Editorial

 Directiva nacional del PPD.

La mejor defensa del PPD no es el ataque, sino sincerar su realidad y aspirar a una auténtica renovación de sus liderazgos que expresen lo que los militantes realmente pensamos.

Lo que debe concluir no es el PPD hoy, sino su hacer y la influencia inveterada de quienes han ejercido liderazgos desde su fundación.

La entonces Comisión Nacional de DDHH del PPD, desde1993 y hasta el 2000, desarrollaba un amplio 
programa nacional de formación política de los militantes y de presencia pública. En la imagen: ceremonia oficial del partido, con Sergio Bitar de Presidente y homenaje a figuras relevantes en DDHH.  
Francisco Cumplido recibe un galvano. Le acompañan, entre otras personas
nuestra siempre apreciada, María Maluenda. 
Tiempos de Épica del PPD.

Como acostumbra a decir nuestro secretario general en diversas conversaciones, "atrás y sin golpe", la extensa reunión de la Directiva Nacional del lunes 24 de mayo 2021, con 85 dirigentes nacionales en su horario top entre las 19:00 y las 00:22 horas de la madrugada de hoy martes, la intensa reunión que tuvo un clima de "extraordinaria", efectivamente marcó una línea de centro en el debate. 

En un polo, la petición del grupo interno de militantes de base "Comunidad y Ciudadanía" para que la mesa nacional presentase de inmediato su renuncia, hasta el polo máximo de cierta complacencia electoral, basada en datos concretos que al PPD, finalmente, "no le fue tan mal en las elecciones de mayo", aunque todos -sin excepciones- reconocemos que en el hito histórico más relevante, en la elección de constituyentes, la participación del PPD es menor con tan solo tres convencionales entre 155. Por cierto, se dirá, que todos los partidos "tradicionales" tuvieron resultados menos que regulares, con excepción del PS que obtuvo 12 convencionales de 155.

En el amplio espectro del centro del debate entre estos dos polos la conversación institucional, con tonos moderados y razonables, abordó las complejidades del escenario actual del partido con declaraciones de adhesión total al partido y el compromiso de hacer mejor las cosas, afirmaciones positivas para avanzar hacia una renovación de liderazgos y muy sensatas observaciones críticas a diversas declaraciones recientes de voceros históricos.  

La intensidad del debate estuvo marcada por la necesidad de recuperar una cierta épica política y sobre todo, restablecer los puentes que se han perdido con la sociedad civil y sus territorios. Este es, tal vez, al anhelo más marcado y sobre el cual todos los dirigentes, sin excepción señalaron que ése era el camino.

El debate también tuvo sus naturales momentos de emoción, desde el agradecimiento a todos los candidatos y candidatas que en esta elección realizaron sus campañas en las condiciones más difíciles, enfrentando carencia de recursos, soledad en sus territorios comunales por la carencia de una estructura partidaria sólida y que tuvieron que hacer campaña apelando a sus amigos y parientes en general y aún así lograron votaciones exitosas y en muchos otros casos, una digna cooperación de los electores.  Hubo naturales saludos a los Alcaldes victoriosos, en Huechuraba y Temuco y en otras ciudades. En esta elección de alcaldes el PPD logrón tres cabeceras de provincia y aumentó levemente el universo de gobierno comunal. En mayo el PPD logró elegir 17 alcaldes con 238.151 votos. En el 2008 elegimos 35 alcaldes con 442.498 votos, por cierto -se dirá- en otro contexto histórico, con sistema binominal.

