Editorial

IV Congreso Ideológico del PPD

Intervención del Vicepresidente nacional PPII-PPD
Domingo Namuncura.


Estimados amigos y compañeras:
Junto con saludarles quiero solicitar a ustedes el respaldo para sostener el compromiso del PPD con los Pueblos Indígenas, especialmente en el momento actual, cuando la legislación pro derechos indígenas está en riesgo de ser afectada por una consulta gubernamental que se está implementando. Hemos presentado un voto político al respecto y esperamos que se incorpore en las conclusiones finales de nuestro IV Congreso Ideológico.

En segundo lugar quiero reaccionar a la exposición de Antonio Leal, para remarcar lo siguiente: entre el período 1987 y 1992, que implicó nuestra fundación y desarrollo como partido instrumental, la inmensa mayoría de quienes nos integramos al PPD, más del 90% de sus militantes y adherentes proveníamos de las organizaciones de Derechos Humanos, del movimiento social contestatario en contra de la dictadura y de diversos partidos de izquierda.  Nuestra génesis estuvo poblada por militantes de la izquierda que entendimos la necesidad de constituir un partido instrumental para hacer frente a la dictadura. Nuestra pluralidad y diversidad provenían de esa convicción y pensábamos que era importante que este Partido Por la Democracia pudiese integrar a todos los demócratas y chilenos y chilenas que querían recuperar la democracia.

Lograda esta tarea, a partir del esfuerzo de unidad socialista en el Congreso PS de 1991, el PPD optó por constituirse como partido propiamente tal, incorporando un sello ciudadano, afrontando la tarea de re-pensar una nueva manera de expresar este "ser de izquierda" con un sentido innovador y en 1993 acordamos entonces nuestra Primera Declaración de Principios que recogió este sello.  Con esto quiero decir, en primer lugar, que el PPD nació en realidad siempre con un sello claramente de izquierda y con la idea de construir una renovación de dicho camino.

En 1998 dimos un paso adelante y convocamos al I Congreso ideológico y declaramos al PPD como un partido progresista y ciudadano, heredero de las tradiciones del socialismo histórico y de su vertiente humanista y laica, lo que está reflejado en dicha declaración.  En el 2003 realizamos un II Congreso denominado de "Ideas para Chile" y acordamos un documento llamado "21 Ideas Progresistas para Chile" en donde ratificamos la idea de constituirnos como partido de Centro Izquierda.

En el 2012 avanzamos otros pasos, esta vez, en medio de una derrota presidencial y acogiendo muchas demandas ciudadanas, especialmente en favor de una educación más justa, el PPD se declaró como "Partido de Izquierda, democrático, progresista y paritario".  Estos hitos políticos indican que el PPD siempre se ha ubicado en una posición de renovación de la izquierda, precisamente, para diferenciarse de las tradiciones más populistas o autoritarias y por lo tanto, los conceptos de diversidad, pluralidad e inclusión, que han formado parte de nuestras tres principales Declaraciones de Principios (1993, 1998, 2012) han marcado fuertemente ese sello. 


Hoy, en este debate del IV Congreso ideológico del PPD, el tema no está en el contenido. Para nadie debe ser extraño que luego de 31 años de historia, la inmensa mayoría de nuestra militancia siga sosteniendo esta vocación democrática de izquierda. El tema es otro: luego de la crisis de credibilidad y de confianza en los partidos populares; luego de las derrotas que han sufrido a nivel latinoamericano las propuestas de izquierdas populistas y autoritarias; luego que la sociedad está elevando sus estándares de exigencias éticas y de consecuencia política para los partidos, la pregunta para nosotros es si tenemos capacidad o tenemos la voluntad política como partido progresista, democrático y de izquierda de resolver contradicciones que nos hacen perder confianza pública.  

Esto es, por ejemplo, el problema que emerge cuando en el seno del partido co-existen visiones disímiles del desarrollo, de la cultura, de la economía y de la propia concepción política. En los últimos años hemos sido testigos de la convivencia de almas distintas respecto del modelo neoliberal. Mientras para unos, por ejemplo, es aceptable proyectos como el de la central Ralco o Hidroaysén en su momento para otros -la gran mayoría- tales proyectos no son aceptables. Y finalmente la contradicción se resuelve bajo un prisma liberal y no precisamente de izquierda.  Entonces, el país y la opinión pública y el pueblo, tienen todo el derecho de preguntarnos cuáles es nuestra posición de verdad ante los dilemas del desarrollo.  Si esto ocurre con el medio ambiente, también es lo mismo respecto de reformas sociales discutibles. 

El gobierno actual promueve una reforma laboral totalmente cuestionable para el PPD. Diríamos que ésa es nuestra visión de izquerda democrática. Pero, personeros del PPD, que han ostentado cargos públicos relevantes, emergen apoyando tales reformas o al menos encontrándolas no tan negativas.  Entonces, los trabajadores tienen derecho a preguntarse qué es lo que apoya y qué es lo que cuestiona, realmente, el PPD.


Nuestro tema no es estrictamente ideológico. Nuestro "ser de izquierda" viene desde la fundación del partido en 1987. Nuestro tema es de coherencia y consecuencia política. Si decimos que somos de izquierda, democrática y progresista entonces no es claro que puedan coexistir en el partido visiones contrapuestas sobre aquello que, precisamente, el PPD por su "ser de izquierda" declara como no aceptable.   Nuestro tema es de voluntad política para hacer patente ese sentido de izquierda o incluso de centro izquierda. Todo esto apunta, finalmente, a que no podemos seguir sosteniendo al PPD como un "ninismo": ni esto ni lo otro, sino todo lo contrario". Y es por eso que este debate de hoy y de todas estas semanas debe saber dar cuenta de la meta de futuro con la que queremos identificar un "nuevo PPD" ante el futuro. No es menor entonces, compañeros y compañeras, la forma cómo establezamos ese domicilio. Saludos cordiales.


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