En un discreto debate televisivo.
¿Qué diferencia, en realidad, a los tres precandidatos a la nominación presidencial del PPD?
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En un discreto debate televisivo.
¿Qué diferencia, en realidad, a los tres precandidatos a la nominación presidencial del PPD?
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Presidenciales PPD
El voto final mandata a la mesa directiva nacional para constituir una Comisión de Primarias, la que deberá ser integrada por militantes que brinden expresas garantías de profesionalismo en el análisis de escenarios, fechas y condiciones para que dicha elección primaria se realice o en enero o en una fecha inmediatamente posterior y próxima. Hubo voces en el 54CN, como la del senador Girardi que expresaron sus aprensiones respecto de realizar la primaria en enero poco después del cierre de inscripciones de candidatos municipales, a gobernadores y constituyentes y desde su perspectiva médica por el rebrote de la pandemia que traerá nuevas restricciones y cuarentenas, y por lo tanto señaló que estos escenarios en enero deben ser previamente analizados. Otras voces, como las del precandidato Jorge Tarud también señalaron aquello, y de parlamentarios como el diputado Celis y otros dirigentes. Lo central es que la mesa constituirá la Comisión de Primarias; esta comisión analizará y evaluará la información disponible y formulará una propuesta y luego se determinará entonces la fecha de la elección primaria, prevista en principio para fines de enero o en fecha posterior y considerando la elección oficial del 11 de abril. El tema, en consecuencia, se cerró sin drama.
Si alguien o algunas personas pensaron que se podía eludir el compromiso histórico del PPD en torno a elecciones primarias y que fuese un consejo nacional eligiendo "a puerta cerrada", erraron el camino. Si otros pensaron que se podía apostar a una primaria de militantes, erraron de igual forma pues el 54CN por votación más que abrumadora desechó estos caminos. En consecuencia, y con el consenso -por cierto, porque corresponde- de los actuales tres precandidatos presidenciales del PPD, Muñoz, Tarud y Vidal, "Primaria Habemus" y será en enero o en marzo y el candidato presidencial del PPD emergerá de esa elección, no solo ungido como el presidenciable del partido sino, además, legitimado por el voto popular.
El tema central del largo debate de casi cinco horas del 54CN del ppd estuvo centrado en torno a la política electoral del PPD en relación con la elección municipal. En gobernadores, el ppd perdió la primaria del 29 de noviembre con Helia Molina que obtuvo un segundo lugar. Y el tema de candidatos ppd a la convención constitucional no fue tocado, salvo al final del consejo por un voto político aprobado para gestionar en lo posible una lista unitaria de la oposición para candidatos a constituyentes. Por tanto, y luego de los saludos de rigor de las autoridades partidarias, y del informe de los presidentes regionales del PPD, se abrió el debate correspondiente, poblado de argumentos relevantes sobre la importancia de la unidad de la oposición, los pactos electorales específicos y demandas de contenidos para la campaña municipal.
Las situaciones que rozaron alguna forma de tensión se focalizaron en dos cuestiones de orden general y particular: la Secretaría nacional de la mujer, que preside la periodista Marcela Espinoza presentó un voto que se aprobó por una gran mayoría para que las listas de constituyentes fuesen encabezadas en todos los casos por mujeres candidatas ya aceptadas en el proceso de definiciones de los consejos regionales. Y en lo particular, el bullado caso de la intervención del regional de Punta Arenas y la contienda de pareceres respecto los mecanismos de encuesta o primarias, develó un tema de procedimientos de los cuales el CN tomó nota, precisamente, para abordar la interpretación normativa de nuestros estatutos y acuerdos políticos en una próxima ocasión.
Las precandidatas a Alcaldesas de la comuna de Punta Arenas pudieron intervenir en la sala virtual y expresar sus respectivos puntos de vista. A pesar que el Consejo Nacional, de acuerdo a los estatutos y a la Ley de Partidos Políticos es soberano para todos los efectos, el regional de Magallanes no pudo acceder a una decisión soberana del Consejo. Diversas dirigentas mujeres abogaron por el caso de Punta Arenas. Otras consejeras mujeres levantaron el argumento de que "el feminismo no puede ser usado como argumento político en este tipo de conflictos" cuando hay diferencias entre candidaturas. Pero lo cierto es que, y nada más como mera coincidencia, los casos emblemáticos de tensión en este proceso de definiciones de candidaturas municipales tuvo como afectadas a mujeres dirigentas del partido, un PPD autodeclarado en su IV Consejo Nacional estratégico como "partido feminista".
Lo cierto es que esta parte del debate, a lo menos, dio señales de que el PPD tiene un importante desafío por delante para establecer normas reglamentarias, que no están disponibles para brindar garantías de procedimiento respecto de los derechos militantes, con excepción de ciertas normas estatutarias pero que igualmente no están reglamentadas. En el PPD no existe un reglamento de funcionamiento de la mesa nacional. Tampoco de la Comisión Política (lo que facilita que la CP puede funcionar cuando se cree que es necesario pero no con regularidad....). La Directiva Nacional y el propio Consejo Nacional tampoco cuentan con un reglamento de funcionamiento y, tal como están las cosas, tampoco están plenamente instalados los Tribunales de Honor regionales que debieran actuar como "primera instancia". Lo mismo sucede a nivel comunal y regional. Una directiva comunal, por ejemplo, si no es convocada por su presidente por semanas, no se reúne, porque no existe una reglamentación que indique qué se hace cuando una directiva comunal no es citada o solo es citada según la voluntad del presidente comunal....Y a nivel regional y provincial y.....En fin.