El dato electoral de nuestros avances y retrocesos fue muy citado en este interesante debate de la Directiva Nacional. En unos casos, varios en realidad, para defender la hipótesis de que al PPD no le fue tan mal, realmente, en estas elecciones ("atrás y sin golpe"). Para otros, los resultados fueron medianos y para otros dirigentes, se trata de resultados magros. Mucha crítica justa apuntó a la casi inexistencia de estructuras comunales y de paso a las capacidades de las direcciones regionales de comandar con mayor eficiencia esta elección territorial. Por cierto, como ya se señaló antes, a la mesa-al menos un grupo de militantes representados en "Comunidad y Ciudadanía"- pidió la renuncia de la mesa.  Pero, en general, el clima de la conversación giró también entre estos dos polos: nos fue mal, claramente, en estas elecciones y el polo de la autodefensa: "Nunca tanto"...

En cuanto a la renovación de dirigentes, durante todo el intenso debate si hubo un consenso absoluto es que ha llegado la hora de renovar los liderazgos y de ahí la conversación se empinó a máximos niveles: mayor apertura a lo jóvenes y mujeres (poco se dijo de pueblos indígenas y en el PPD militan 6.200 indígenas....); mayor espacio a todas las fórmulas sub (sub 30, sub 40, sub 50...) hasta que finalmente en este punto se produjo el equilibrio en cuanto a que no se trata de despacharse a los "liderazgos históricos" sino de reubicarlos de una manera distinta, porque su experiencia acumulada ha de ser muy valiosa para las nuevas generaciones.  Por cierto, el debate sobre este de la renovación de liderazgos es que, haciéndose eco del lema "Es tiempo de Mujer" , el PPD tendrá que transitar, si o si, de su larga historia de 34 años de patriarcado machista a una nueva etapa de matriarcado representado por una mayoría de militantes mujeres que tomen el control de la conducción del partido. Y creo que si. Que será una experiencia fundamental. Con los pueblos indígenas incluidos, por cierto.

Se trata, en todo caso, de expresiones de un buen deseo porque en la nebulosa de esta Directiva Nacional, todos los dirigentes tienen más o menos una cierta información de que -naturalmente y esto no es un "pecado"- con el solo anuncio de parte de la mesa directiva nacional de convocar a elecciones generales internas para agosto (ya se informará la fecha), es evidente que ya se está conversando en el PPD sobre eventuales "listas de consenso" y/o "competencia". Sobre el particular no se entró en detalles. No correspondía. Pero sí se produjo un fenómeno interesante: liderazgos históricos presentes en la extensa reunión de la Directiva Nacional acusaron recibo de esta parte de la conversación y expresaron su voluntad de "hacerse al lado". 

El tema de fondo: ¿Superamos el PPD y nos vamos a formar otro referente?

Este tema giró durante todo el debate. Probablemente fue el más importante porque todos teníamos a nuestra espalda las declaraciones del ex candidato presidencial "cerrando el ciclo histórico" del PPD y convocando a formar "un nuevo referente". Heraldo Muñoz en su saludo y mensaje inicial profundizó sobre aquello para destacar la idea de una "invitación" a debatir -de verdad y a partir de ahora- un tema que sí, efectivamente, ha estado presente en muchas conversaciones del PPD. Antes no habíamos puesto mucho interés en aquello. Esto no lo dice él. Lo digo yo. Y en el IV Consejo Nacional "estratégico" del PPD (y los invito a leer y estudiar sus conclusiones) la militancia y había realizado este debate y formuló un camino, que por diversa razones, estallido y pandemia entre otras, no fue habilitado de manera suficiente por la mesa nacional. Las conclusiones están ahí, en la caja fuerte del PPD y, además, son excepcionales los militantes y dirigentes que han leído esas notables conclusiones (les adjunto el enlace: https://www.ppd.cl/wp-content/uploads/2019/10/Conclusiones_MMC-1.pdf ).

En estricto rigor, entonces, Heraldo Muñoz no dijo nada -necesariamente- nuevo, solo que dicho en el escenario de hoy y en medio de toda la trifulca política de estos días, conmocionó a la militancia. La virtud de lo declarado por Muñoz fue haber incitado preocupación, certezas e incertidumbres en una militancia que se aferró al "ideario" PPD como quien abraza una religión. Y el tema, él lo dijo claro en la directiva nacional, no se trata de eso.  

