18 ago 2024

Escuela nacional de formación política del PPD

¿Consolidar para avanzar? 
Desafíos y oportunidades para el PPD.

La Secretaría nacional de formación política del PPD tiene el agrado de invitarle a la Escuela nacional de formación política que se realizará el sábado 20 de enenero, de 09:00 a 14:00 en el centro de eventos, Snap, en la calle Serrano 73, en santiago-centro a pasos del metro Universidad de Chile, en Santiago.   Para los militantes de santiago, la concurrencia es presencial. Para los militantes de regiones se dispondrá de un enlace zoom.



Expositores







19 jul 2023

Editorial



EL PPD HACIA UN CAMBIO DE RUMBO. ¿CUÁL RUMBO? ...

Presidente Ricardo Lagos Escobar, fundador del PPD, marcando las huellas 
de futuro del PPD al inaugurar el II Congreso nacionalde Ideas y Valores del partido en el año 2001 ante una audiencia de 1.200 delegados del PPD de todo Chile en el edificio Gabriela Mistral.
Eran tiempos fecundos.

Nuevas elecciones internas

El domingo 27 de agosto se deberán realizar elecciones internas en el PPD y ya se ha constituido la respectiva Comisión nacional electoral (CNE).Se trabaja también en la verificación de los padrones por comuna y se afinan los detalles para la inscripción de candidaturas hasta la medianoche del viernes 28 de julio. Luego, vendrán las campañas de las listas y candidatos/as.

Hasta la fecha de esta nota (22 de julio) sólo la senadora Loreto Carvajal (Ñuble) ha publicado en su twitter @Loretosenadora, que entrará a la competencia: "He tomado la decisión de competir por la presidencia del PPD Chile. La competencia ayuda al debate y reactiva nuestras ideas con miras al futuro" (15:24 horas del jueves 6 de julio 2023)Otras informaciones internas, sin confirmación oficial, son que la actual presidenta del partido, ex subsecretaria de desarrollo social, Natalia Piergentili y su equipo actual han señalado en algunas conversaciones que postularán a la reelección. También se espera un eventual pronunciamiento del senador Jaime Quintana (Araucanía) quien fue presidente del PPD en el período 2012-2016.

Desde O'Higgins, el diputado Raúl Soto, ex presidente de la cámara de diputados, con un logrado desempeño en esa labor, también ha expresado su interés en ser candidato. Y en los últimos días circuló también el rumor de que Sergio Bitar, ex presidente del ppd en tres períodos, senador y ex ministro sería bien visto pero él ha declinado toda idea al respecto. Para anunciar e inscribir una candidatura se requiere diversas certezas, entre otras y no menor, la de los elencos que acompañarán la nueva dirección partidaria. De los nombres que están en el ruedo: Natalia Piergentili y Jaime Quintana, ambos han ejercido como presidentes del PPD y será cuestión de evaluar los logros principales de sus administraciones y sus contextos históricos y, sobre todo, si el PPD ha crecido y se ha fortalecido bajo su administración. Para los eventuales candidatos(as) esto sería una oportunidad para ayudar a resolver, como lo señala Loreto Carvajal en su mensaje, "nuestra mirada de futuro".

Un segundo tema es si  es aceptable o no, en las actuales condiciones críticas, una competencia interna o más bien una lista de consenso. La experiencia electoral en el PPD indica que con listas de consenso, la competencia principal baja a las vicepresidencias y también baja el interés electoral. Con listas en competencia, aumenta ese interés y también se hace más nítida la diferencia de programa, relato y compromisos. La forma cómo se resuelva aquello en estos días no es menor para el futuro inmediato del partido. También es dable preguntarse qué es primero: si los nombres de los liderazgos o su acuerdo sustantivo en torno a un programa partidario que reoriente nuestras bases programáticas ya acordadas en un consejo estratégico nacional anterior, pues si -finalmente- todos estamos de acuerdo en que ése es el camino, es decir un PPD consecuente con sus propias definiciones programáticas, entonces cualquiera que presida el PPD estará obligado a cumplir ese programa. Es una manera de ver las cosas.




Hablemos entonces del futuro PPD que nos espera.

El PPD atraviesa por uno de sus más complejos momentos. Tal vez, el más decisivo, con una caída electoral del 3.5% de los votos ciudadanos en la reciente elección de consejeros constitucionales.  Se argumenta que esa elección, muy singular, no tendría comparación con una elección de alcaldes y concejales, y que el porcentaje electoral real del partido será apreciado realmente en la elección municipal de octubre del 2024. Otros argumentan que las generaciones actuales de dirigentes del partido no pueden hacerse cargo de los "errores" o dificultades de anteriores direcciones políticas que habrían hecho poco por fortalecer al PPD y que aun asi, actualmente, los dirigentes actuales han tenido que "poner el hombro" en adversas condiciones. Son argumentos disímiles.  

En estos 35 años de historia en el PPD hemos transitado desde la idea de un "partido progresista de nuevo cuño", inspirado en los DDHH. Luego, pasamos a definirnos como un "partido ciudadano, progresista". Después nos definimos siempre, en varios consejos nacionales como partido de izquierda" -nuestro sustrato ideológico- y finalmente, en el consejo estratégico del 2019, ampliamos nuestra definición hacia la idea de un "partido de izquierda, democrático, verde y feminista". La vida ha llevado al PPD, en la actualidad, hacia el concepto de un "partido socialdemócrata", de centroizquierda y liberal ... Una constelación de conceptos en pocos años. 

El presente político del PPD también es algo singular. Formamos parte de una coalición de gobierno de izquierda. Competimos con la izquierda. Posteriormente, fuimos convocados al gobierno y por ello entendemos que es necesario contribuir con experiencia y compromiso a su buen éxito. También tenemos la percepción de que no siempre somos suficientemente escuchados y bienvenidos. Ahora, también hemos dado algunas razones para ello: el punto más alto fue dado por una ex seremi en santiago que generó un conflicto que puso a un ministro del gobierno al borde mismo de una acusación constitucional. Luego, declaraciones políticas de nuestras autoridades, algunas de ellas con un tenor inesperadamente zoológico, otras anti-programa de gobierno ("no es el nuestro" se dijo), y asi. Una cierta reciprocidad entre partidos y gobieerno requiere también un estándar de expresiones razonables, y para formar parte de un gobierno siempre se requiere promover a los mejores cuadros profesionales que  garanticen eficacia, transparencia y probidad y garantizar con ello nuestra mejor cooperación. Es un asunto de evaluación si en este período se han cumplido estas premisas y de qué manera.

En otros ámbitos, menos mal, otros militantes del PPD en tareas de gobierno trabajan y responden de manera muy abnegada y eficaz a los compromisos que como partido tenemos con el país y el gobierno.  Caso destacado es el de Carolina Tohá, lejos, con su excelente trabajo en la conducción del gabinete de gobierno y en el complejo cargo de Ministra del Interior. Fue un importante acierto de parte del presidente el convocarla personalmente. Las funciones de gobierno son relevantes para la gestión de un partido político, en la medida que se ejecutan con profesionalismo y capacidad política y con independencia de influencias clientelares.

Y el momento de entrar a una elección interna, entonces, no debería ser observado con cierta displicencia cultural e ideológica. El PPD es percibido hoy de una manera confusa en la sociedad. ¿Qué somos en realidad? ¿Partido de centro, de izquierda, socialdemócrata, liberal, de centroizquierda? ¿Un poco de todo? ... Menudo tema.

Los candidatos/as y listas nacionales y regionales podrían colaborar en desentrañar estas preguntas. Pero, ¿Están los militantes de hoy disponibles para entrar al fondo de estos ya 36 años de historia y ayudar a sostener y recuperar lo que es esencial para el partido? ¿Tendremos un debate político de verdad o tendremos que ceder a prácticas electorales dudosas, algunas de ellas amparadas en una cultura clientelar? Conocemos de todo esto y las campañas internas se realizan con mucha poesía y verso, pero luego, la conducción partidaria se ejerce con prosa, es decir, todo aquello que -finalmente- no está sujeto a la poesía. Y de nuevo la aguda intromisión del pragmatismo duro. Alguien dirá que así es la política. Tal vez, ahora sería un buen momento para brindar una mejor calidad ética y política al nuevo evento eleccionario.



Sesión plenaria del IV Consejo nacional estratégico del año 2019.
Ahí definimos nuestra ruta de navegación política con la guía de una brújula
de contenidos, relatos y propuestas que eran muy claras y consensuadas.

Los problemas actuales del partido no provienen ni de sus valores ni principios, los que están plenamente vigentes, ni tampoco de sus bases programáticas aprobadas en el IV consejo nacional del 2019. El tema de avanzar hacia una Federación de partidos del socialismo chileno la venimos planteando desde el Congreso Nacional de nuevas ideas del año 2002. Nuestra crisis no radica ahí. Más bien deberíamos preguntarnos por qué, bajo diversas direcciones políticas, no hemos tenido éxito en hacer avanzar esta idea. Y cada cierto tiempo vuelve a renacer como si fuera un tema novedoso.