En el año 2011, siendo Subsecretario General del PPD durante la presidencia de Carolina Tohá sugerí y se aprobó en una Directiva Nacional convocar a una Conferencia Nacional de Reorganización del PPD, con el objeto de reformar ampliamente la estructura organizacional del PPD y hacerla más transparente en materia de procedimientos y estructuración. La idea fue aprobada por unanimidad, pero -paradojalmente- nunca fue implementada, hasta hoy. ¿Porqué razones? Diversos grupos de interés y tendencias consideraron que era "complejo" esto de establecer "normas de procedimiento" en los órganos de decisión y de gestión del partido porque "siempre será mejor resolver "políticamente" los problemas en forma abierta con mayorías de votos, o lo que es más negativo, "a puertas cerradas".....El asunto es que estamos llegando a un punto en donde, si no se garantizan los derechos y deberes de los militantes, más allá de la norma general estatutaria, los riesgos de abusos de poder, decisiones verticales, intervenciones de órganos de dirección, afectación de derechos militantes, pueden ir aumentando hasta un nivel demasiado crítico y sin retorno. Volveremos entonces sobre la idea de la Conferencia Nacional de Organización, pendiente de ser convocada desde hace nueve años.
Otro tema resuelto en el 54CN fue ratificar la voluntad unitaria del PPD para incentivar el fortalecimiento de proyectos como la convergencia progresista, ahora integrada en el PUC (pacto de unidad constituyente) y perfilar ahí una suerte de convocatoria hacia una centroizquierda socialdemócrata con la eventual inclusión del escindido partido liberal (de las filas del frente amplio) y otras colectividades.
En lo social el 54CN aprobó la propuesta del presidente del partido de ir hacia un proyecto de reconozca el valioso trabajo de tantas personas voluntarias que ayudan a adultos mayores no valentes y que muchas veces deben sacrificar muchas cosas para dedicarles el mayor tiempo posible. Esto es, un proyecto de ley que les brinde una remuneración por el tiempo necesario, equivalente a un salario mínimo. Es una idea de justicia social que el 54CN aprobó impulsar a todo evento.
En síntesis: lo destacado del 54CN es algo que ya estaba previsto. El ppd nunca ha de renunciar a una elección primaria para dirimir entre más de un candidato presidencial, con la excepción de acuerdos entre incumbentes, dirigentes y órganos competentes. Que el 54CN haya ratificado una vez más este principio no es una novedad. Representa un compromiso. Lo esencial, seguirá dando vuelta: así como para un país no basta una Constitución y ésta tiene que ser traducida en normas de convivencia aceptadas y cumplidas por todos, autoridades y destinatarios, así también en un partido político, sus Estatutos no son suficientes si sus principios no están regulados por normas que garanticen el cumplimiento de deberes y derechos, especialmente, de las personas militantes y órganos intermedios y sobre todo para prevenir los abusos de autoridad, también en un partido político. ¿Esto es parte esencial de una democracia participativa y transparente? Por cierto.
Domingo Namuncura
Editor
12 de diciembre 2020
Un Consejo Nacional para fortalecer el legado histórico del PPD en aras de una democracia abierta.
* Para el día sábado 12 de diciembre de 2020, ha sido convocado el 54° Consejo Nacional del Partido Por la Democracia en Chile. Se trata del órgano o instancia soberana máxima de decisiones políticas e institucionales del PPD y los dos principales temas en tabla serán los relativos a pactos electorales y decisiones sobre elección de Alcaldes y Concejales.
* De acuerdo a las prerrogativas que el estatuto partidario confiere a los Consejos Nacionales (CN) habrá, por cierto materias vinculadas a otros temas, tales como el estado de situación de la reforma de escaños indígenas en la convención constitucional y, eventualmente, otros temas vinculados al estado de situación de la centroizquierda, campañas presidenciales y de constituyentes.
* Por primera vez en su historia de 33 años en el PPD tres dirigentes del partido son precandidatos a la presidencia de la República. Nada menos.
* Desde 1992 el partido ha sido señero, perseverante y coherente con la idea -hoy convertida en Ley- que los candidatos a diversos cargos de representación popular, especialmente presidenciales, sean definidos por los ciudadanos en primarias abiertas, convencionales o legales y evitar de ese modo una decisión "a puerta cerrada".
* La crítica popular hoy, a los partidos políticos y a sus debilidades democráticas internas y ante la hegemonía de oligarquías persistentes, pone a los partidos ante la disyuntiva de seguir optando por tales "puertas cerradas" o, definitivamente, abrirse al censo ciudadano en primarias, con mayor razón ahora cuando los ciudadanos han elevado sus críticas a nuestras colectividades.
* Los tres dirigentes ppd que postulan hoy a la presidencia de Chile, en calidad de precandidatos, Heraldo Muñoz, Francisco Vidal y Jorge Tarud, han coincidido virtuosamente en sendas declaraciones recientes, que el PPD deberá decidir "su" candidato a la presidencia en una "primaria abierta", siendo coherentes en este sentido con la historia partidaria que siempre -en estos 33 años- ha promovido este importante mecanismo para definir candidatos.
En efecto, con fecha 17 de noviembre 2020, el precandidato presidencial Heraldo Muñoz efectuó dos declaraciones en redes sociales que hablan por sí solas y son más que suficientes y no admiten discusión. Precisamente, por estar en línea con la tradición histórica promovida por el PPD:
Por su parte, el ex parlamentario Jorge Tarud, que ha levantado por segunda vez su deseo de ser candidato presidencial del PPD, de igual forma y con extrema claridad, se ha pronunciado a favor de una elección primaria, abierta para designar al presidenciable.
