitalización individual del trabajador causante de la cotización; estos rezagos ascienden a $162 mil millones.
  + Recursos no cobrados por fallecimiento de los cotizantes y por ausencia de beneficiarios y herederos; asciende a $178 mil millones.

Conclusiones.

El retiro del 10% del ahorro previsional es un mal necesario en un escenario de pandemia. Es un paliativo y no aporta a la solución de la crisis económica del país

   + El sistema de AFP nace como una estrategia para enfrentar una crisis económica mundial que afectó a Chile en forma dramática por ser una economía liberal y abierta.
   + El sistema de AFP nunca se pensó como un verdadero sistema de protección social para la vejez, a pesar de que así se promocionó, sino, que fue concebido como un salvavidas para el debilitado sistema económico, es decir, se creó un monstruo de 2 cabezas. En Chile no existe un sistema de pensiones, existe un sistema de ahorro individual vinculado al sistema financiero.
  +  fondos del ahorro previsional no están disponibles, en términos reales, para los trabajadores, pues su retiro está asociado a altos costos de recuperación y en alguna proporción los fondos ya han cambiado de manos, bajo la excusa de pérdidas en la bolsa.
   + La eficiencia del sistema debe ser revisada y se deben determinar responsabilidades de las AFP en las grandes pérdidas que los trabajadores-as han tenido por la deficiente gestión financiera y por los cobros excesivos de comisiones.
Es un paliativo y no aporta a la solución de la crisis económica del país. Para enfrentar dicha crisis se requiere un nuevo trato, nuevas reglas del juego y “echar la casa por la ventana” como señaló un ex ministro de Hacienda, refiriéndose al rol del Estado.
   + El rol fiscalizador del Estado sobre las AFP debe ser más robusto y riguroso, debido a los altos volúmenes de recursos que manejan y la baja credibilidad que estas instituciones tienen.
¿Mito o realidad?
   + El dictador Augusto Pinochet no estuvo de acuerdo con el sistema de AFP, por lo que se negó a que los uniformados ingresarán al nuevo sistema. También se habría opuesto a retirar fondos del sistema de pensiones de reparto vigente en 1980, para enfrentar la crisis de 1982.
   + A mediados de los ´90, las AFP más importantes (Capital, Habitat, Provida, Summa, Santa María, salvo Planvital) se coludieron y ofrecieron a sus vendedores un bono mayor por traspasar afiliados desde otras AFP. Si el vendedor traspasaba a trabajadores de las AFP coludidas, no recibía bono, y, por el contrario, podía ser despedido de su trabajo. Esta práctica envió a la quiebra a varias AFP pequeñas y facilitó la fusión y absorción de otras por parte de las AFP coludidas.

·      Si cada chileno-a al nacer recibiera por parte del Estado, un subsidio de $1 millón en una cuenta de ahorro previsional, al momento de jubilar tendría asegurada una pensión con una tasa de reemplazo del 80%, disminuyendo la participación del Pilar Solidario para incrementar pensiones bajas.
    
JUAN GODOY FARÍAS
Trabajador Social - UAHC
Ex Director metropolitano del IPS
Experto en políticas sociales de envejecimiento

16 jul 2020

Crisis sanitaria

¿Pandemia en descenso?

El doctor Bernardo Martorell, presidente de la Comisión nacional de Salud, del PPD, reflexiona sobre el reciente informe del ministerio de salud en donde se señalan indicadores "optimistas" respecto del control de la pandemia. ¿Cuánto de efectividad hay en dicho informe?

