Editorial

Editorial



EL PPD HACIA UN CAMBIO DE RUMBO. ¿CUÁL RUMBO? ...

Presidente Ricardo Lagos Escobar, fundador del PPD, marcando las huellas 
de futuro del PPD al inaugurar el II Congreso nacionalde Ideas y Valores del partido en el año 2001 ante una audiencia de 1.200 delegados del PPD de todo Chile en el edificio Gabriela Mistral.
Eran tiempos fecundos.

Nuevas elecciones internas

El domingo 27 de agosto se deberán realizar elecciones internas en el PPD y ya se ha constituido la respectiva Comisión nacional electoral (CNE).Se trabaja también en la verificación de los padrones por comuna y se afinan los detalles para la inscripción de candidaturas hasta la medianoche del viernes 28 de julio. Luego, vendrán las campañas de las listas y candidatos/as.

Hasta la fecha de esta nota (22 de julio) sólo la senadora Loreto Carvajal (Ñuble) ha publicado en su twitter @Loretosenadora, que entrará a la competencia: "He tomado la decisión de competir por la presidencia del PPD Chile. La competencia ayuda al debate y reactiva nuestras ideas con miras al futuro" (15:24 horas del jueves 6 de julio 2023)Otras informaciones internas, sin confirmación oficial, son que la actual presidenta del partido, ex subsecretaria de desarrollo social, Natalia Piergentili y su equipo actual han señalado en algunas conversaciones que postularán a la reelección. También se espera un eventual pronunciamiento del senador Jaime Quintana (Araucanía) quien fue presidente del PPD en el período 2012-2016.

Desde O'Higgins, el diputado Raúl Soto, ex presidente de la cámara de diputados, con un logrado desempeño en esa labor, también ha expresado su interés en ser candidato. Y en los últimos días circuló también el rumor de que Sergio Bitar, ex presidente del ppd en tres períodos, senador y ex ministro sería bien visto pero él ha declinado toda idea al respecto. Para anunciar e inscribir una candidatura se requiere diversas certezas, entre otras y no menor, la de los elencos que acompañarán la nueva dirección partidaria. De los nombres que están en el ruedo: Natalia Piergentili y Jaime Quintana, ambos han ejercido como presidentes del PPD y será cuestión de evaluar los logros principales de sus administraciones y sus contextos históricos y, sobre todo, si el PPD ha crecido y se ha fortalecido bajo su administración. Para los eventuales candidatos(as) esto sería una oportunidad para ayudar a resolver, como lo señala Loreto Carvajal en su mensaje, "nuestra mirada de futuro".

Un segundo tema es si  es aceptable o no, en las actuales condiciones críticas, una competencia interna o más bien una lista de consenso. La experiencia electoral en el PPD indica que con listas de consenso, la competencia principal baja a las vicepresidencias y también baja el interés electoral. Con listas en competencia, aumenta ese interés y también se hace más nítida la diferencia de programa, relato y compromisos. La forma cómo se resuelva aquello en estos días no es menor para el futuro inmediato del partido. También es dable preguntarse qué es primero: si los nombres de los liderazgos o su acuerdo sustantivo en torno a un programa partidario que reoriente nuestras bases programáticas ya acordadas en un consejo estratégico nacional anterior, pues si -finalmente- todos estamos de acuerdo en que ése es el camino, es decir un PPD consecuente con sus propias definiciones programáticas, entonces cualquiera que presida el PPD estará obligado a cumplir ese programa. Es una manera de ver las cosas.




Hablemos entonces del futuro PPD que nos espera.

El PPD atraviesa por uno de sus más complejos momentos. Tal vez, el más decisivo, con una caída electoral del 3.5% de los votos ciudadanos en la reciente elección de consejeros constitucionales.  Se argumenta que esa elección, muy singular, no tendría comparación con una elección de alcaldes y concejales, y que el porcentaje electoral real del partido será apreciado realmente en la elección municipal de octubre del 2024. Otros argumentan que las generaciones actuales de dirigentes del partido no pueden hacerse cargo de los "errores" o dificultades de anteriores direcciones políticas que habrían hecho poco por fortalecer al PPD y que aun asi, actualmente, los dirigentes actuales han tenido que "poner el hombro" en adversas condiciones. Son argumentos disímiles.  

En estos 35 años de historia en el PPD hemos transitado desde la idea de un "partido progresista de nuevo cuño", inspirado en los DDHH. Luego, pasamos a definirnos como un "partido ciudadano, progresista". Después nos definimos siempre, en varios consejos nacionales como partido de izquierda" -nuestro sustrato ideológico- y finalmente, en el consejo estratégico del 2019, ampliamos nuestra definición hacia la idea de un "partido de izquierda, democrático, verde y feminista". La vida ha llevado al PPD, en la actualidad, hacia el concepto de un "partido socialdemócrata", de centroizquierda y liberal ... Una constelación de conceptos en pocos años. 