Francisco Vidal, "Pancho", uno de los tres precandidatos y ex Ministro de la presidenta Bachelet, ha sido perseverante incluso desde antes de declarar su postulación a la presidencia de la República, en cuanto a validar y realizar una elección primaria ciudadana para que el PPD defina su candidato presidencial. Lo ha señalado a lo largo de muchos meses, sin ambages ni dudas y, en consecuencia, resulta natural de su parte señalar que el único camino que legitima el carácter republicano, político y social del candidato presidencial del PPD ha de ser sólo a través de una elección primaria.
En consecuencia, para cualquier próximo Consejo Nacional partidario, sin perjuicio de ser convocado en forma ordinaria o extraordinaria, la decisión ya está resuelta, en el sentido que los casi 360 consejeros nacionales asumirán como un dato fundamental el que si sus tres principales precandidatos presidenciales optan, promueven y se han comprometido ante el país por una elección primaria ciudadana, sería incoherente que algún sector de dicho Consejo quisiera -erróneamente- ir en contra, hoy, de la corriente ciudadana que exige a los partidos no seguir con una política de "puertas cerradas".
Además, los tres precandidatos presidenciales, Muñoz, Vidal, Tarud entienden muy bien que la legitimidad social y política de sus candidaturas depende muy fundamentalmente del respaldo previo que surge del voto popular ciudadano. Y esto no es baladí, porque si quisiéramos imaginar (sólo por unos minutos) el escenario banal de una definición del candidato presidencial del PPD en un Consejo Nacional, por ampliado que sea, el precandidato que obtenga la primera mayoría "a puerta cerrada", sólo podrá exhibir ante el país que en su propio partido sólo un porcentaje de consejeros votó por él. La segunda mayoría, aunque fuese cercana al primero indicaría que el PPD enfrentaría un clima complejo para el respaldo de la primera mayoría. Y el tercer precandidato que obtenga una baja votación interna ("a puerta cerrada") sólo le quedaría como camino "negociar" con el primero alguna forma de protagonismo o un "premio de consuelo"....Ante este escenario, y con enorme razón, el país y muchos ciudadanos mirarían con conmiseración al PPD, y el precandidato "triunfante" con una mayoría simple, interna y discreta, tendría que dar muchas explicaciones públicas para que la gente pudiese entender cómo es esto que un precandidato presidencial de uno de los partidos relevantes del Pacto Unidad Constituyente, ni siquiera es capaz de imponerse por más de los 2/3 en su propio partido. ¿Cómo pretenderá este candidato legitimar una candidatura presidencial representativa del sentir ciudadano con ese antecedente?...
Otro camino, (alguien puede estar pensando en esto), es que en vez de consultar abiertamente a los ciudadanos, se pudiese optar por una elección primaria de militantes, en todo el país. La base de datos del PPD registra 35.000 ciudadanos militantes con derecho a voto. En la última elección interna de junio 2018, votaron un poco menos de 10.000 personas. Se podría apostar a que con tres precandidatos en movimiento y con campaña, la primaria interna del PPD pudiese convocar entre 13.000 y 16.000 votantes internos (y estamos siendo generosos en la estimación). Aún así, y en comparación con el hecho cierto que en una elección primaria abierta podrían votar mucho más de cien mil personas, los resultados a comparar y que se derivan hoy de un marco ciudadano abierto, son muchísimos más legítimos y socialmente contundentes. Por cierto, no es lo mismo definir un candidato pre-si-den-ci-al con apenas una mayoría simple de algunos cuantos consejeros de su partido que ser seleccionado por miles de personas. Es como elemental.
Digámoslo entonces con claridad: en el actual escenario de descrédito de los partidos políticos, con una baja estima hacia sus liderazgos tradicionales y en medio de una profunda desconfianza a prácticas no democráticas (y ya tendremos oportunidad de analizar esto último en el caso del PPD en otro artículo), y la persistencia de oligarquías internas...todo esto y mucho más, hace inviable eludir la tradición histórica del PPD y su permanente y coherente vocación en favor de elecciones primarias.
Marginalmente, se ha señalado también en algunos círculos internos privados, que para el PPD -en su condición actual (y habrá también otra oportunidad para referirnos a ésto) sería una "locura" que el candidato presidencial del partido pudiese ser electo mediante primarias ciudadanas por el enorme costo económico que esto significaría para un caja financiera partidaria muy alicaída. Se habla que una campaña primaria ciudadana implicaría un elevado presupuesto. Y el recurso monetario aparece entonces como un "argumento aconsejable" para desechar dicha elección primaria...
Lo que se omite decir es que una parte de este capital -como ha ocurrido normalmente- con todo tipo de campañas lo aportan los propios candidatos. Por cierto, otro porcentaje lo aportan los partidos. Y los ciudadanos adherentes también pueden contribuir con su aporte. En este caso el PPD no cuenta con recursos propios, suficientes. Pero, los dirigentes, los candidatos y sus "entornos" (así se denominan hoy los equipos de "confianza") saben que ante cualquier tipo de campaña habrá que desarrollar una estrategia financiera dentro de los marcos legales y éticos necesarios para lograr contar con los recursos esenciales. Y esto ha sido siempre así hasta que con enorme esfuerzo y trabajoso proceso el congreso ha legislado sobre financiamientos electorales para instalar ciertas murallas que regulen el gasto de campaña y alejen, al menos ésa es la intención, las contribuciones de mecenas, empresarios y otros "resortes" que cada cierto período de campañas transferían "dineros oscuros" a las campañas y a los partidos... Al menos, desde el punto de vista legal aquello se encuentra hoy altamente restringido y en buena hora. Entonces, el dinero no puede ser esgrimido como un argumento para contener o desviar una elección primaria ciudadana. Y siempre habrá mecanismos transparentes que faciliten allegar recursos ciudadanos mediante sistemas eficientes de donación y otros medios.
