11 may 2011

DE RALCO A HIDROAYSEN: ¿QUE HA CAMBIADO?

Los Senadores Girardi y Horvath han anunciado en estos días una importante ofensiva legislativa para “perfeccionar” y “mejorar” las normas ambientales, particularmente relativas a megaproyectos y centrales. El mismo anuncio se hizo en 1998 luego de las enormes tensiones provocadas por el proyecto de la Central Ralco, cuando el Gobierno intervino la Conadi. Fui Director de este organismo público entre 1997 y 1998 y enfrenté el proyecto Ralco en cuanto afectaba la continuidad de la Cultura Pehuenche. En esa ocasión, y a poco tiempo de entrar en vigencia la Ley del Medio Ambiente, se produjeron exactamente las mismas condiciones que hoy rodean el caso de Hidroaysén.
En 1997 diversos organismos sectoriales de Gobierno calificaron negativamente el proyecto Ralco y establecieron severas condiciones para su eventual aprobación. Lentamente, y con la intervención directa de autoridades gubernamentales, los Servicios públicos fueron variando su posición, hasta que llegó el momento en que todos debían responder al instructivo gubernamental de aprobar –si o si- dicho proyecto. Pero había un tema crucial: la construcción de Ralco requería el acuerdo del Consejo Nacional de Conadi, integrado por 8 representantes de Pueblos Indígenas y 8 representes del Gobierno. El voto dirimente correspondía al Director Nacional de Conadi. Hasta el último minuto del conflicto, y con el respaldo de sendos estudios técnicos, Conadi mantenía una postura crítica. Llegado el momento de resolver, y dado que los Consejeros Indígenas y el Director Nacional, a la sazón indígena, no variaban su posición de rechazo a las permutas de Ralco, el Gobierno estimó necesario intervenir la Corporación Indígena y comenzó por sacar de sus puestos a los tres Consejeros Presidenciales (no indígenas) que, sin embargo, estaban también en contra del proyecto y luego provocaron la renuncia no voluntaria del Director Nacional (indígena)….Todo, con el objeto de que la Conadi no frenara el proyecto Ralco. Esto fue en Agosto de 1998. Más tarde, en Septiembre de ese año y en medio de una gran crisis de confianza entre los Pueblos Indígenas y el Estado, se nombró a un no-indígena como Director de Conadi, con la precisa misión hacer aprobar Ralco.
Esto aconteció, finalmente, en enero de 1999 con el voto favorable del nuevo Director y tan sólo los 8 votos de los representantes del Gobierno. Ningún Consejero indígena concurrió con su voto. Meses después un poco menos de 1.000 indígenas pehuenches fueron desarraigados de sus tierras ancestrales y más tarde toneladas de agua inundaron para siempre la zona de Ralco en donde se yergue ahora una colosal represa, que para el año 2051 sólo será una triste mole de cemento, probablemente abandonada por sus dueños privados, luego de su tiempo útil.
Igual que ahora, en esos días de 1998 hubo muchas declaraciones de políticos, parlamentarios, ONG y el tema ocupó muchos reportajes. Pero lo cierto es que la Ley Medio Ambiental no alcanzó a ser suficientemente “modificada” o “mejorada”…. Es decir, hubo muchas declaraciones de políticos y pocos resultados reales. Si tales declaraciones se hubiesen convertido en iniciativas legales aprobadas por el Parlamento, probablemente las condiciones de la centra Hidroaysén hubiesen sido mucho más difíciles. Por ejemplo, si tan solo se hubiese modificado el hecho de que los Servicios Públicos que evalúan estos proyectos puedan actuar con total autonomía y que sus decisiones no sean objeto de “instrucciones” gubernamentales. Como esto no es realista, porque los Servicios Públicos dependen del Gobierno de turno, otra variable es el mecanismo de consultas vinculantes y no solo opinantes, con plena participación de la ciudanía. Otro mecanismo es la consulta plebiscitaria vinculante, en donde toda una comunidad afectada por el proyecto pueda resolver –democráticamente- si acepta sus consecuencias o no. En suma: encuentro tardía la reacción de legisladores que recién ahora, a 13 años de Ralco, poco hicieron para evitar que el mismo escenario se repitiese en la Patagonia.

8 may 2011

Ansiedades que matan...