El presente político del PPD también es algo singular. Formamos parte de una coalición de gobierno de izquierda. Competimos con la izquierda. Posteriormente, fuimos convocados al gobierno y por ello entendemos que es necesario contribuir con experiencia y compromiso a su buen éxito. También tenemos la percepción de que no siempre somos suficientemente escuchados y bienvenidos. Ahora, también hemos dado algunas razones para ello: el punto más alto fue dado por una ex seremi en santiago que generó un conflicto que puso a un ministro del gobierno al borde mismo de una acusación constitucional. Luego, declaraciones políticas de nuestras autoridades, algunas de ellas con un tenor inesperadamente zoológico, otras anti-programa de gobierno ("no es el nuestro" se dijo), y asi. Una cierta reciprocidad entre partidos y gobieerno requiere también un estándar de expresiones razonables, y para formar parte de un gobierno siempre se requiere promover a los mejores cuadros profesionales que  garanticen eficacia, transparencia y probidad y garantizar con ello nuestra mejor cooperación. Es un asunto de evaluación si en este período se han cumplido estas premisas y de qué manera.

En otros ámbitos, menos mal, otros militantes del PPD en tareas de gobierno trabajan y responden de manera muy abnegada y eficaz a los compromisos que como partido tenemos con el país y el gobierno.  Caso destacado es el de Carolina Tohá, lejos, con su excelente trabajo en la conducción del gabinete de gobierno y en el complejo cargo de Ministra del Interior. Fue un importante acierto de parte del presidente el convocarla personalmente. Las funciones de gobierno son relevantes para la gestión de un partido político, en la medida que se ejecutan con profesionalismo y capacidad política y con independencia de influencias clientelares.

Y el momento de entrar a una elección interna, entonces, no debería ser observado con cierta displicencia cultural e ideológica. El PPD es percibido hoy de una manera confusa en la sociedad. ¿Qué somos en realidad? ¿Partido de centro, de izquierda, socialdemócrata, liberal, de centroizquierda? ¿Un poco de todo? ... Menudo tema.

Los candidatos/as y listas nacionales y regionales podrían colaborar en desentrañar estas preguntas. Pero, ¿Están los militantes de hoy disponibles para entrar al fondo de estos ya 36 años de historia y ayudar a sostener y recuperar lo que es esencial para el partido? ¿Tendremos un debate político de verdad o tendremos que ceder a prácticas electorales dudosas, algunas de ellas amparadas en una cultura clientelar? Conocemos de todo esto y las campañas internas se realizan con mucha poesía y verso, pero luego, la conducción partidaria se ejerce con prosa, es decir, todo aquello que -finalmente- no está sujeto a la poesía. Y de nuevo la aguda intromisión del pragmatismo duro. Alguien dirá que así es la política. Tal vez, ahora sería un buen momento para brindar una mejor calidad ética y política al nuevo evento eleccionario.



Sesión plenaria del IV Consejo nacional estratégico del año 2019.
Ahí definimos nuestra ruta de navegación política con la guía de una brújula
de contenidos, relatos y propuestas que eran muy claras y consensuadas.

Los problemas actuales del partido no provienen ni de sus valores ni principios, los que están plenamente vigentes, ni tampoco de sus bases programáticas aprobadas en el IV consejo nacional del 2019. El tema de avanzar hacia una Federación de partidos del socialismo chileno la venimos planteando desde el Congreso Nacional de nuevas ideas del año 2002. Nuestra crisis no radica ahí. Más bien deberíamos preguntarnos por qué, bajo diversas direcciones políticas, no hemos tenido éxito en hacer avanzar esta idea. Y cada cierto tiempo vuelve a renacer como si fuera un tema novedoso.