En la reciente elección primaria de gobernadores en la región metropolitana los datos son elocuentes. En el Pacto Unidad Constituyente, Claudio Orrego ganó el primer lugar. Su cuenta de donaciones en el Serval registró un apoyo financiero ciudadano de $ 49.067.l347 pesos. Álvaro Erazo, contó con $22.431.000, información de acuerdo al registro del Servel a esta fecha.
El caso de la campaña de Helia Molina es muy interesante. Las donaciones ciudadanas a su candidatura alcanzaron a un tope de $ 3.481.000 pesos. Este fue su capital de campaña. Y sin embargo, y gracias a un tenaz y esforzado trabajo social, con decenas de voluntarios acompañándola y con la enorme fortaleza de su temple y generosidad al entregarse a una campaña difícil, Helia Molina obtuvo un destacado segundo lugar, sobre Erazo (PS), demostrando con ello que no fue el dinero el que influyó de manera determinante en su campaña aunque era importante tener recursos para sostenerla: lo esencial es que Helia puso a disposición su trayectoria de vida y su vocación profesional. Tuvo a su favor el carisma de saber escuchar y empatizar con muchas familias. Contaba con experiencia de Estado para mirar con amplitud los desafíos de una región. La gente que votó por ella valoró que el PPD hubiese levantado una candidata mujer, sencilla, atenta, sin aspaviento ni dotada de una gran producción material de campaña.
Helia Molina no tuvo a su lado empresas consultoras de marketing ni mecenas "generosos"... Su publicidad emergió de apoyos técnicos de personas que tenía un gran aprecio por ella, que confiaron en su experiencia y profesionalismo. Contó a su favor con un equipo totalmente voluntario de campañas: sin "jefes de gabinete", "encargados de prensa", "coaching", "consultoras", "asesores", etc. No tuvo disponible gigantografías digitales, como pudimos apreciar en otros precandidatos a gobernadores. Tampoco, una tanda de caros avisos radiales... Y con tan solo tres millones y medio de pesos, disponibles, (lo que gastan algunos candidatos a concejales en algunas campañas en comunas con un gran electorado), Helia Molina instaló una campaña que recuperó algo de confianza en el PPD y, por el momento, lo vistió con el ropaje de un "partido ciudadano", de verdad.
Esta disquisición en favor de Helia Molina, a quien agradecemos su generosidad de acompañar, ella al PPD, en este desafío que fue monumental, sirve para indicar que no es el dinero el que debiera definir la calidad y potencialidad de nuestros precandidatos a la Presidencia de la República. Se trata de un estándar muy alto para mezquindar a los ciudadanos y decirles mañana, "Mire...en esta definición de nuestro candidato a la presidencia, ustedes, no se meten. Nosotros, resolveremos a "puerta cerrada". Como comprenderá el lector de este artículo: hoy, en el Chile del estallido social y de la demanda ciudadana por una auténtica democracia par-ti-ci-pa-ti-va, NO HAY MARGEN político para desechar una elección primaria, nada menos, y mucho menos, del candidato presidencial del Partido Por la Democracia.
ANTECEDENTES.
1.- El legado histórico del PPD en favor de primarias ciudadanas.
Históricamente, desde su fundación hace ya 33 años, el ppd nunca ha debido resolver un candidato presidencial entre más de un postulante. En 1989 Lagos resignó sus opciones en favor de Patricio Aylwin. En 1993 Lagos compitió en primarias abiertas con Eduardo Frei Ruiz-Tagle. En 1999 volvió a competir con Andrés Zaldívar. En estas campañas, Lagos era el abanderado único e indiscutible del PPD.
En el año 2004 el PPD se adelantó a proclamar a Michelle Bachelet. En el 2009 el partido apoyó a Eduardo Frei Ruiz-Tagle. En el 2013 nuevamente proclamamos por unanimidad a Michelle Bachelet y en enero del 2017 el ppd respaldó por una indiscutible mayoría de un 98% del consejo nacional a Ricardo Lagos Escobar, defenestrado luego por el PS. Lagos declinó su postulación y el partido volcó su apoyo al independiente pro-radical, Alejandro Guillier.
Antecedentes históricos.
En 1989 y luego de concluir el exitoso plebiscito del NO en octubre de 1988, el PPD resolvió por unanimidad respaldar la candidatura del ex senador del PDC, Patricio Aylwin, candidato finalmente de todos los partidos de la concertación por la democracia. Ricardo Lagos, fundador del PPD en 1987 y uno de los más serios precandidatos resignó su postulación en aras de un proyecto de unidad nacional y democrática reservándose para un proceso posterior sus posibilidades. Aylwin lo nombró posteriormente como Ministro de Educación.