Los problemas del ppd son estructurales, con una institucionalidad y un desarrollo orgánico precario y muy preocupante hoy. De 340 comunas en Chile, el PPD ha perdido desarrollo organizacional en 228 y por tanto con una importante disolución del vínculo territorial. De 16 regiones, en un alto porcentaje  el PPD no supera el 50% de su funcionamiento pleno. De las 11 secretarías nacionales y más de 18 comisiones técnicas luego de la elección interna del 2021, bastante menos del 40% funcionan efectivamente.La región metropolitana, antes pilar y eje del trabajo territorial, de sus 52 comunas, no más de 18 muestran algún grado de desarrollo orgánico y relativo. En los últimos tres años, además, el ppd ha experimentado numerosas renuncias. De 35.598 personas reinscritas al 31 de diciembre del  2017, a marzo del 2023 caímos a 27.983 inscritos. Esto representa una pérdida de 7.615 militantes en un poco menos de seis años. Una pérdida del 21,39% de militantes. Por cierto -se dira- otras personas se han inscrito en estos meses, pero no impactan ni siquiera equiparan el porcentaje de quienes han renunciado. Y hay que contar todavía a quienes voluntariamente se han alejado, simplemente, sea por inercia, porque nadie los convoca, o porque ya perdieron interés en el PPD, sin renunciar. No nos refiramos por ahora, al devenir de autoridades electas en elecciones populares: parlamentarios, alcaldes, concejales, Core.  Son extraordinariamente excepcionales los que colaboran en la construcción local de partido. Y en el parlamento, con sólo tres diputados militantes, los parlamentarios indepedientes acogidos generosamente en nuestra bancada juegan con sus propias estrategias personales.  

Un partido sin una masa de militantes críticos, proactivos y vigilantes de la democracia interna, y con un poderosa institucionalidad en desarrollo, es un caldo de cultivo para liderazgos que pueden usar al partido a su pinta e imagen y a su antojo, sin contrapesos. Punto aparte para el tema de las responsabilidades de esta crisis del desarrollo institucional: las últimas direcciones políticas, incluida la que hay que reemplazar ahora, tienen mucho que decir. Pero en el PPD no existe la política de rendir cuentas y ser evaluados por aquello.

¿Una competencia de "ofertas" (marketing) o de "ideas y nuevos relatos" políticos?

¿Se podrá visualizar en esta campaña interna la sinceridad de los/as candidatas para modificar el escenario de nuestra realidad? Habrá, por cierto candidatos defensores del orden establecido en el PPD, que argumentarán que las cosas en este tiempo se han hecho muy bien, dirán. Transparencia nos ha calificado como un partido ordenado (sus cuentas). El país nos cree, aun cuando perdimos una elección táctica (con el 3.5% de votos en la elección de constituyentes y con ello quedamos fuera del evento que escribe una nueva constitución), pero ganamos en la estrategia fundamental: logramos diferenciarnos de la izquierda del FA, del PC y del propio gobierno, marcando nuestro propio "sello" crítico e identitario... Por tanto, la respuesta agradecida de los militantes debería ser la de dar continuidad a estos grandes éxitos y recuperar la centro izquierda con el PPD como el eje articulador de un nuevo gran proyecto nacional ... ¿Con el PDC, el PR y los Liberales? ¿Cuánto suman todos? No más  -se responderá- de lo que suman los partidos del FA. Y sumados todos, finalmente, no superamos el 38% de la votación popular. Es lo que se alega y por eso todos debiéramos entender pues, -porfiadamente-, que quienes han conducido al PPD en este tiempo deberían continuar con nuestro total respaldo, porque no lo han hecho tan mal ... Si así fuese  ¿Cómo se explica entonces que en el PPD hay un extendido clima de preocupación y de malestar con el momento actual del desarrollo institucional y político del partido? ¿Y que a nivel de opinión pública el PPD deambula entre una sensación de relevancia e irrelevancia?

Inscripción de candidaturas.

Entre los días 24 y 28 de julio estará abierto el período para inscribir candidaturas. En las experiencias electorales del PPD la "fumarola blanca" sólo se conocerá en la madrugada del viernes 28, cuando la CNE cierre las inscripciones e informe quiénes serán las listas de candidatos/as. Previo, se suceden agitadas reuniones entre lotes, no precisamente "corrientes ideológicas y políticas": lotes, con liderazgos personales.  En sectores del PPD, se argumenta hoy que la crisis del partido es tal, que una competencia no sería adecuada. También se valora la disposición a liderar el PPD y entonces se requiere hacer frente a las evaluaciones de gestión, resultados electorales, relatos políticos y apertura a una gobernanza partidaria inclusiva. ¿Cuánto de todo esto se ha cumplido en el último tiempo? 

En la madrugada del sábado 29 de julio sabremos entonces si habrá o no competencia y/o si una eventual lista de consenso sugiere resolver muchas y complejas interrogantes. Y en este caso, todo dependerá de los liderazgos que sean convocados/as a un consenso y que aquello no sea más de lo mismo, o listas de candidatos/as que se atrevan a marcar una identidad propia y necesaria.  El dato electoral duro es que en la elección interna del 2018 votaron un poco menos de 10.000 militantes gracias a que hubo una participación activa de listas en competencia. En el 2021 no hubo competencia en el ticket principal y votaron 5.740 militantes. ¿Cuántos militantes votarán el 27 de agosto del 2023, dependiendo de si hay competencia interna o no y qué calidad tendrá esa competencia?

Domingo Namuncura
Editor

17 oct 2022

Editorial

OCTUBRE 2022.

UNA SOCIEDAD YA DOMESTICADA, QUE DEJÓ PASAR SU MAYOR OPORTUNIDAD HISTÓRICA.



     Los estallidos sociales, las revoluciones y revueltas populares tienen ese no se qué, de carácter traumático, que impactan a una comunidad, pueblos y naciones que llegados a un cierto límite explotan como el magma de un volcán. La explosión es el resultado de un proceso que tiene diversas causas.  

    Tres hechos históricos nos indican la intensidad de estos procesos: 1.- La célebre marcha del pueblo enardecido que se tomó violentamente las calles de París y marchó contra la odiada Bastilla en 1789; 2.- la revolución mexicana entre 1916 - 1917 con un millón de muertos para terminar con una dictadura de 35 años y abrir un proceso constitucional y 3.- la célebre revolución bolchevique de 1917 en la Rusia monárquica, bajo el dominio de los zares que gobernaron crudamente esa nación durante la friolera de 304 años.  

    En todos estos procesos y diversos otros, siempre se alega que la causa de fondo son las injusticias acumuladas. En realidad son muchas causas, algunas de ellas infinitas. Y las sociedades reaccionan de diversas formas en el tiempo. Nuestra América morena está poblada de estos procesos. 

    Un hecho significativo luego de la revolución mexicana, que terminó con una nueva constitución, fue la revolución cubana de 1959 que instaló un gobierno popular. Entre los procesos de contra reformas, la dictadura militar de Chile y sus 15 años de dominación marcan de manera dramática el lado contrario.

    Recuperada la democracia en 1990, Chile entró en una etapa distinta, y ya han transcurrido 32 años, de los cuales 24 corresponden a una coalición de partidos agrupados en la ex concertación por la democracia, luego ex nueva mayoría. Un bloque político que partió con 17 partidos y concluyó con entre seis y ocho colectividades y hoy atraviesa por una severa crisis.  

    Por cierto, la derrota electoral de la dictadura con el plebiscito del No en 1988 y la elección presidencial de 1989 fueron una inyección de esperanzas. La realidad, no obstante, sería mucho menos benevolente e impondría límites ("bordes" se dice ahora con una elegancia supina), para ir menguándolas lenta e inexorablemente hasta arribar a un momento -octubre de 2019- en que las masas desbordaron su decepción y sin control y conducción posible, arremetieron en las calles y plazas del gran santiago y en otras ciudades, dejando con la boca abierta y pasmados a la clase política tradicional. ¿Qué pasó aquí?

    Se ha escrito mucho en estos, apenas tres apretados años desde fines del 2019. Han pasado muchas cosas (y seguirá siendo así), desconcertantes y complejas. Es un tiempo muy breve para decantar de manera rigurosa las explicaciones necesarias. Solo será el paso del tiempo y de la exploración profunda lo que permitirá en los siguientes años comprender, realmente, a cabalidad lo sucedido. El estallido del 18-O impactó al país, puso a la institucionalidad en jaque, desnudó rabia y sentimientos desconocidos, los partidos políticos quedaron contra la pared, la sociedad en general vivió un asombro espectacular. ¿Qué pasó aquí? ¿Si todo iba tan bien?

    Los ecos del estallido social del 18-O aún resuenan, pero en el presente no tendrán la misma dimensión. Parte importante de esa misma sociedad que protagonizó el estallido social, paradojalmente, en la fecha que abría un horizonte distinto, el 4 de septiembre, se volcó precisamente al lado contrario de sus propias expectativas. Parte fundamental del voto de rechazo al texto de una nueva constitución proviene de esa masa de chilenos desencantados, muchos de los cuales fueron protagonistas de las grandes marchas que coparon las calles y plazas de Chile con el "octubrismo" popular. 