1.- Bernardo, el informe del Ministerio de salud, hoy 16 de julio, arroja indicadores que el Ministro Paris señala como "optimistas", en cuanto a que indicadores críticos se muestran hacia un descenso. ¿En tu opinión qué de efectivo tiene este informe?
Doctor Bernardo Martorell, ex Jefe de la división
de planificación del ministerio de Salud, en el
segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.
Los datos han estado en cuestión desde el inicio de la pandemia por diversos motivos metodológicos y de transparencia.  Ahora bien, a pesar de esto, podemos observar que, sin cambios de metodologías ni de criterios para la toma de exámenes, hay una reducción progresiva en el número diario de confirmados.  Esta cifra, en los últimos 10 días, ha estado en torno a los 2.000 casos por día.  Lo que siempre ha estado en cuestión, y lo sigue estando, es que con este número de exámenes, y un nivel de positividad aún elevado, no tenemos la certeza de estar pesquisando todos los casos, y por lo tanto, se ha de suponer, que hemos tenido un sistemático sub reporte del número de casos a lo largo de toda la epidemia.   Esto no ha variado y cualquier análisis debe tenerlo en cuenta.
"...para tener una reapertura en buenos términos, tanto desde la perspectiva sanitaria como económica, se deberán cumplir una serie de indicadores que la Comisión Asesora Covid ya nos ha adelantado"
2.- Hace unas semanas se indicaba que entre julio y agosto estaríamos ya en el tope de la pandemia. ¿Lo informado hoy es una señal de que el término del proceso pandémico está más adelantado y que se podría pensar en un retorno a ciertos niveles de recuperación, más pronto?
El peak de la curva de casos diarios fue a mediados de junio, luego de lo cual hemos observado un descenso mucho más paulatino que el ascenso. Hay que recordar que la curva nacional está comandada por la curva de la región metropolitana. Cualquier “retorno” en esta región debe considerar un conjunto de indicadores que permiten resguardar que no sucederá nuevamente un peak semejante al que ya hemos visto.   En ese sentido, el número de personas contagiadas y por tanto teóricamente inmunizadas, siguen siendo bastante pocas y se mantendrá en latencia un riesgo de nuevos peak, menores o mayores a la primera. El descenso observado responde al agotamiento de personas susceptibles en los nichos que los actuales patrones de movilidad y contacto social han creado.  Es decir, en cuarentena, pero con niveles de movilidad debido a actividad económica que no ha cesado se están agotando los nichos ecológicos que el virus ha podido permear.  Sin embargo, una vez que comiencen a cambiar dichos patrones de movilidad, se abrirán nuevos nichos de susceptibles que pueden contribuir igual o en más casos que la primera oleada que estamos superando.   Por tanto, una reapertura que facilite una reactivación económica pero que no asegure las condiciones sanitarias puede terminar generando un nuevo peak, y nuevos cierres de la actividad social y económica.   Para evitar esto, y tener una reapertura en buenos términos, tanto desde la perspectiva sanitaria como económica, se deberán cumplir una serie de indicadores que la Comisión Asesora Covid ya nos ha adelantado, en relación a la circulación viral, la capacidad del sistema para monitorear, detectar y aislar los casos y contactos, y del sistema de salud para absorber casos críticos.
3.- El informe también señala que dados los nuevos indicadores hay más respiradores disponibles y no debieran ocurrir colapsos en los sistemas asistenciales. ¿Estamos frente a indicadores optimistas?
Si bien hay una reducción en el número de casos graves en unidades críticas y un aumento en el equipamiento, el sistema de salud sigue estando crítico significativamente por sobre su capacidad de respuesta.   Y esto es solamente considerando Covid, lo que ha absorbido una gran cantidad de los recursos físicos y humanos durante este período, con especialistas de diversas áreas dedicados al cuidado de pacientes que en condiciones normales no estarían atendiendo.   Las patologías no Covid han estado en una situación de dificultad para acceder a las prestaciones necesarias, y se está acumulando un daño en la salud de estas personas que va a generar una nueva sobre carga al sistema.  Las situaciones que han vivido las personas y los equipos de salud en los sectores más vulnerables del país no han sido reflejadas adecuadamente en los medios tradicionales de información.   Las difíciles decisiones de elegir a quien admitir a las unidades de cuidado intensivo, la falta de atenciones para personas con enfermedades crónicas o incipientes, que cuando no son tratados a tiempo,  terminan en una situación de mucha mayor gravedad. 
"Otros países no permiten que funcionen empresas que no cumplen condiciones mínimas. Lo mismo debemos exigir acá, y ello no está ocurriendo".
4.- ¿Qué indicadores reales debieran ser considerados para aventurar una hipótesis de control de la pandemia y su eventual pronto descenso y por tanto, por ejemplo, iniciar el levantamiento de cuarentenas?