El PPD emergió como un colectivo político portador de grandes promesas políticas y de hecho, en sus primeros trece años de existencia -desde su fundación en 1987 hasta el inicio del gobierno del presidente Lagos 2000- al menos, lució sus mejores ofertas políticas, sociales y culturales ganando una importante adhesión ciudadana, lo que se reflejó en concejales, alcaldes, parlamentarios y senadores y, claro...funcionarios de gobierno. En este proceso, en 1992 y a las puertas de una nueva elección presidencial, el PPD estimó necesario e importante proponer y desarrollar un nuevo mecanismo de definición de candidatos presidenciales, atendiendo al hecho de que en las filas de la concertación gobernante ya emergían los nombres de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y del propio Ricardo Lagos Escobar, como los más potentes para liderar un segundo gobierno democrático.
Los partidos de la concertación, en concordancia con el gobierno, asumieron que el camino de una novedosa elección primaria convencional sería una gran contribución para resolver de manera democrática el candidato presidencial que emergiese de entre los partidos políticos concertados. Frei y Lagos se enfrentaron entonces el 23 de mayo de 1993 en una inusual y novedosa elección primaria que consagró a Eduardo Frei, de manera legítima, como el candidato presidencial de toda la concertación democrática, gracias a una amplia elección primaria ciudadana.
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Debate entre Ricardo Lagos Escobar y Eduardo Frei Ruiz-Tagle. (foto emol) |
El escenario contrastante lo puso una fragmentada derecha. El Partido Renovación Nacional postulaba a Sebastián Piñera y Evelyn Matthei, senador y diputada, respectivamente. Se les cruzó el escándalo del piñeragate y ambos tuvieron que resignar sus aspiraciones en favor de Manuel Feliú. La UDI, en tanto, proclamó a su presidente Jovino Novoa. Y se cruzó por delante el senador Arturo Alessandri. La derecha no estaba en su mejor momento.
El 8 de agosto de 1993, la derecha debió resolver el complejo escenario de sus varias candidaturas presidenciales a través de una Convención (a "puerta cerrada"). José Piñera, ex ministro del trabajo de Pinochet que quería ser candidato presidencial se restó, alegando que le parecía mejor realizar una primaria. Finalmente, el pacto "Unión por el progreso de Chile" logró reunir 1.847 delegados en el edificio Gabriela Mistral, los que tuvieron que "elegir" entre Manuel Feliú, Arturo Alessandri y Jovino Novoa. Arturo Alessandri obtuvo 885 votos (con el 56.48%) convirtiéndose así en el candidato presidencial de los conservadores. En suma: la derecha resolvió en una simple Convención, a "puerta cerrada", con menos de 1.850 personas lo que la Concertación resolvió con un poco más de 500.000 votos ciudadanos. Luego, la derecha perdió la elección presidencial ante Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Eran buenos momentos para la ahora histórica concertación de partidos por la democracia.
En 1999 el escenario de elección presidencial estará marcado por nuevos factores. El país ya había cumplido un primer decenio de gobiernos de la Concertación (1990-2000). No es un período menor y el proceso político, social, económico y cultural presentaba sus luces y sus primeras sombras. En la coalición oficialista emergieron las corrientes de auto-complacientes y auto-flagelantes. Los que estimaban que había que avanzar "en la medida de lo posible" y los que creían que la sola gestión del gobierno (por democrático y progresista que fuese) no era suficiente sin un suficiente protagonismo de la sociedad civil, con la cual, a esa fecha ya se habían instalado las primeras distancias comunicacionales o dicho de otra manera, los vasos comunicantes con el movimiento popular que brindó un potente respaldo a la concertación, ya no fueron tan comunicantes...
Los partidos políticos concertados, en general, habían adoptado además un fuerte funcionalismo institucional. O dicho de otra forma: parte importantes de sus amplios activos militantes se hicieron funcionales al Estado y comenzaron a abandonar a los movimientos sociales y a distanciarse progresivamente de la gente de los barrios, por decirlo de un modo.. El país enfrentaba una importante crisis económica. El índice de crecimiento se había estancado y la tasa de desempleo experimentaba índices de dos dígitos (11%), todo lo cual indicaba un crecimiento negativo.
En el seno de los partidos progresistas (PS-PR-PPD principalmente) emergieron las primeras preocupaciones por marcar un protagonismo de centroizquierda y demostrar al país que se puede gobernar con un acento más progresista. Ricardo Lagos, sería para estos partidos EL referente de mayor importancia y por lo tanto, se volvió a replicar la exitosa fórmula de primarias ciudadanas para resolver la definición del nuevo candidato presidencial de la concertación.
En el PDC surgieron cuatro precandidatos presidenciales: Gabriel Valdés, Alejandro Foxley, Enrique Krauss y Andrés Zaldívar. Finalmente, será Zaldívar quien enfrentaría a Ricardo Lagos, que el 31 de junio de 1998 renunciaría al Ministerio de Obras Públicas y concentra todas sus energías en la Fundación Chile XXI, en donde instaló los equipos de campaña para la elección primaria de 1999, la que se llevó a cabo el 30 de mayo, oportunidad en la que Lagos se impuso cómodamente en contra de Zaldívar con un 71% de los votos.
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foto el martutino |
En la derecha emergió la candidatura presidencial de Joaquín Lavín. La coalición Unidad de Izquierda había designado a Gladys Marín ("Por un Chile de verdad") como su abanderada. Tomás Hirsch ("Con la fuerza de lo humano"), dirigente del Partido Humanista fue proclamado también como candidato presidencial y desde la Unión de Centro Centro emergió la figura de Arturo Frei Bolívar ("Uno como usted"); y los medio ambientalistas levantaron la postulación de Sara Larraín ("Vota libre").