    El estado y su institucionalidad y los partidos políticos canalizaron esa energía a través de una promesa de nueva constitución. Era una promesa frágil, pero necesaria para contener los efectos del estallido social. Luego, con esa promesa en la mano se trabajó un complejo proceso político (plebiscito, convención, elección de constituyentes, texto final) y todo se fue enredando -casi convenientemente- en el camino hasta que las energías del estallido cumplieron el mismo ciclo de una pila cuya carga tiene fecha de término. 

    El dominio del escenario político e institucional hoy no lo tienen las masas populares del estallido. Ni siquiera la "primera línea". La contundente derrota del 4-9 actúa como una dopamina. Hay sectores sociales aturdidos. Otros, decepcionados. Algunos tratan todavía de entender lo acontecido. La clase política se observa casi refulgente y esplendorosa: el dominio de los sucesos está en sus manos, volvió a su control el tomar decisiones, pero tengan cuidado porque el resplandor sólo dura un cierto tiempo. 

    El problema es otro: la decepción de las masas populares no se expresará en un nuevo estallido semejante al 18-O. Tendrá otra manifestación: más compleja, más crítica e inevitable. Si las fuerzas de izquierda, centroizquierda o como se llamen finalmente los "progresistas", no se ordenan con un sentido común, las posibilidades de un gobierno conservador extremo y populista están al acecho. Todo aquello implicará otro tipo de tensiones hacia el futuro, especialmente, porque ese mundo conservador, que busca apropiarse del triunfo del rechazo y convertirlo en una "arma de batalla" política, buscará, a cualquier precio, agudizar las contradicciones, construir un relato culturalmente hegemónico, estimular los sentimientos nacionalistas y apuntarán al discurso progresista como un "enemigo" de un auténtico desarrollo basado en la competencia y el individuo. 

    Esto es mucho más duro que un estallido. No es la idea de una refundación de Chile por la fuerza de las armas como fue con el golpe militar. El mundo conservador logró constatar que muchos chilenos son más individualistas, aspiracionales y consumistas y rechazan la política y sus prácticas. Las ideas de justicia, progreso, comunidad y solidaridad no son suficientes para movilizar proyectos de cambio estructural. Su estrategia no será detener el nuevo proceso constitucional, si no, contenerlo y domesticarlo y dejar la sensación de que algo cambió para que nada cambie. 

    El mundo conservador observa con expectación el momento y reúne fuerzas y recursos (que los tiene de sobra) para caminar a una "segunda revolución conservadora", esta vez sin armas ni militares, sino con su enorme poder financiero, la propiedad y control de los medios de prensa y ahora y luego de haber probado con éxito el manejo subliminal de las redes sociales, cuenta con los factores que les pueden ser propicios para desbancar a las diversas "izquierdas". 

   Todo aquello podría ser posible si las fuerzas progresistas, las dos coaliciones de gobierno y el gobierno mismo no asumen la dimensión crítica del momento actual y reorganizan sus estrategias y se vuelcan a una pedagogía de masas más allá de las instituciones y de las políticas públicas bajo un pacto político eficiente. 

   En el caso del PPD, a punto de cumplir 35 años de existencia, es cuestión de evaluar cuánta energía sigue depositada en su batería principal: su sentido de ser. Los datos, estadísticos, institucionales y políticos están indicando algo que debe ser reflexionado. Un partido político que puede entrar al medio centenario de su historia es una cosa. El PPD está muy lejos de un 50 aniversario. Se requiere un soporte histórico de muy alta densidad. Apenas estamos llegando a 35 años. Eso es un hecho. Junto con nosotros, otras colectividades viven lo mismo. Y si las cosas siguen críticas, hay una probabilidad que lo viejo deba dar paso a lo nuevo.

Domingo Namuncura

18 de octubre 2022

25 mar 2022

 Documento en circulación.

¿"El PPD se encamina hacia
la creación de una nueva fuerza política"?

En los correos electrónicos de militantes del PPD está comenzando a circular un documento que lleva el título de cabecera pero sin interrogantes.  No tiene autoría. Es decir, no se sabe quién/quiénes lo promueven. Podríamos suponer que proviene -eventualmente- de una comisión que habría sido convocada por la comisión política o la mesa, a la que se habría encomendado la tarea de imaginar este tema y proponer una pauta.  Esta idea fue plantada y aprobada en el consejo nacional de enero y luego confirmada por una directiva nacional y después de ello nada más se supo. En ese sentido, los protocolos institucionales son importantes. Como también lo es la información hacia la militancia. Muchos documentos que tienen un sello histórico en el PPD, solicitados a  personas o comisiones, siempre tuvieron una referencia clara respecto de sus autores e instancias y no es menor dicho dato.  En este caso, no obstante, y a pesar de la ausencia de estas formalidades mínimas y dado que el documento circula con los logotipos oficiales del PPD, habremos de suponer que es un texto "oficial". ¿Sellado por quién/quiénes? Probablemente lo sabremos después. 

Otro aspecto formal, importante, es que en la circulación del documento se plantea una invitación tipo "urbi et orbe", algo así como a "todos los hombres y mujeres de buena voluntad". El tenor del texto es así de amplio: "La invitación entonces es a pensar Chile y a pensarnos como actores que aportan desde lo que fuimos, desde lo que somos y desde lo que pretendemos ser..."  Y ahí el texto concluye. No hay indicaciones respecto de cómo se ha de realizar esta conversación, con qué plazos, bajo qué metodología y cómo se irá recogiendo el parecer los ciudadanos militantes del ppd y luego de las instancias orgánicas que tendrán que ir tomando decisiones. Es igualmente probable, en todo caso, que de todo esto iremos sabiendo en el camino.

Estas disquisiciones pueden resultar incómodas. Y, precisamente, tienen ese objetivo de incomodar. Si nos vamos a plantear, en serio " que "el ppd puede dar por cumplida la misión de recuperar e instalar la democracia"  ¿Debe entenderse que el ppd -como algunas personas indicaron antes- ha dejado de ser lo que debiera poder ser? ¿Explica esta sensación el que un poco más de 1.800 personas ya han renunciado a la colectividad en los últimos meses? (fuente Servel). O que, aún cuando "no ha existido otro partido progresista, ecologista, liberal, socialdemócrata y feminista" (decisiones que son recientes, desde el 2019 con el IV Consejo nacional estratégico), "El PPD fue la innovación política más significativa a la vuelta de la democracia" y ¿Por lo tanto? El concepto "fue" corresponde al pasado y ¿Qué queda para el futuro?

Dice el documento: "Se requiere con urgencia una nueva izquierda libertaria y moderna, con vocación de futuro y de mayoría que trascienda las antípodas autoritarias, centralistas y anacrónicas de una izquierda tradicional, una izquierda varada en el siglo XX, que solo confía en el estado y relativiza la defensa de la democracia y los derechos humanos."  Y se debe deducir entonces que aún cuando el ppd "fue" lo que fue, entonces igualmente puede "seguir siendo" en la tarea de constituir un nuevo referente. Y vamos al desarrollo de estas ideas acogiendo esta invitación "urbi et orbe".

El IV consejo estratégico del PPD (2018-2019) fue mucho más determinante en establecer una perspectiva estratégica que no se cumplió en un plazo inmediato, pero que sigue vigente.

Este documento en circulación recoge nuevamente varias ideas ya formuladas y acordadas por todo el PPD en el 2019. Veamos algunos titulares de aquella época:

+ La centroizquierda y el PPD tienen que reinventarse.
+ Tenemos que terminar con la tremenda ruptura entre política y sociedad.
+ Tenemos que ser capaces de responder a los temas de futuro.

La identidad del PPD fue un tema largamente debatido luego de la convocatoria en el 2018 del IV Consejo nacional estratégico y finalmente acordamos que "el nuevo sello ppd" sería el de un partido progresista, de izquierda democrática y liberal, feminista, verde, social y regionalista".  ¿Cuánto de estos marcados conceptos han sido asumidos por la institucionalidad y militancia del PPD?.

El remate de estas ideas viene con el capítulo de los desafíos del PPD y al respecto dijimos: "Hoy la sociedad chilena se encuentra en un nuevo momento histórico, socialmente en un nivel de desarrollo más amplio y culturalmente con una conciencia más profunda respecto de sus derechos y demandas".  Señalamos esto varios meses antes del estallido social del 18-O" y, por tanto, "entendemos que ha llegado el momento de proponer al país un nuevo comienzo, un nuevo pacto social, político y cultural, que dé cuenta de lo mejor de nuestro pasado reciente y con la vista puesta en democratizar el futuro".

Realicemos entonces una primera autocrítica. ¿Cuánto de todas estas afirmaciones -que están reiteradas en el documento titulado "El ppd se encamina hacia una nueva fuerza política"- han sido asumidas, promovidas y cauteladas por la institucionalidad del partido y de sus militantes?.