Antes de Muñoz y en otro escenario y con muy pocas meses de diferencia, el líder histórico, Guido Girardi, ya había dicho con fuertes palabras que "El PPD acabó su ciclo" y la reacción de la militancia fue menos intensa. En en otras ocasiones y en otras conversaciones durante el 2020 el tema era levemente recurrente. Pero fue más intenso en el IV Consejo del 2019 y las conclusiones son relevante, pues en esa ocasión todo el partido entendió que el PPD tenía que avanzar hacia una profunda renovación de todo: de su quehacer, de sus liderazgos, de su sentido de ser.  Y cito:

"Las formas son decisivas. No basta con fijarse contenidos, fines y objetivos potentes. Como se hacen las cosas, la forma, el modo, la manera, para el camino son determinantes. ¡La forma hace el fondo!. Eso tenemos que aprenderlo de una vez por todas (...) En el PPD se requiere un profundo compromiso y voluntad de cumplir con principios y valores y, por lo tanto, la práctica del PPD, el vínculo entre valores y acción, el modo de llevarlos a la realidad y vivirlos en consecuencia, son hoy (2019) desafíos muy relevantes.

"Cada militante y dirigente del PPD, deberá asumirse como un activo real de la idea de una sociedad más justa y ENCARNAR en su vida y en su COMPORTAMIENTO político y dirigencial los valores que estamos proclamando.  Para ello, cada militante debe comprender e internalizar que las malas prácticas, el clientelismo, el distanciamiento con los ciudadanos, la excesiva funcionalidad al estatu quo, las faltas de probidad, los actos de corrupción, la falta de compromiso con las tareas cotidianas, la SOBERBIA que a veces emana de los representantes populares, el FALSO ORGULLO de pensar que podríamos poseer verdades absolutas, la IRRESPONSABILIDAD  en el cumplimiento de deberes hacia la sociedad y los ciudadanos, todo ello y más, son A PARTIR DE ESTE MOMENTO HISTÓRICO DEL PPD (2019) absolutamente incompatibles con esta Declaración de Valores y Principios del PPD".

¿QUÉ TAL? Y viene la pregunta esencial en todo este debate de hoy y  para todo el colectivo: ¿Qué pasó con esta declaración oficial del PPD en su IV Consejo Nacional del 2019? ¿Porqué no cumplimos este mandato? ¿Nos creímos de verdad lo que acordamos y publicamos después de casi un año de debates? ¿Nos guiamos, realmente por dicha escala de "valores y principios"?

La declaración de Muñoz ("terminar el ciclo") y antes, de Girardi y varios otros "liderazgos históricos" en cuanto a "superar" el PPD, no nos dejan ver que estos temas ya los hemos abordado y que el IV Consejo Nacional estratégico del 2019 fue visionario en advertir (a todos nosotros) que el no cumplimiento de estos valores y principios, que se relacionan estrechamente con nuestro quehacer, nos llevarían -inevitablemente- a un estado crítico. Y tal cual.

Entonces, tienen razón los dirigentes de la Directiva nacional reunida bajo un clima extraordinario el lunes 24 de mayo, en cuanto a que -parece- que ha llegado la hora de poner en práctica lo que ya habíamos firmado de manera solemne en el 2019 y en otros consejos nacionales previos. Por tanto, y tal como he señalado insistentemente en estos días aciagos: el problema del PPD no son ni sus valores ni sus principios ni sus bases programáticas. Es su convivencia, su estructura de trabajo; esa inveterada cultura de no cumplir ni poner en marcha sus acuerdos fundamentales con la cual hemos aceptado convivir sin espíritu crítico.  Nuestra crisis tiene mucho de sabor a un laisse faire, laisse passer (dejar hacer, dejar pasar), a lo que todos -sin muchas excepciones- nos hemos acostumbrado. 