Lo primero es tener certeza del verdadero número de personas que se contagian día a día.  En estos meses se ha reforzado de manera sustancial la disponibilidad del test para Coronavirus, pero uno esperaría que el nivel de positividad de los test sea mucho menor a 5%, acercándose al  1%, cuando hemos estado muy por sobre esas cifras desde el inicio.  Esa relación, y necesariamente desagregada por territorio, es el piso mínimo para tener una seguridad suficiente que estamos “encima” de la epidemia, y que las cifras de casos diarios reflejan la realidad de lo que está pasando.  Luego, uno se puede preguntar cuanta transmisión hay en cada territorio, y con ello, tomar decisiones sobre mayores o menores niveles de apertura.   Así mismo, de manera permanente se espera contar con la disponibilidad de recursos en los hospitales y en la atención primaria para atender a los casos que surgen, como también a todas las patologías no-Covid.   Tan importante como todo lo anterior, es que tengamos indicadores que nos brinden la certeza de que está funcionando de manera eficiente y efectiva la detección y aislamiento de los casos y contactos: la llamada estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento o TTA.  Es decir, si los equipos de atención primaria son capaces de detectar, mediante un testeo intensivo, cualquier caso, de encontrar a todos las personas que hayan estado en un contacto estrecho con esos casos, y de lograr un aislamiento efectivo y supervisado de todos estos durante 14 días.  Finalmente, habrá que contar con sistemas que aún no existen, y que tengan sus propios indicadores de monitoreo, para reflejar que ciertas actividades se realizan con “seguridad sanitaria”.  Por ejemplo, certificaciones de “lugares seguros para trabajar”, o protocolos similares para centros educacionales, comercio, transporte, entre otros.  Otros países no permiten que funcionen empresas que no cumplen condiciones mínimas. Lo mismo debemos exigir acá, y ello no está ocurriendo.Que estos puntos de potenciales contagios, pero relevantes para el quehacer nacional, hayan implementado medidas y que estas medidas sean fiscalizadas de manera confiable y permanente por autoridades correspondientes. De contar con indicadores que nos reflejan todas estas situaciones descritas y que sean parte de un reporte periódico del gobierno, podremos estar en condiciones de conducir una estrategia de reapertura en fases de ciertas actividades económicas, sociales, educacionales, etc.   
"El cambio cultural tiene que ver también con entender que nuestras acciones afectan a los demás, que somos interdependientes, mensaje contrario al individualismo reinante en la sociedad contemporánea"
5.- En el hipotético escenario de ir recuperando cierta normalidad básica en las ciudades, ¿Consideras que el país, la gente en general, entienden que la pandemia sigue latente y no se produzcan excesos de entusiasmo, como los que hemos visto en otros países que se vieron obligados a implementar nuevas cautelas?
Muchas personas siguen pensando que esta situación va a terminar pronto. Pero hay que entender que estamos frente a una amenaza que permanecerá con nosotros durante años. Es decir, el término “nueva normalidad” si bien fue criticada en su momento por la precocidad y forma con la que se planteó, es un término acertado para describir nuestra realidad de aquí en adelante. La normalidad es con Coronavirus, la que no tiene un final a la vista. 
Más errado es el término “retorno seguro”, ya que un retorno a como vivíamos antes no habrá, al menos por un par de años. Esta semana lo dijo el propio director de la Organización Mundial de la Salud: que un final previsible a la pandemia no habrá. Por tanto, lo más sano es hacer el duelo, aceptar lo anterior y ponerse en la situación de que este cambio es para siempre. Y con esa idea, rediseñar nuestras vidas, nuestra economía, nuestro formas de socializar, nuestras formas de estudiar y aprender, nuestra forma de hacer democracia, etc. Mientras antes lo hacemos, será mejor. Pero si vivimos en la negación, será más doloroso. 
Pandemias han marcado de esta manera toda la historia de la humanidad, y los cambios culturales se imponen, tarde o temprano. Pero estos cambios aún se resisten y vemos cómo empresas siguen sin implementar medidas serias para evitar contagios, que las personas aún no incorporan que lo más importante es auto-aislarse ante cualquier síntoma, y así sucesivamente. El cambio cultural tiene que ver también con entender que nuestras acciones afectan a los demás, que somos interdependientes, mensaje contrario al individualismo reinante en la sociedad contemporánea. Quisiéramos que el gobierno conduzca un proceso de cambio cultural intencionado, movilizando la totalidad de sus recursos en esta dirección y sin limitaciones ideológicas, alineando a todo el Estado y sociedad civil en este que es el mayor desafío de nuestra era.