Segunda observación: Se dice en este documento que "el pueblo no ha querido ponernos por debajo de otros pactos y coaliciones. Este resultado merece una autocrítica profunda" y la verdad de los hechos, tanto por resultados electorales como de diverso otro tipo, indican que el pueblo de Chile, sí nos puso -efectivamente- por debajo de otros pactos y coaliciones. De partida, el ppd perdió una primaria presidencial. Luego, perdió candidatos al municipio y al parlamento y mantiene lo esencial. También perdimos -en coalición- la elección presidencial. Y quedamos debajo de un proceso electoral y político en donde hoy la voz del ppd es relativa y si no fuera porque contamos con una bancada de senadores y diputados, en una cierta proporción, estaríamos en una situación más compleja. ¿Por qué llegamos a este estándar? El análisis autocrítico no se ha realizado en profundidad. En parte, en el mismo documento sin firmas se señala al menos una razón: "grandes errores cometidos por integrantes destacados del partido, mal enfrentados, y sobre los cuales nos hemos realizado múltiples autocríticas, provocaron un grave daño en nuestra imagen y credibilidad". 

El nudo central que se nos proponeel documento apunta a que "se requiere con urgencia una nueva izquierda libertaria y moderna, con vocación de futuro y de mayoría, que trascienda las antípodas autoritarias, centralistas y anacrónicas de una izquierda tradicional, una izquierda varada en el siglo XX, que solo confía en el estado y relativiza la defensa de la democracia y los derechos humanos".

Lo valioso del documento "El ppd se encamina...." es poner en perspectiva algo profundamente conversado entre los años 2018-2019 y en varios consejos nacionales y esto que el ppd agotó su ciclo principal y otras fuerzas políticas de la centroizquierda, lo mismo. Y una serie de errores llevó a la centroizquierda a un resultado que todos lamentamos. Resolver esto, requiere algo más que una invitación a volver a debatir aquellas ideas para que el resultado final no sea otro documento de ideas y así sucesivamente.

El PPD debe clarificar en serio si "fué" un referente relevante, si "puede seguir siéndolo" o si ya estamos en la etapa en que el ciclo de 33 años de historia hay que cerrarlo.  

Este tema no merece eufemismos ni retórica. Implica decisiones políticas, institucionales y orgánicas muy precisas. De partida, un debate político orgánico (totalmente lejano a cualquier tipo de invitación "urbi et orbe") requiere que todas sus instancias sean convocadas formalmente a subsanar, primero, problemas de desarrollo democrático institucional del partido (y no hay que ser ciegos frente a esto). Se necesita que los militantes participen con su opinión efectiva y que sean, primero, escuchados, y muy profundamente.  Luego, que el tema sea asumido por las orgánicas de resolución oficial con qüorom reales y sólidos. Esto es un proceso dialógico y no necesariamente discursivo solamente. Se necesita una pedagía de trabajo y el compromiso de dirigentes y militantes que deben tomar conciencia en cuanto a que lo que se resuelva define el destino de una colectividad.

¿Es prematuro plantearse este tipo de dilemas. ¿To be or not to be? Si nos dejamos llevar por la ilusión de que haber logrado retener el porcentaje electoral justo y necesario para sobrevivir como partido es un oxígeno suficiente para permanecer, estaríamos equivocando los caminos. Si creemos que una decisión de "ir a la construcción de una fuerza política de centroizquierda" se puede lograr en un mediano plazo con otros actores políticos que también están refugiados en sus logros electorales y que difícilmente desatarán sus nudos para anudarse con nosotros, es otra hipótesis a escarbar.

¿En qué consiste entonces la idea de una nueva "fuerza política", de centroizquierda, entendemos, promovida por el PPD?  ¿Habrá suficiente confianza social y militante en personas de otras colectividades que estén disponibles para creerle al PPD su "vocación" de futuro subsumiéndose en un proyecto distinto a su propia esencia?

Los procesos políticos, sabemos, son dinámicos, pero nunca tanto. También es cierto. La formación de coaliciones de partidos es un proceso normal y natural así como su disolución. La Concertación se mantuvo potente y poderosa desde 1985 luego de la lenta convergencia de diversos partidos que lograron agruparse en la concertación por el NO y luego en la concertación por la democracia. El PPD fue un partido históricamente eje de ese proceso.  Con la derrota del Frei Ruiz-Tagle en el 2009 y el ascenso de la derecha la coalición entró en un declive y fue el propio PPD  y recordemos pues, con Tohá de presidenta partidaria, que en la caleta El Membrillo de Valparaíso, en un acto público el partido cerró el ciclo concertacionista y anunció la creación de la Nueva Mayoría con el PC incluido.

Fue -como se dice- "una movida astuta" en la cual todos los partidos derrotados por Piñera entendieron que solo unidos podrían ganar el gobierno. Y así fue, con Michelle Bachelet, pero en el seno de la centroizquierda ya estaba incubado el virus de un fracaso político por cuanto -a pesar de todos los grandes progresos conseguidos por su gobierno- los partidos de la centroizquierda (ppd incluido) perdieron su capital más relevante: credibilidad, compromiso con la sociedad civil e incumplimiento de promesas.  La derrota del senador Guillier en el 2017 sólo sería la antesala de la disolución total de la concertación y luego de la nueva mayoría.

¿Qué reemplazó aquello? El PPD se esforzó: creo la convergencia progresista (PPD-PS-PR). Luego pasamos a los acuerdos por el apruebo. Intentamos sumarnos a una primaria presidencial y la nueva coalición de izquierda rechazó nuestro intento. Nos sumamos a primarias no legales y finalmente terminamos en a la idea de un Nuevo Pacto Social y ahora, no es claro en qué estamos, con el PS muy cercano a la coalición gobernante y el PR-Liberales y Ciudadanos buscando su propio camino. Y con el otrora potente PDC de los años fuertes de la Concertación ahora lejanos y reducidos también electoralmente.

¿Quiénes son, realmente,  los destinatarios de nuestro llamado a formar una "nueva fuerza política"? 

La experiencia histórica ha demostrado que los resultados de "agrupamientos innovadores" de grupos, fracciones o tendencias que han dejado sus partidos para formar una "nueva gran fuerza política" han terminado en proyectos de corto alcance.   Por su parte, los llamados "partidos consagrados" por la historia (con muchas décadas en el cuerpo no van a ceder -fácilmente, al menos- a subsumirse en combinación con otros.  El PS en 1991 nos convocó a su gran "congreso de unidad de la renovación socialista". El PPD se dividió porque gran parte de los liderazgos PS-PPD en el partido, volvieron al PS y nosotros hicimos una apuesta y nos fue bien para quedarnos como partido autónomo del PS.  Pero ahora el PS sigue siendo un partido potente (15 convencionales versus dos del ppd entre otros aspectos) y no está en su agenda ningún proyecto de fusión ni de nuevos referentes.  El PR, inteligentemente, se ha sostenido por décadas con su perfil de partido-bisagra y ha resistido muchos embates. Liberales y ciudadanos fueron construcciones recientes. El PDC mantendrá su línea de flotación política sin necesidad de ceder en su identidad histórica. ¿Cuáles son los partidos con los cuales en el documento en circulación se buscaría construir una "nueva fuerza política"?

Hablemos de partidos políticos que concurren a dicha formación y no de grupos o fracciones o, acuerdos entre intelectuales y "figuras" de la política nacional que levantan sus brazos señalando que "ahora si", "somos la nueva fuerza renovada" de la centroizquierda. Este relato ya no es creíble. Y la idea de que otras fuerzas, de la izquierda emergente y ciudadana, podría atender con especial interés esta idea de un "encuentro fundacional", por el momento, hay que dejarla de lado. 

¿Una nueva fuerza social con énfasis ciudadano, feminista, verde, indigenista? ¿Un PPD re-transformado, sumando nuevos contingentes sociales igualmente emergentes? ¿Con los mismos líderes al frente, que han conducido el partido en las últimas décadas? ... 

Valoremos, no obstante, el esfuerzo de reponer en el debate interno todo aquello que ya fue debatido amplia y profundamente en el IV Consejo nacional estratégico.

Pero no pretendamos que lo que estamos planteando ahora es nuevo, novedoso y/o atractivo. Especialmente, porque sigue pendiente la pregunta de fondo. ¿Y qué sucedió, entonces, con aquellos acuerdos y compromisos que adoptamos en dicho IV consejo del 2019 que tuvo la virtud de avizorar los escenarios que se nos venían por delante?

El PPD mantiene intacto aún, su Declaración de principios, su Código de Ética y sus Bases programáticas. Se ha mantenido en posiciones de izquierda y de centroizquierda. Aunque en algunos momentos ha prevalecido una cierta mirada neoliberal en algunas decisiones políticas, en lo sustancial, en 32 años de historia el pueblo PPD ha empujado posiciones progresistas. No hay, todavía, fracturas ideológicas en el sustrato doctrinario y político del partido que obliguen a una renuncia masiva al Partido. Las severas renuncias de estos meses tienen que ver con otra cosa: con una institucionalidad democrática fallida y con problemas de coherencia política entre nuestro relato y los actos necesarios para reflejarlos.  El PPD es mirado ahora como un partido "del pasado" y no del futuro.