La contienda más importante va a ser en todo caso la elección primaria entre Lagos Escobar (siempre escudado por el PPD y sus bases militantes) y Zaldívar y a la postre Lagos ("Crecer con igualdad") y Lavín ("Vive el cambio") ganaron la primera vuelta y Lagos ("Chile, mucho mejor") se impuso levemente sobre Lavín ("Súmate al cambio") en segunda vuelta, convirtiéndose en el tercer presidente de Chile en representación de la concertación de partidos por la democracia. La derecha obtuvo 1.554.046 votos (45.74%) y Lagos se impuso por 1.843.833 votos (54.26%). Con esta elección presidencial la concertación de partidos por la democracia podría haber tomado conciencia de que su destino siguiente sería igualmente complejo de no cumplirse las expectativas puestas en el gobierno socialdemócrata de Lagos Escobar.
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(foto en linea maule) |
En el 2005 la coalición oficialista (concertación de partidos) enfrentaría dos necesarias definiciones presidenciales: el PDC levantó como precandidata presidencial a la Canciller de Lagos, Soledad Alvear y los partidos del bloque PR-PS y PPD postularon a Michelle Bachelet, entonces Ministra de Defensa de Lagos, la que fue proclamada como abanderada del PPD el 14 de noviembre del 2004. Como ya era habitual, la concertación preparaba un escenario de elección primaria entre ambos precandidatos. Las encuestas, sin embargo, otorgaban una muy fuerte preeminencia en favor de Bachelet, lo que llevó a Alvear a resignar su candidatura, convirtiendo en la práctica a Michelle Bachelet como la candidata presidencial de la Concertación, sin primaria. No obstante, Alvear se presentó como candidata a Senadora por Santiago resultando electa para el período 2006-2014.
Michelle Bachelet se impuso en primera vuelta con 3.190.691 (45.96%) sobre Sebastián Piñera con1.763.694 votos (25.41%) y sobre Joaquín Lavín, con 1.612.608 votos (23.23%) y Tomás Hirsch, humanista, con 375.048 votos (5.4%). Lo interesante de esta elección presidencial es que si la derecha hubiese presentado sólo un candidato, sumados, habrían obtenido una cifra cercana a 3.376.000 sufragios. Pero la derecha se presentó dividida. Por tanto, en la segunda vuelta, entre Sebastián Piñera y Michelle Bachelet, Piñera obtuvo 3.236.394 votos con un 46.5% y Bachelet fue electa presidenta de Chile con 3.723.019 votos con 53.5%. En esta elección la derecha ya estaba en un proceso importante de recuperación de su empoderamiento electoral.
El año 2009: el fin de un ciclo y consecuencias dramáticas para la concertación oficialista. Se inicia el período de un lento e inexorable decaimiento.
El ex presidente Eduardo Frei-Ruiz Tagle buscó retornar a la arena presidencial presentándose nuevamente como precandidato presidencial. La Concertación atravesaba por un período muy complejo y con señales de distanciamiento crónico y muy lamentable en sus relaciones con la sociedad civil y los movimientos sociales; con sus partidos políticos prácticamente funcionales a los organismos estatales (municipios, parlamento, organismos públicos, ministerios, gobernaciones, secretarías ministeriales.....). La situación económica se encontraba en desarrollo y con indicadores interesantes pero ya nada extraordinario. Las demandas sociales comenzaron a instalarse con un sentido muy ampliamente crítico. En el 2006 escasos dirigentes de la élite concertacionista apreciaron que la "movilización de los pingüinos" era una señal que había que evaluar mejor. Y en las elecciones intermedias, de Alcaldes, concejales y parlamentarios ya se observaban las primeras fugas electorales en búsqueda de nuevos referentes.
Los partidos políticos de la concertación habían perdido su frescura inicial. Sus dirigencias se enclaustraron en circuitos elitistas que afectaron incluso procesos democráticos internos en los partidos. Esto se tradujo en la instalación de oligarquías internas que incluso se desconectaban con frecuencia de sus propias bases partidarias. Los parlamentarios, en términos generales, se autonomizaron en medida importante de sus direcciones políticas...La sociedad civil y los movimientos sociales comenzaron a tomar una creciente distancia de los partidos políticos tradicionales y acumular desencanto.
La elección presidencial a partir del 2009 instaló las primeras señales de los peores desaciertos políticos de la concertación de partidos y del gobierno: la nula eficacia por la renovación de liderazgos, los acomodamientos (sillas giratorias) en el gobierno con personeros que con cada gobierno solo cambiaban de puesto y un creciente anquilosamiento en los cargos de representación popular, con un poderoso (y hasta apreciado) sistema de elección binominal que actuaba como tapón para las nuevas generaciones de dirigentes. La religión del sistema era "el que tiene mantiene"... El escenario no era propicio para los partidos de la concertación y, lo que es más lamentable, algunos de sus dirigentes se negaban a tomar conciencia de lo que estaba sucediendo. En cierto modo, el sistema binominal y la creencia de que se podía permanecer así y mantener el gobierno, terminaron por anquilosar las estructuras partidarias. En público se hablaba de terminar con el sistema binominal, electoralmente "perverso", pero en conversaciones privadas se realizaban cálculos para saber cuánto se perdía si se afectaba el principio "del que tiene mantiene" y que tal vez no sería tan conveniente "apresurar" el cambio del binominal...
La elección de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, nuevamente como candidato presidencial de la concertación, fue un verdadero bochorno en su competencia con el Ministro de Justicia, el radical José Antonio Gómez, y no fue resuelta en una elección primaria nacional.