Los problemas del ppd son estructurales, con una institucionalidad y un desarrollo orgánico precario y muy preocupante hoy. De 340 comunas en Chile, el PPD ha perdido desarrollo organizacional en 228 y por tanto con una importante disolución del vínculo territorial. De 16 regiones, en un alto porcentaje  el PPD no supera el 50% de su funcionamiento pleno. De las 11 secretarías nacionales y más de 18 comisiones técnicas luego de la elección interna del 2021, bastante menos del 40% funcionan efectivamente.La región metropolitana, antes pilar y eje del trabajo territorial, de sus 52 comunas, no más de 18 muestran algún grado de desarrollo orgánico y relativo. En los últimos tres años, además, el ppd ha experimentado numerosas renuncias. De 35.598 personas reinscritas al 31 de diciembre del  2017, a marzo del 2023 caímos a 27.983 inscritos. Esto representa una pérdida de 7.615 militantes en un poco menos de seis años. Una pérdida del 21,39% de militantes. Por cierto -se dira- otras personas se han inscrito en estos meses, pero no impactan ni siquiera equiparan el porcentaje de quienes han renunciado. Y hay que contar todavía a quienes voluntariamente se han alejado, simplemente, sea por inercia, porque nadie los convoca, o porque ya perdieron interés en el PPD, sin renunciar. No nos refiramos por ahora, al devenir de autoridades electas en elecciones populares: parlamentarios, alcaldes, concejales, Core.  Son extraordinariamente excepcionales los que colaboran en la construcción local de partido. Y en el parlamento, con sólo tres diputados militantes, los parlamentarios indepedientes acogidos generosamente en nuestra bancada juegan con sus propias estrategias personales.  

Un partido sin una masa de militantes críticos, proactivos y vigilantes de la democracia interna, y con un poderosa institucionalidad en desarrollo, es un caldo de cultivo para liderazgos que pueden usar al partido a su pinta e imagen y a su antojo, sin contrapesos. Punto aparte para el tema de las responsabilidades de esta crisis del desarrollo institucional: las últimas direcciones políticas, incluida la que hay que reemplazar ahora, tienen mucho que decir. Pero en el PPD no existe la política de rendir cuentas y ser evaluados por aquello.

¿Una competencia de "ofertas" (marketing) o de "ideas y nuevos relatos" políticos?

¿Se podrá visualizar en esta campaña interna la sinceridad de los/as candidatas para modificar el escenario de nuestra realidad? Habrá, por cierto candidatos defensores del orden establecido en el PPD, que argumentarán que las cosas en este tiempo se han hecho muy bien, dirán. Transparencia nos ha calificado como un partido ordenado (sus cuentas). El país nos cree, aun cuando perdimos una elección táctica (con el 3.5% de votos en la elección de constituyentes y con ello quedamos fuera del evento que escribe una nueva constitución), pero ganamos en la estrategia fundamental: logramos diferenciarnos de la izquierda del FA, del PC y del propio gobierno, marcando nuestro propio "sello" crítico e identitario... Por tanto, la respuesta agradecida de los militantes debería ser la de dar continuidad a estos grandes éxitos y recuperar la centro izquierda con el PPD como el eje articulador de un nuevo gran proyecto nacional ... ¿Con el PDC, el PR y los Liberales? ¿Cuánto suman todos? No más  -se responderá- de lo que suman los partidos del FA. Y sumados todos, finalmente, no superamos el 38% de la votación popular. Es lo que se alega y por eso todos debiéramos entender pues, -porfiadamente-, que quienes han conducido al PPD en este tiempo deberían continuar con nuestro total respaldo, porque no lo han hecho tan mal ... Si así fuese  ¿Cómo se explica entonces que en el PPD hay un extendido clima de preocupación y de malestar con el momento actual del desarrollo institucional y político del partido? ¿Y que a nivel de opinión pública el PPD deambula entre una sensación de relevancia e irrelevancia?

Inscripción de candidaturas.

Entre los días 24 y 28 de julio estará abierto el período para inscribir candidaturas. En las experiencias electorales del PPD la "fumarola blanca" sólo se conocerá en la madrugada del viernes 28, cuando la CNE cierre las inscripciones e informe quiénes serán las listas de candidatos/as. Previo, se suceden agitadas reuniones entre lotes, no precisamente "corrientes ideológicas y políticas": lotes, con liderazgos personales.  En sectores del PPD, se argumenta hoy que la crisis del partido es tal, que una competencia no sería adecuada. También se valora la disposición a liderar el PPD y entonces se requiere hacer frente a las evaluaciones de gestión, resultados electorales, relatos políticos y apertura a una gobernanza partidaria inclusiva. ¿Cuánto de todo esto se ha cumplido en el último tiempo? 

En la madrugada del sábado 29 de julio sabremos entonces si habrá o no competencia y/o si una eventual lista de consenso sugiere resolver muchas y complejas interrogantes. Y en este caso, todo dependerá de los liderazgos que sean convocados/as a un consenso y que aquello no sea más de lo mismo, o listas de candidatos/as que se atrevan a marcar una identidad propia y necesaria.  El dato electoral duro es que en la elección interna del 2018 votaron un poco menos de 10.000 militantes gracias a que hubo una participación activa de listas en competencia. En el 2021 no hubo competencia en el ticket principal y votaron 5.740 militantes. ¿Cuántos militantes votarán el 27 de agosto del 2023, dependiendo de si hay competencia interna o no y qué calidad tendrá esa competencia?

Domingo Namuncura
Editor

Comisión Nacional Electoral