Construir futuro no es cambiar generaciones de dirigentes que tuvieron (tienen) un control férreo, todavía, de la institucionalidad que va quedando, por otras generaciones distintas. El problema excede dicho marco. Hubo un período asociado al segundo gobierno de la presidenta Bachelet en que una generación (llamada de los 90) "tomó control" de importantes intancias partidarias en un contexto de participación gubernamental y los resultados aún nos falta evaluarlos en profundidad. La generación de los fundadores, que realizaron una gran contribución política, se extendió  -en diversas puertas giratorias- por tiempos muy prolongados sin permitir ni promover nuevos procesos de liderazgos. Otra generación intermedia que alcanzó importantes cuotas de poder se quedaron en el camino. Y así.

El PPD requiere, primero, desarrollar un profundo proceso de aggiornamento, como cuando el Papa Juan XXIII -después de 400 años de una cómoda historia eclesiástica- remeció los cimientos y convocó al II Concilio Vaticano e hizo abrir todas las puertas y ventanas de una Iglesia muy mohosa y tóxica.  Se requiere coraje para esta tarea, pues los poderosos intereses de la curia vaticana hicieron todo lo necesario para oponerse y luego para aplazar el Concilio y finalmente para ponerle un bozal y pensaron que con el arribo de Paulo VI (liberal moderado) las cosas "volverían a su rumbo normal". Pero el Papa Juan XXIII había olfateado e intuido que al abrir las ventanas y puertas de la Iglesia, entraría  -inevitablemente- una masa de aire fresco de curso imparable.  Al II Concilio le debemos después la histórica Conferencia de Medellín, cuando las conferencias episcopales de las iglesias de américa latina proclamaron su histórico Manifiesto en favor de los pobres y de los cambios estructurales en el continente y los movimientos sociales (muchos de inspiración católica y laica) encontraron en dicho proceso un apoyo inconmensurable. Fue el período de auge de la Teología de la Liberación, un auténtico y profundo proceso de renocación de la Iglesia del siglo XX.

Disculpen la disquisición eclesial en un análisis político, pero hay procesos que vale la pena estudiar. Y no por nada la Iglesia tiene 2.022 años de historia, contra apenas 32 años del PPD y de otros partidos.

El aggiornamento del PPD indica que debemos ir a una profunda renovación de nuestra propia constitución interna. 

Si los problemas del PPD no son de escala valórica, ni doctrinaria ni de sus bases programáticas sino que -principalmente- provienen del crítico desarrollo de su institucionalidad democrática fallida y esto tiene efectos importantes en el imaginario social que ve al PPD como lo ve ahora, entonces, esta materia que tiene una enorme prioridad, debe ser tratada como tal, primero, para reordenar tales prioridades y poner las cosas en la agenda correspondiente y eso significa no tan solo un documento breve sino una convocatoria a un debate de "abrir las puertas y ventanas" del PPD para que entre aire fresco.  Luego, podremos entrar a trabajar la idea de una nueva gran fuerza específica porque así como estamos, nuestro crédito es bajo. 

Esta es una manera de salir al paso del documento que se nos propone (e insisto en que es importante saber quién/quiénes lo proponen y desde qué instancia nace). No sea cosa que en un tiempo breve nos encontremos -sorpresivamente- con otro documento: ya firmado por algunos dirigentes de aquí y de allá (renunciados de otros partidos o movimientos) que, ahora sí, nos anuncian una "gran nueva fuerza política" y muchos de nosotros tengamos que aceptar lo inevitable. Ya sabemos a dónde arribará algo así.  

Comencemos entonces por casa, reordenemos la cuestión, hagamos que nuestra institucionalidad se reorganice, reconstruyamos el cordón umbilical con la sociedad que perdimos, sus trabajadores, los pobladores, el mundo de los pobres, de los violentados en sus derechos. Escuchemos lo que tienen que decirnos. Hagamos nuestra autocrítica y luego caminemos con una agenda política renovadora que sea sustentable.  Se puede. Es voluntad de resolverlo y de tener el corajo de asumir este proceso.

Domingo Namuncura
Ex Vicepresidente nacional indígena 
Trabajador Social-docente
Editor

25-03-22

29 ene 2022

Los ministros/as del primer gabinete del presidente Boric y Apruebo Dignidad.

Definitivamente, el primer gabinete 
del presidente Boric y del gobierno de Apruebo Dignidad marca el cierre de todo un ciclo político.


En 32 años de historia de la democracia post
dictadura militar, estas imágenes reflejan de manera relevante los cambios experimentados en el ámbito político de Chile, en especial, en el movimiento progresista.

Efectivamente, en 1990, al instalarse el primer gabinete presidido por don Patricio Aylwin, en representación de una amplia coalición de centroizquierda, los temas de paridad de género estaban "fuera de tabla". Nótese además, la rigurosidad del esquema: todos los ministros con un estudiado traje negro, camisa blanca y corbata y una rígida puesta en escena. Ninguna mujer, por cierto. No se consideraba el tema de género como un componente político esencial. ¿Pueblos Indígenas? Nada. Inimaginable para ésa epoca e incluso para estos tiempos nuevos.

Solo años después, en el 2003, el presidente Lagos nombró a un Mapuche como Ministro Secretario General de la Presidencia (Francisco Huenchumilla). Luego, en el 2004 nombró a Yasna Provoste Campillay (diaguita) como ministra de MIDEPLAN y en el 2006 como Ministra de Educación. El Presidente Ricardo Lagos es el único presidente de Chile que realizó este tipo de nombramiento de personeros indígenas en gabinetes de la centroizquierda. Y siempre tendremos presente su gesto hacia los PPII.

La Convención Constitucional marcó la importancia de hacer representar la rica diversidad cultural de Chile y su primera presidenta, nada menos, fue una mujer mapuche. Marcó un cambio de época, pero en los gobiernos esto es más lento.

Pero volvamos a la imagen: el gabinete de 1990 fue recibido con júbilo por un país y un pueblo cansado de 15 años de horrores, violaciones de los DDHH y pobreza. En la cultura cotidiana estaba instalada además esta idea inveterada de la reverencia máxima hacia las autoridades. Primaba la idea que la política era una tarea noble, de servicio público y no para servirse de aquello. Los nuevos políticos de la entonces concertación por la democracia eran queridos, respetados y valorados. Muchos de ellos habían sufrido el exilio, cárcel y diversas formas de violaciones a sus derechos. Habían sido la "primera línea" de la lucha social y política contra el dictador. ¿El protocolo? Apenas un detalle.

La imagen explica aquello. ¿Un ministro recién nombrado, en esa foto, llegando sin corbata y con un traje diverso? Imposible. El estricto protocolo del ceremonial fue ensayado una y más veces antes de esa foto histórica. Y eso se aceptaba y se respetaba, aun cuando también hubo voces, en la coalición gobernante, que señalaron la ausencia de mujeres. Pero no era el tiempo de mujeres, aunque cuando cientos de miles de ellas dieron todo en las calles y en los barrios en las luchas sociales contra la dictadura militar.

Pero el país estaba contento, aliviado, alegre. Había caído el dictador y derrotado en las urnas. Cómo se iniciase el nuevo gobierno era un detalle. El pueblo no cuestionaría ni la forma ni el fondo de la conformación y presentación del gabinete. Aylwin contaba con toda la confianza. Y la foto oficial quedó registrada para siempre en nuestra historia.
La segunda imagen tiene tan solo algunos días. Corresponde al primer gabinete del presidente Boric y de la coalición Apruebo Dignidad. Con un protocolo sencillo, en un lugar igualmente histórico (tendencias que fueron asumiendo también otros presidentes anteriores), el primer gabinete del presidente Boric marca un muy fuerte contraste con 14 mujeres ministras (todas, profesionales destacadas y con enormes méritos) y 10 hombres, igualmente meritorios. Un gabinete con independientes y militantes de Apruebo Dignidad más otros ministros/as del ahora nuevo referente del Socialismo democrático.
La imagen marca un promedio de 49 años de sus miembros, siendo un senador socialista que culmina más de 30 años de carrera parlamentaria, el ministro de mayor edad (74). Predomina la idea de una generación de recambio que reemplazará indefectiblemente a quienes (bien o mal) hicieron todo lo posible desde 1990, para convertir a Chile en un país cuyos indicadores lo ubican -históricamente- como un país con grandes estándares de desarrollo que traían consigo -paradojalmente- sus propias contradicciones, especialmente en lo relativo a los temas de igualdad de oportunidades.
La imagen entre ambos gabinetes contrasta también por el colorido: los hombres mantuvieron ciertas características en ningún caso rígidas (ninguno con corbata, por ejemplo) y las mujeres se presentaron sin ostentación pero con delicadeza y ternura, incluso sosteniendo a sus hijos en plena ceremonia: una representación del Chile común, cotidiano, laboral, sin aspavientos.
La imagen de 1990 representa la solemnidad de una República que iniciaba un lento, complejo y fructífero cambio de época en muchos sentidos. Uno de los cambios fue el empoderamiento de los derechos de la mujer. Otro, el de las minorías y los pueblos originarios.