Por primera vez, desde 1993, el mecanismo de una primaria nacional fue ninguneado por los partidos políticos, que analizaban los datos electorales y cuanta encuesta se cruzaba por delante y se daban cuenta que la elección presidencial sería muy cuesta arriba, además, porque por un error político fenomenal, se excluyó toda posibilidad de primaria conjunta con el emergente candidato independiente y ex diputado Marco Enríquez Ominami, que nace al escenario político con una profunda crítica al establishment concertacionista y de gobierno, y las encuestas lo acogen con frenesí y también una parte importante del electorado ciudadano, otrora adherente de la concertación, que comenzaba a cansarse con los partidos concertados.
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(foto issuu) |
Por temor o simplemente miopía política los partidos de la concertación optaron por dejar fuera de la primaria ciudadana a Marco y con ello, incluso -probablemente- sin saberlo o sin darse cuenta, enterraron en ese preciso momento las posibilidades de seguir gobernando.
La decisión cupular fue realizar una primaria acotada a dos regiones (0'Higgins y Maule) entre Frei y Gómez, en parte, para asegurar la elección de Frei en dos regiones viables, puesto que Gómez había levantado un discurso crítico hacia el gobierno y la concertación y se pronunciaba por un ariete que abriera paso a un nuevo relato programático para Chile. Su discurso concitaba interés en muchos militantes de los partidos concertados y ciudadanos ya un poco cansados de más de lo mismo. Pero los partidos PS-PPD-PDC confiaron más en la apuesta con Frei Ruiz-Tagle, aunque íntimamente se daban cuenta que su candidatura ya no representaba la misma fuera y potencial de 1993 cuando se impuso ampliamente sobre Lagos. Y su primer gobierno, aun cuando se desarrollaron importantes iniciativas legislativas, quedó instalado en la memoria ciudadana como discreto.
El fenómeno más singular y notable del 2009 fue la irrupción e inmediato crecimiento de Marco Enríquez Ominami y luego del Partido Progresista, que fundó en junio del 2010. La derecha aprendió de sus errores anteriores y concentró todas sus energías políticas, electorales y económicas en Sebastián Piñera. La izquierda se dividió en dos bloques: la "Nueva mayoría para Chile", con el Partido Humanista y el Partido Ecologista de Chile que respaldan a Marco Enríquez Ominami, y el bloque "Juntos Podemos Más", con el Partido Comunista y la Izquierda Cristiana que levantan a Jorge Arrate, ex socialista. La Coalición por el Cambio, de derecha, unió a la UDI, a RN y al movimiento Chile Primero en torno a Sebastián Piñera y finalmente la ex-concertación (PDC, PS, PPD, PRSD y Fuerza país) se alinearon detrás de Frei Ruiz-Tagle que se impone sobre José Antonio Gómez en la "primaria" restringida a las regiones de O'Higgins y Maule.
Los resultados son determinantes: en la primera vuelta presidencial Arrate obtiene un 6,21% (433.195 votos). Marcos Enríquez Ominami sorprende con un 20.14% (1.405.124 votos). Sebastián Piñera obtiene el primer lugar con un 44.06% de votos (3.074.164) y Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el favorito de la concertación, llega en segundo lugar con un escuálido 29.6% (2.065.061 votos). Los dados estaban echados.
En la segunda vuelta presidencial Sebastián Piñera se impuso sobre Eduardo Frei con un 51.61% (3.591.182 votos) y el candidato de la concertación perdió la elección presidencial luego de cuatro gobiernos consecutivos, con un 48.39% (3.367.790 votos).
Con la humillante derrota electoral de Frei Ruiz-Tagle la concertación de partidos por la democracia entró en una intensa crisis. En el PPD la mesa directiva nacional, presidida en esa ocasión por Pepe Auth, entró en receso y siendo el suscrito -en ese escenario- Vicepresidente nacional del partido y por acuerdo de la mesa y dado que los dirigentes nacionales tomarían un merecido "descanso" en febrero del 2010, asumí ocasionalmente como "Presidente subrogante del PPD" y entre fines de enero y durante Febrero, con los otros "suplentes" del PS-PR-PDC acordamos convocar a un "Cónclave" de la concertación. La denominación fue acuñada por nosotros, en virtud de la idea de los "cónclaves" vaticanos con la misión de producir humo blanco en la elección de un pontífice previo a un proceso de autocrítica intensa... Es decir, congregar a toda la dirigencia de nuestros partidos políticos a una profunda reflexión autocrítica.
El diario El Mostrador, del 19 de febrero del 2010, tituló de este modo aquel proceso: "PPD propone realizar cónclave de la concertación en marzo". La crónica dice:
"El presidente (s) del Partido por la Democracia (PPD), Domingo Namuncura, propuso que se realice un cónclave de la Concertación en marzo, luego de que se concrete el cambio de Gobierno y asuma Sebastián Piñera.
"Es del todo necesario que una vez efectuado el protocolo de rigor en el ámbito gubernamental, en la sociedad civil los partidos de la Concertación democrática realicen una suerte de cónclave que abra un debate fecundo en todos los militantes y simpatizantes de nuestros partidos, con el objeto de iniciar la tarea de rehacer caminos, fortalecer compromisos, abrir nuevas perspectivas, renovar dirigencias y continuar escuchando las voces ciudadanas que se expresaron el 17 de enero", afirmó el dirigente.