En consecuencia: lo que viene ahora si es más que determinante y urgente. La integridad política de nuestros valores y principios y de nuestras bases programáticas ante el país, los ciudadanos y los movimientos sociales no depende tan solo de un cambio de rostros o de liderazgos. Dependerá también de reestructurar toda nuestra organización y forma de trabajo y sobre todo: de poner como requisito fundamental que todo militante, hombre o mujer, deberá volcarse con firme voluntad a restablecer los puentes con la sociedad civil y dejarse nutrir por la realidad concreta de nuestro pueblo en cada rincón de su existencia. 

El PPD, o vuelve a su épica o mejor concluye. Esto no es tarea de ciertos liderazgos, no es tarea de sexos, ni de edades ni de condición social, económica o étnica: es una tarea que define si queremos ser realmente, entre todos y con todos,  un "partido de izquierda democrática" pero ahora en construcción, fuera de la comodidad de nuestros hogares y/u oficinas. No es otro el camino. 

En ese sentido, lo que se denomina "la marca ppd" es un dato de la causa pero no el fondo del problema. Se dirá que no es un tema menor pero en realidad lo es. Porque cambiar una marca por otra con el mismo contenido es más de lo mismo. Un dirigente, en el debate de la Directiva Nacional comparó en parte este proceso con la marca de un producto, la Coca Cola, y señaló de qué manera el marketing de la marca fue derivando en distintos sellos comunicacionales y exitosos.  En su referencia el dirigente olvidó mencionar que aún cuando esa bebida tan popular ha tenido todo tipo de cambios en su promoción, por décadas, su contenido -ahora lo sabemos a ciencia cierta- sigue siendo un veneno para el organismo humano por su enorme y desgraciada carga de azúcar. Entonces, no es el envase, es el contenido.

Al PPD y su afectada marca hoy, hay que darle una última oportunidad. Yo defiendo la marca PPD y la seguiré defendiendo y no creo oportuno ni necesario cambiar nada: ni el sello, ni los colores. Lo que tenemos que cambiar, para que los ciudadanos nos crean, es nuestra voluntad de hacer las cosas tal como las hemos acordado y proclamado, y ser consecuentes con aquello. Si a nosotros nos identifican como "el partido de SQM" y aquello nos llena de vergüenza, nuestra respuesta no puede ser -como se deslizó en el debate- que nuestra "corrupción" nunca fue tanto si miramos a otros partidos que recibieron mayores cheques (o transferencias) de SQM...  Eso, no es una respuesta. Es una justificación, y es inaceptable, no importa si el PPD recibió $ 1000 pesos de SQM y otros partidos más de $ 1 millón de pesos. 

A los ciudadanos que nos apuntan como "el partido de SQM" nuestra respuesta debe ser sincera: lo fuimos y pedimos perdón por aquello. Pero eso, nunca más volverá a ocurrir y les pedimos a ustedes, pueblo de Chile, que nos ayuden a recuperar nuestra épica.  Y vuelvo a las conclusiones de nuestro IV Consejo nacional "estratégico" y concluyo esta reflexión:

"Esto es a la esencia de nuestro compromiso, y desde ya solicitamos a los ciudadanos y ciudadanas a que nos ayuden en este caminar, para ser RECTOS en nuestro compromiso. Que nos acompañen, conscientemente,  en la tarea de EXIGIRNOS coherencia y consecuencia en nuestro accionar y por ello, a partir de esta Declaración nos SOMETEMOS desde ya al permanente veredicto popular. Que el pueblo juzgue nuestros actos. Y que cada militante se gane y conquista  la confianza de los ciudadanos.

En la elección de mayo 2021 el pueblo habló, claro, firme y con crudeza. Lo ideal es que el PPD lo haya escuchado. De verdad. Espero que ahora, dirigentes, históricos, militantes: hayan escuchado la voz del pueblo.

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