Era cuestión de tiempo que estos hechos sociales, políticos y culturales comenzaran a reflejarse en los gabinetes y de hecho, la presidenta Bachelet en su primera administración marcó la primera señal al nombrar un gabinete paritario de Ministros y Ministras de Estado. Por tanto, era de esperar que el nuevo gobierno de Apruebo Dignidad continuase con esta misma señal y que incluso la ampliase a los Pueblos Originarios.

Saludamos, por tanto, a los nuevos primeros Ministros y Ministras de Estado, a quienes les deseamos el mejor de los éxitos: a los hombres designados en distintas tareas, a las mujeres que ocupan ahora roles formidables, en Interior y Defensa, por ejemplo, a y quien representa también a sectores sensibles como el magisterio. El gabinete paritario de Ministros representa a un gobierno de carácter nacional.
En algún futuro próximo podremos también saludar con todo el Newen, a un gabinete plurinacional en donde junto con mujeres y hombres, un Ministro o Ministra de Estado provendrá de los Pueblos originarios de Chile. Tal vez esto sea más sólido con un presidente o presidenta de Chile, de origen indígena. El camino se abrió en el 2021 con la Ley 21.298 sobre escaños reservados y la elección de 17 constituyentes indígenas. Todo esto es posible pensarlo hoy y con mayor razón si la nueva constitución declara a Chile como Estado Plurinacional.

La idea de ejercer ha implicado también un cambio cultural en el imaginario social. La autoridad debe ser respetada pero no ensalzada. La sociedad quiere que sus políticos sean "personas comunes y corrientes". Todos lo son pero en los años previos se fue instalando una sensación de disgusto con los altos salarios en la elite del sector público, dietas y privilegios paarlamentarios, nepotismo, tráfico de influencia y diversos otros problemas de transparencia pública que fueron alejando las percepciones de que la política es una noble actividad social. Claro, decimos todos, por cierto. Pero cuando a su alrededor giran situaciones como el acomodo con el poder, las puertas giratorias, la permanencia ad eternum en los cargos (ahora limitada por una ley de la República), etc, la valoración de la misma deja de ser positiva. Ojalá en este nuevo tiempo de cambios se recupere esa vieja idea republicana de que la política surge para servir a los demás y no servirse de ella. Pero claro, todo esto implica un cambio cultural.

Al cierre de esta edición y estando pendiendo aún el nombramiento de la segunda línea del gabinete, los subsecretarios, en cierto modo el PPD -bajo la voluntad del presidente electo- alcanza a estar presente en el gabinete ministerial en una área de mucha importancia, por varios motivos: el desarrollo social, la familia, la lucha contra la pobreza, la juventud, adultos mayores y pueblos indígenas.

El presidente ha designado para estas funciones como ministra de Desarrollo Social a nuestra compañera Jeanette Vega Morales, con una extensa trayectoria profesional, académica y social, a quien le expresamos nuestros mejores deseos. Es una gran señal de confianza y de empoderamiento para que nuestra compañera, desde esa misión ministerial, pueda encarnar el ideario social del PPD -que está vigente- en aras de una mayor justicia social. En tal sentido nuestro deseo de éxito en su tarea es absoluto e incondicional.

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59 Consejo Nacional del PPD

* El PPD no tomará palco estando en juego los sueños de Chile. Lo nuestro será una "colaboración constructiva".

*Se inicia debate partidario sobre reforma de estatutos.

* Comisión de futuro convocará a debate sobre "nuevos sentidos" del PPD.

* Votos políticos.



En un nuevo consejo nacional del PPD, realizado virtualmente el sábado 15 de enero 2022, con una asistencia inicial de 126 personas (entre consejeros nacionales e invitados fraternales) y con un cierre con 81 participantes (de un total de 400 consejeros formales), los dirigentes nacionales y regionales abordaron el momento actual del PPD en el escenario de transición entre la segunda vuelta y la fecha de inicio del nuevo gobierno de izquierda (Apruebo Dignidad), en medio de un escenario expectante sobre nombramiento de autoridades.

La presidenta del partido enfatizó la tarea de caminar hacia un debate y reflexión sobre el futuro. Señaló que esto "responde a la constatación de la crisis de representación que viven los partidos y la necesidad de encontrar nuevas formas". En lo contigente, el PPD asumirá un rol de "colaboración constructiva" con el gobierno de Apruebo Dignidad en donde el partido "no tomará palco", en atención a respaldar todo aquello que diga relación con "los sueños de Chile".

Para el PPD el foco de atención "y nuestra mayor responsabilidad" es "volver a ocupar el espacio político y cultural que hemos perdido", y por tanto, "subir la moral, conversar, dialogar, crear y construir comunidad", en referencia a la convivencia interna y los deberes presentes.  (Discursos en https://www.ppd.cl/ppd-en-el-primer-consejo-general-20022-no-tomaremos-palco-frente-al-nuevo-gobierno/ )

Los estatutos: nuestra propia y necesaria reforma "constituyente".

El 59CN fue informado por la mesa directiva de la creación de una comisión de carácter nacional que convocará a los debates necesarios para promover una profunda reforma de los actuales estatutos nacionales del PPD. 

Este es uno de los temás más postergados en la historia reciente del PPD. En el año 2008 y luego de un arduo debate el CN aprobó la convocatoria a una primera "Conferencia Nacional de Reorganización" del partido. Sin embargo, por esas cosas que ocurren en los partidos políticos, dicha conferencia ha sido sistemáticamente postergada por las direcciones políticas, especialmente ante la sentida demanda de los militantes por una mayor democracia  y transparencia. interna.  En el CN del año 2021 (trece años después de lo acordado en el 2008) se acordó ratificar la idea de una reforma de estatutos, encomendándose a la dirección nacional su desarrollo. El voto fue aprobado por unanimidad. No obstante, desde fines de enero del 2021 hasta diciembre, nunca fue constituida la comisión pertinente, a pesar de diversas insistencias en la mesa nacional y la decisión recién surge en enero del 2022. 

Finalmente, en el 59CN del 15 de enero 2022 se ha informado que la comisión correspondiente está siendo constituida y deberá iniciarse el proceso de reforma estatutaria, lo que indica que recién, a mediados de este año, la militancia podría conocer un priumer borrador de la nueva estructura constituyente del PPD.  

Previamente, la dirección regional metropolitana ya había acordado constituir una comisión regional que inicie este debate sobre dicha reforma asumiéndose que estando vigente dos acuerdos de CN, que no se han cumplido, correspondía hacerlo como dirección regional. La comisión ya cuenta con dos reuniones de trabajo en enero y se prepara un primer planteamiento oficial. Está abierta a quienes quieran participar.

La reforma de los estatutos del PPD tiene como símil el esfuerzo por cambiar la constitución actual. Es decir, no se trata de un debate sobre artículos estrictamente sino sobre el sentido de normas democráticas que no sean soliviantadas y obliguen a garantizar derechos y deberes en un marco de convivencia democrática efectiva. En lo sustancial, implica una reforma constituyente de nuestra democracia interna con la finalidad de transparentar las prácticas políticas y en suma, empoderar un trabajo social, político, y cultural de nuevo cuño para restaurar la esencia del PPD y de sus compromisos con la sociedad civil y el movimiento popular.

Comisión de futuro del PPD.

En el 59CN se informó también la creación de una comisión nacional que convoque a un debate partidario sobre el sentido de ser y futuro del PPD, especialmente considerando una serie de situaciones (políticas, electorales, entre otras) que preocupan a muchos militantes. Este será un debate urgente, necesario y muy vital para resolver el sentido de ser del partido, es decir, el modo cómo el PPD ha de llevar a la práctica de manera real sus valores, principios y bases programáticas que están vigentes, pues los problemas del partido no están ahí sino en el desarrollo de su democracia interna, sus modos de convivencia y sus prácticas.

VOTOS POLÍTICOS.

Luego del debate político, con especial participación de presidentes regionales e invitados fraternales, se votaron diversas propuestas que alcanzaron los siguientes resultados.

a.- Voto político de la mesa nacional (aprobación unánime)

b.- Voto de estructuración de la comisión de reforma estatutaria (aprobación unánime) y se acordó una composición representativa de diversos estamentos internos con criterio de paridad.

c.- Voto por "colaboración constructiva" con el nuevo gobierno (98% de aprobación y 2% de abstención).

d.- Voto del consejo Quirino Lemachez (Ñuble) por restricciones futuras de candidatos/as a cualquier cargo (interno-externo) con antecedentes de violencia intrafamiliar y deudas alimenticias (aprobado 96%, abstención 3%).

e.-  Voto de la región metropolitana:

1.- Que el TS emita hasta el primero de marzo la resolución que califica formalmente las mesas directivas comunales (dado que esto está pendiente desde la última elección interna).

2.- Actualizar en la web oficial del partido los documentos relativos a la elección interna y actualización de estatutos.

3.- Que las opiniones de los dirigentes, por motivos políticos, en la situación interna del PPD no sea objeto de sanciones. 

Estos tres puntos iniciales del voto político metropolitano fueron aprobados por 66% con un 23% de rechazo y 11% de abstenciones.