Favorable o no, la resolución del XXIX Congreso Nacional del PS de no considerar una definición para hoy, de la eventual candidatura presidencial de la ex Presidenta, es un "rayón de pintura" para Michelle Bachelet, sea porque no es el momento para este tipo de resoluciones; sea porque no consideraron su propia opinión al respecto; sea porque la mesa directiva no pudo eludir el impacto mediático del anuncio de unos parlamentarios de presentar un voto para proclamarla…Y sea porque el que explica...se complica. Y los medios de prensa se llenaron de artículos y reportajes especulando si el voto se presentaría, si no se presentaría, si sería votado favorablemente o no....Malo..muy malo.
Hay un dato político que no debiera haber motivado siquiera un asomo de ansiedad en algunos compañeros socialistas: Michelle Bachelet, es lejos, quien lidera la mayor adhesión ciudadana en este momento. La ex Presidenta no requiere ni requería eventos de proclamación o intentos de ello, ahora. En consecuencia, el resultado final, interpretable por cierto, es cuánta adhesión habría concitado la ex Presidenta en el PS, si el voto político para proclamarla hubiese sido presentado realmente. Si hubiese sido por unanimidad o por mayoría….Un medio de prensa se adelantó a titular que “el PS había descartado proclamar a Bachelet…” .Y lo segundo es cómo hubiese repercutido aquello en su exitosa gestión actual en Naciones Unidas.
Otro aspecto que me ha llamado la atención es que la Presidenta dirigió sendos y emotivos mensajes tanto al Congreso del PS como a la jornada nacional del PDC, “Un año menos sin gobierno”, pero el XXXIII Consejo Nacional del PPD no supo de ninguna misiva de saludo de su parte. ¿Cómo interpretar esto?. El PPD fue el primer partido que la proclamó como su presidenciable en Noviembre del 2004, dejando de lado a sus propios pre-candidatos (Flores y Bitar), y contrariando incluso el interés del PS en ese año, que buscaba otros liderazgos….Luego, en su Gobierno el PPD fue un partido extremadamente colaborador y leal de su gestión. Aún así, con saludo o sin saludo de la ex presidenta, en el PPD se mantiene un gran afecto por su persona y permanece una evaluación positiva de su Gobierno. Pero, en política cada detalle vale y lo que queda para la memoria histórica de estos eventos es que el Congreso PS y la reunión nacional PDC recibieron su mensaje. Y el Consejo Nacional del PPD sólo fue tributario del saludo y discurso del ex Presidente Lagos, nada menos que su fundador.
La campaña presidencial está presente, queramos o no, en el interés de los partidos de la oposición. Existe la percepción de que no hay liderazgos nuevos con capacidad de instalar nuevos sueños en la sociedad chilena. Esto nos hace retroceder a la nostalgia de liderazgos que sí encarnaron una épica política sustancial y por eso el documento “Chile al 2030..” del ex Presidente Lagos lo tiene con una agenda intensa de conferencias en todo el país. El tiempo transcurre, no obstante, con mucha rapidez, y aún cuando se diga que faltan dos años y un poco más para la elección presidencial de diciembre 2014, en realidad, el tema presidencial marca los debates íntimos de los partidos, mueve tendencias internas, agita ansiedades (como en el caso del fallido voto para proclamar a Bachelet ahora, en el PS), alerta a los operadores tradicionales y dificulta, en gran medida, el posicionamiento de los nuevos liderazgos.
Para las fuerzas de oposición el dilema no es menor. Una buena idea respecto de limitar el accionar de candidatos que optan por postularse por fuera de las listas concordadas de las coaliciones, se transformó rápidamente en un instrumento que pareciera tener como único fin detener o contener el desarrollo del Partido Progresista de Marco Henríquez Ominami, quien a su vez golpea fuerte al establishment concertacionista por “concordar”, eventualmente, con dicho propósito. Si esto sigue así, dejándose entender que la hegemonía opositora radica en un solo eje principal, lo más probable es que el escenario futuro no sea de unidad. En ese caso las opciones presidenciales entran en un escenario totalmente impredecible. Y todos sabemos algo concreto: el candidato o candidata presidencial de la Concertación tendrá que disputar una primaria nacional y si no lo hace, la primera vuelta se transformaría en una especie de primaria…Entonces, lo más aconsejable es caminar “piano-piano” en la carretera política contingente, controlar las ansiedades, medir las decisiones en forma adecuada y concentrar energías en demostrar al país que la primera tarea, esto es la campaña municipal, si o si debe ser prioridad esencial para proponer nuevas ideas y nuevos liderazgos.
Domingo Namuncura
Editor