Los puntos siguientes, planteados por el Regional metropolitano, concitaron un muy extenso debate en el 59CN:

4.- Que el CN solicite al TS reconsiderar el fallo que prácticamente dejó al PPD de Magallanes sin dirección regional, provincial y comunal.

5.- Y, consecuentemente, que se declare el actuar del TS en el caso señalado como improcedente por afectarse derechos de expresión y por no concurrir la figura de un delito (corrupción, por ejemplo).

Estos puntos del voto metropolitano fueron rechazados por un 46%, aceptados por 31% y con una abstención de un 23%

Lo acontecido con Magallanes es un tema aparte en esta edición. Claramente, la votación del 59CN, de igual forma está señalando un mensaje crítico: el TS no cuenta con el suficiente consenso por su accionar en el caso de Magallanes y esto afecta las confianzas internas.


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Desafiliaciones en el PPD. 

Los partidos políticos son un medio 
y no un fin en si mismo. Cuando comienza a afectarse su sentido de ser, se inicia un
inexorable proceso de disipación.


En enero del 2016, en pleno gobierno de la presidenta Bachelet y con el PPD siendo parte activa en sus instituciones, el partido contaba con una red nacional de "inscritos" de 106.370 personas. Era uno de los cuatro partidos más grandes en el espectro nacional.

El 14 de abril de ese año, la presidenta estimó necesario que se sincerasen los datos de las militancias en los partidos políticos como un tema de transparencia pública. Se aprobó entonces una normativa legal que obligó a los partidos políticos a refichar a todos sus inscritos, lo que significó una operación administrativa  y política de gran impacto pues se obligó a las colectividades a dejar a atrás una estadística, claramente artificial o falsa, de "militantes" no reales. Por cierto, el PPD debió encarar aquello. Ejercía como presidente de la colectividad el entonces alcalde Gonzalo Navarrete siendo Secretario general el entonces concejal Germán Pino quien meses después renunció al partido. 

El PPD entró en una agitada campaña no prevista, ahora hacia adentro, para lograr reunir la cifra legal de inscritos que le permitiese seguir existiendo. No fue una campaña fácil. Ya estaban en curso diversos síntomas de descontento social, alejamiento de la cultura partidaria, inercias prolongadas, etc y el interés por afiliarse en el ppd no era suficientemente atractivo, pero la meta fue cumplida gracias a un enorme y agotador esfuerzo, y en enero del 2017 la realidad estadística indicó que de los 106.370 "militantes" (inscritos) hasta el 2016, quedamos "inscritos" oficialmente 30.691 personas, entre ratificados (militantes antiguos) y nuevos inscritos, la inmensa mayoría.

En la reciente estadística del Servel ( https://www.servel.cl/estadisticas-de-afiliados-a-partidos-politicos/ ) el PPD actual registra  ahora sólo 28.938 personas inscritas. En relación con el año 2017 esto significa una caída de 1.753 personas que se han desafiliado de esta colectividad, un dato que no ha sido informado oficialmente hacia el interior del partido, especialmente en lo relacionado con la estadística de renuncias mensuales en los últimos seis meses, en donde la curva de desafiliaciones es la más alta y todos los días se suman -gota a gota- nuevas desafiliaciones. Y debiera ser motivo de extrañeza el hecho de que este tema no tenga aun un espacio de debate político pues afecta al PPD en todas sus regiones. Una muestra:

Relación de inscritos por regiones entre el 2017 y 2021:


En este cuadro la única región que experimentó un crecimiento de inscritos fue Coquimbo. Santiago región es en donde la desafiliación ha sido mayor, seguida por la Araucanía, Valparaíso, Arica-Parinacota y Bío Bio. En el caso de Ñuble el Servel consignará desfialiciones en el siguiente cuatrimestre. En síntesis: una caída muy importante de afiliados, a los cuales hay que sumar personas que han fallecido y los datos recientes aún no sistematizados, correspondientes al último trimestre del 2021, lo que permite suponer que antes del cuatrimestre habremos superado la barrera de dos mil desafiliaciones. En particular, las desafiliaciones han penetrado ahora parte de la élite partidaria (parlamentarios, personalidades, dirigentes destacados...) Las inscripciones en el ppd han disminuido al límite.  Por cierto, se dirá, y aunque suene a consuelo, que este es un fenómeno que está ocurriendo con todos los partidos políticos. Pero para unos u otros no es lo mismo. 

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El caso del ppd de Magallanes.
¿Sentencias inequitativas?

Los militantes del ppd fueron sorprendidos en enero 2022 con una sentencia del Tribunal Supremo que prácticamente desestrucuró la dirigencia regional de Magallanes, cuyos dirigentes se habían destcadado en el último año en sus críticas a diversas decisiones, principalmente electorales que afectaron la proyección del ppd en dicha región. Tales dirigentes, finalmente, fueron expulsados de la colectividad, generándose en las redes sociales del partido un clima de asombro y debate, especialmente porque un caso así, de esta magnitud, no había acontecido en el partido en estos 34 años de historia.

En dicha región ha existido una controversia instalada desde hace largo tiempo, pues la dirigencia de Magallanes ha sido perseverante en sostener una postura política crítica y con independencia de. Los primeros conflictos emergieron con la elección municipal 2021, en donde órganos electorales nacionales no aceptaron una primaria comunal en Punta Arenas y la concejala que postuló a la reelección perdió el cupo y finalmente, renunció al partido. 

En el ámbito parlamentario, los dirigentes y militantes del ppd regional trabajaron y propusieron candidatos al congreso: Claudia Barrientos, ex concejala y seremi regional, al Senado, y con interesante expectativas electorales y Marcelo Aguayo, candidato a diputado con una importante trayectoria social y se opusieron a la inclusión del senador Bianchi como candidato a diputado y de su hijo como candidato a Senador en tanto "independientes-ppd". Esta diferencia no menor generó muy fuertes tensiones. Finalmente, en las negociaciones electorales de nivel nacional los candidatos del PPD regional -ratificados por el consejo regional- quedaron excluidos y  se señaló al cierre que no se había podido "cuadrar" los cupos correspondientes a nivel de país...lo que generó un natural y profundo malestar en la región además, por problemas de comunicación y gestión, señalados en la misma resolución del TS.

Con motivo del tema municipal y con el argumento de que no se habían cumplido condiciones estatutarias para la realización del consejo regional correspondiente, el TS había decretado de manera expedita la suspensión de la mesa regional y anuló los acuerdos de dicho consejo en el primer trimestres del 2021.  Luego, con la discusión del tema parlamentario y dado que los directivos regionales emitieron declaraciones de prensa, el TS suspendió la institucionalidad regional partidaria (interdicción) y procedió a realizar un procedimiento de sumario que ocupó tiempo. Posteriormente, dirigentas del ppd de Magallanes con otras dirigentas de santiago realizaron una ocupación pacífica de la sede nacional del PPD por algunas horas para llamar la atención sobre la suma de todos estos hechos, bajo la consideración de estar siendo afectados en sus derechos esenciales y pidieron ser escuchados por la mesa nacional.

Según la resolución del TS con la grave medida de expulsión, los afectados habrían contravenido acuerdos oficiales del CN y los "principios de tolerancia y respeto mutuo en el ppd" y habrían puesto en riesgo el principio de unidad partidaria. Como consecuencia de aquello fueron expulsados/as del PPD:

Maritza Oyarzo, presidenta regional.
Marlene Soto, secretaria regional.
Emiliano Escalante, tesorero regional.
Teresita Loaiza, secretaria provincial
Gonzalo Barrientos, presidente provincial.
Juan Carlos Cárcamo, tesorero provincial.
Alejandra Rubilar, presidenta comunal de Punta Arenas
Pedro Díaz González, secretario comunal
María Rosa Cárdenas, tesorera comunal.

El Diario Crónica de Punta Arenas, recogió y difundió con fecha 9 de enero 2022 estos sucesos, amplificando con ello el grave problema que afecta al regional del PPD y al partido en si mismo.  

En 34 años de historia del partido esta es la primera vez que distintas instancias de dirección partidaria en una región quedan cercenadas (regional, provincial y comunal en forma simultánea), y está pendiente establecer fehacientemente si la naturaleza de los considerandos para tan grave decisión cumplen los requisitos propios de una sentencia justa y equitativa.

Un debido proceso deber tener siempre presente los principios de igualdad, imparcialidad, respeto a la verdad, justo proceso y legalidad de cada procedimiento. Si alguno de estos componentes faltare en el desarrollo de un juicio se presenta, inevitablemente, una sensación de injusticia.  

De acuerdo al Derecho procesal una sentencia de magnitud mayor (cárcel, perpetuidad, expulsión) requiere que cada considerando esté claramente demostrado, con las pruebas acompañadas, verificadas, demostradas y sostenidas en el tiempo y respecto de las cuales no haya motivo de dudas. Esto es la "fuerza de la prueba" teniéndose especial cuidado en cuanto a que haya habido el tiempo suficiente para demostrar el carácter punible o no de las mismas.

Las sentencias de un Tribunal que revisten un carácter subjetivo, por ejemplo: ofender, insultar, discriminar, excluir, dar falso testimonio con un propósito de humillar a una autoridad o tercero, deben ser examinadas como eventual hecho delicado presumiéndose de entrada si la reacción del imputado o imputados, que puede ser considerada más allá de un exabrupto, pudo tener como inicio la acción injusta de una autoridad o cuerpo colegiado siendo éstos los primeros responsables de los hechos. 

Finalmente, en los casos de procesos que no tienen connotación penal o civil como en aquellos relativos a faltar o transgredir estatutos, reglamentos o normas de una determinada institución, debe tenerse presente el marco contextual en que se producen y si hay precedentes que lo justifiquen, pues en una causa no penal o civil, si los hechos juzgados ya han tenido carácter permanente antes y no hubo sentencias graves de término de contrato, marginación de una sociedad y/o expulsión de la comunidad habitual, entonces podríamos ser testigos de una sentencia inequitativa, máxime si no hubiese concurrido a la decisión el Pleno del Tribunal y tan solo algunos de sus miembros. En la resolución del TS no se señala quiénes votaron efectivamente.

En los 34 años de historia del PPD han ocurrido casos graves y gravísimos de faltas de probidad, corrupción, fraudes electorales en elecciones internas y otros casos que han sido tanto o mucho más delicados por sus efectos que el ejercicio del derecho de libre expresión, por crítico que sea, y las distintas comisiones de Ética y Tribunales Supremos del partido, extrañamente, han sido laxos en su accionar o simplemente inactivos.  

Ni siquiera en el caso más grave del año 2002, en el caso coimas, con altos personeros del partido involucrados, el TS no intervino y sí lo hizo la Justicia investigando y condenando finalmente a los responsables. Y la justicia intervino porque la Revista Qué Pasa puso en portada los delitos cometidos y el PPD sufrió un fuerte impacto político y social que aun perdura.  Si no hubiese sido por escándalo público es presumible que lo acontecido no hubiese sido visto por el TS, además, porque los involucrados en delitos punibles ejercían muy importantes cargos políticos y de gobierno.

 Pero en estos 34 años hubo otros casos: dineros de empresas para campañas políticas, facturas ideológicamente discutibles,  negocios económicos, manejo de influencias, algunas autoridades locales comprometidas en su tiempo en problemas serios en municipios y servicios públicos, dineros de SQM,  etc. Y los TS del PPD no actuaron con diligencia y eficacia. ¿Por qué? ¿Por un tema de imagen, de compromisos internos, carencia de independencia y autonomía reales y/o falta de voluntad política para encarar los delicados casos?

En el reciente caso de Magallanes, sin embargo, se actuó de manera expedita.  Se castigó a un grupo de dirigentes regionales con una medida extrema. Y se podría entender que los actos o conductas críticas, de aquí en adelante, podrían llegar a tener este resultado.  Si fuese así, sería un hecho altamente riesgoso para la convivencia partidaria, pues un TS debe brindar confianza y garantías en todo sentido. Por algo, la Ley de PP les proporciona un blindaje especial para que cumplan su cometido y cuentan con un fuero legal.   No obstante, debiéramos presumir que la sentencia del TS en el caso de Magallanes consideró todos los resguardos procedimentales, especialmente el de haber actuado a tiempo y de manera expedita en todos los requerimientos de rigor, lo que debiera explicitarse en una adenda junto con la resolución en comento, lo suficientemente detallada para saber, por ejemplo, cuántas audiencias efectivas se realizaron con los dirigentes ahora expulsados; cuándo viajó una delegación del TS a la región o la grabación de los zoom correspondientes, etc. Todo aquello que forma parte de un "debido proceso".

 ¿Corresponde a un TS proponer formas de avenimiento, para conseguir que aquellos problemas que afectan la convivencia interna, puedan se resueltos mediante una fórmula de diálogo político en un partido político cuando los temas de controversia tienen ese carácter?  Si los hechos en conocimiento de un Tribunal no son constitutivos de un delito (y la libre expresión de ideas e incluso de puntos de vista diferentes y críticos a una línea oficial no lo es), entonces y con mayor razón, en una comunidad de carácter política, y al tratarse de un colectivo, se debe procurar privilegiar el diálogo por sobre el castigo radical, siempre y cuando no concurra la figura de un delito o evidencia clara de corrupción, faltas a la probidad o evidencia firme de actos absolutamente reprochables. 

En el caso de Melipilla, las declaraciones de un concejal electo como independiente-PPD, de tono agresivo con las mujeres y ofensivo hacia sus derechos, la mesa nacional presidida por el ex canciller Muñoz, demoró tan solo unas horas en solicitar al TS su inmediata desfialiación de la bancada de concejales. Vistos los hechos y las declaraciones del concejal, el TS cofirmó su separación del PPD y se presentó una denuncia civil. En dicho caso se siguieron con absoluta transparencia procedimientos expeditos e informados, tanto al concejal separado del partido como a toda la militancia y a los medios de prensa.

Los dirigentes regionales de Magallanes expulsados habían solicitado en más de una ocasión conversar con la dirección nacional del PPD. ¿Se realizó ese diálogo a tiempo? Al parecer no al menos con la formalidad institucional que ello requiere, y por ello algunas personas hicieron ocupación de la sede nacional, para pedir ese diálogo,  no siendo éste un buen camino. ¿Estando en conocimiento de los hechos acumulados en Magallanes, acudió la dirección nacional a la región a conversar con los dirigentes? ¿Se crearon los puentes necesarios para escucharlos directamente? ¿Se hizo posible todo lo necesario para un diálogo político interno? 

La resolución del TS en el caso de Magallanes, agrega una sentencia de "censura" a una autoridad nacional del partido, "en virtud de lo expuesto en los considerandos de este instrumento". ¿Qué considerandos? Veamos el tenor de la sentencia de censura con referencia a dicha autoridad partidaria:

"Este Tribunal ha llegado a la convicción que con su actuar en el proceso de determinación de candidaturas al parlamento, (dicha autoridad) no obró con la rigurosidad que exige su cargo, llevándolo a incumplir su deber de cuidado y debida comunicación con los dirigentes regionales de Magallanes. Por ende, corresponde a este Tribunal reprochar dicha actitud aplicando una sanción la que se determinará en lo resolutivo del presente instrumento".

La sanción  ha sido la de "censura por escrito" como resultado de un "reproche", que en la resolución se señala claramente como resultado de un accionar no riguroso e incumplimiento de los deberes de informar. Es primera vez en la historia del PPD que una autoridad de la mesa nacional es "censurado", aun cuando tan solo sea por escrito por un TS.  Y esto es muy delicado, tratándose de una alta autoridad partidaria,  pero el TS tan solo censura a quien -de acuerdo con el texto literal del escrito- se señala que "con su actuar" generó, inspiró o instó la reacción -agria- de parte de los dirigentes expulsados, entre otros aspectos. ¿Cuál es entonces el inicio preciso del problema y por qué se termina censurando una actuación como "reprochable", que es el que genera el conflicto, y se termina expulsando a quienes reclamaron en contra de ese actuar?...

Dicho todo lo cual: ¿Es, la sentencia del TS, equitativa? ¿Fue resuelta por la unanimidad del pleno del TS?  ¿Cumple los rigores del debido proceso? 

Pero lo principal: ¿Es adecuada la sentencia de expulsión de todo un colectivo de dirigentes destacados por su trayectoria regional, cuando no hay delitos graves, que contravienen los estatutos como las faltas de probidad, corrupción y fraudes electorales,y en cambio se castiga el derecho de libertad de expresión, aun cuando la forma de ejercer este derecho no se ajuste a un estándar de convivencia que ya estaba deteriorada por el accionar anterior de autoridades institucionales? Y un asunto fundamental: si en otros tipos de proceso un Tribunal -cualquiera sea- arriesga ser interpretado como parcial ¿Qué garantías puede encontrar la comunidad actual de militantes en dicha instancia?

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Estantería.

La CEPAL, Comisión Económica para América Latina, cuya sede etá en santiago de Chile acaba de publicar su Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2021 señalando que la región de AL desacelerará su crecimiento en el 2022 a un 2,1% luego de un crecimiento del 6,2% en el año pasado. Esto, como resultado de diversas simetrías entre los países desarrollados y los emergentes, como Chile y sus respectivas capacidades fiscales, sociales y monetarias.  Leer este Balance nos brindará antecedentes fundados para comprender -desde lo político- los desafíos que tenemos como país. Recomendamos su estudio.


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Cinéfilos.

Para estos días de vacaciones, se puede aprovechar algunos importanes estrenos en redes (netflix, entre otros).  "El poder del perro" (https://www.youtube.com/watch?v=wzTkWBGDeJY) es una buena cinta que nos ofrece una perspectiva novedosa del viejo oeste.

En lo existencial, si pudiésemos llamarlo así, el cierre de la serie "After life" nos enfrenta a un relato significativo de una experiencia de vida que nos abre muchas preguntas. (https://www.youtube.com/watch?v=zEeqaUxRGB0).
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