Asimismo aseveró que el "aggiornamento de la Concertación será fruto de un proceso de escuchar y dialogar muy profundamente. El PPD ha fijado para mayo o junio su Consejo Nacional Ideológico y el 25 de abril realizará sus elecciones internas. Esto es parte de ese proceso, pero la idea de un Cónclave en marzo es también parte de una tarea que debe ser iniciada desde ya. Así será propuesto en estos días". upi/cf
Al regresar de sus vacaciones en medio de la crisis de la derrota, los dirigentes titulares de los partidos de la concertación acordaron entonces realizar el denominado "Cónclave" con fecha 12 de abril 2010. Este link, del diario El Mundo refleja muy bien lo que fue ese importante evento, que en cierto modo, marcó el ciclo de término de lo que se conocía como "Concertación de partidos por la democracia" y que luego mutó a la idea de "Nueva Mayoría":
https://www.elmundo.es/america/2010/04/12/noticias/1271107286.html : "La concertación se reúne en un cónclave contra Piñera".
Por cierto, no fue un encuentro fácil. Dirigentes radicales y algunos PS no coincidieron con la idea de una reflexión cerrada entre partidos, sino abierta a la ciudadanía... Ahora, en la derrota, volcaban su mirada a la sociedad civil con la cual se habían distanciado por años... Pero la ciudadanía ya había hablado, fuerte y claro y ya no quería a la concertación de partidos en el gobierno. Los que no escucharon fueron precisamente los partidos políticos. Nos adentramos así a un período 2010-2013 con enormes dificultades.
El penoso síndrome del vacío de poder.
A partir de la primera gran derrota política de la concertación de partidos, la sede nacional del PPD brilló por su soledad. Una sobria elección interna, consensuada a nivel de presidencia del partido en favor de Carolina Tohá, la ungió como "presidenta de unidad", en las elecciones internas del 15 de mayo del 2010.
La competencia principal fue trasladada al escenario de los vicepresidentes nacionales, en donde -según los medios de prensa y en el propio ppd- se medían fuerzas internas centrífugas representadas por liderazgos tradicionales e inveterados como el de los senadores Girardi y Lagos Weber, con una ya larga y controvertida influencia en el partido. Lo esencial, es que la nueva presidenta partidaria debió administrar, gestionar y conducir un partido político en medio de grandes ausencias, puesto que parte importante de la élite partidaria ex-gubernamental se alejó convenientemente de la vida cotidiana del partido. Una gran cantidad de militantes en comunas se ensimismaron en la derrota. Y una franja intermedia, de dirigentes y militantes de base buscaron sostener a como diera lugar la vida partidaria con un gran esfuerzo. La presidenta del PPD, en un acto en la caleta de El membrillo en Valparaíso, tiene la valentía de expresar ante la militancia y el país, el término de la concertación y su necesaria apertura a "nuevas fuerzas sociales y políticas" y recuperar los puentes perdidos con la sociedad civil. Nace así la Nueva Mayoría y el PC se integra a la nueva coalición.
Por cierto, toda esta soledad cambió cuando se hizo evidente entre fines del 2012 y comienzos del 2013 que desde Nueva York viajaría a Chile la ex-presidenta Michelle Bachelet para intentar salvar a la muy alicaída concertación de partidos, ahora bajo el sello de la Nueva Mayoría y con el PC incluido. Gran parte de la élite que se había alejado del PPD, retornó rápidamente a la vida partidaria, con efervescencia y entusiasmo... Hay que sincerar estas cosas, porque la historia del ppd, de luces y sombras, tiene sombras que de pronto no queremos ver o solo queremos dejarlas en el pasado. Cuando fuimos gobierno por tantos años, los militantes-funcionarios de gobierno y de municipios y en diversas formas de asesorías se apresuraban para estar presentes en los eventos partidarios, especialmente si estaban presentes los Ministros o Subsecretarios. Pero durante la crisis post derrota presidencial del 2010 y ahora del 2017, sencillamente se esfumaron, e incluso dejaron de pagar sus cotizaciones. Y así...Ciertos militantes se afanan en la victoria, pero arrugan en la derrota. Y se alejan. Y después vuelven cuando se vislumbran expectativas. Y el PPD ha permitido que ello ocurra...
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(foto publimetro) |
El retorno de Bachelet, que salva a la ex concertación y le brinda una oportunidad a la Nueva Mayoría...y de paso a las élites de los partidos.
Convocada, invitada o solicitada, no importa el concepto, Bachelet vuelve desde Estados Unidos en marzo del 2013 al país luego de una amplia expresión de expectativas por parte de los partidos de la concertación con la convicción que ella permanecía en el imaginario social de Chile con un enorme capital de cariño y respaldo, principales componentes que unidos a su carisma y capacidades hacían viable recuperar el gobierno que se había perdido. Michelle retornará, pero impondrá sus propias condiciones, entre otras, una ingerencia relativa de los partidos político.
La derecha, con el presidente Piñera, sumaba puntos en contra -además- con importantes desaciertos que hacían difícil para la derecha seguir gobernando. Fruto también de una cierta autocrítica concertacionista, nunca suficientemente profunda y tal vez necesitada de mayor sinceridad, la coalición mutó hacia un nuevo bloque denominado "Nueva Mayoría" cuyo principal factor virtuoso fue sumar, por primera vez desde 1989, al Partido Comunista.
Este nuevo bloque político convocó a una cuarta elección primaria presidencial, esta vez en el marco de una una ley aprobada durante el año 2012 que legitimó el mecanismo de primarias oficiales, oportunidad en la que Michelle Bachelet debió competir por la candidatura única presidencial con José Antonio Gómez, Claudio Orrego y Andrés Velasco. En esta elección primaria y tal como vaticinaron quienes confiaban en la idea de que sólo con Bachelet se podía recuperar el gobierno, la candidata se impuso fácilmente con un 73% por sobre Andrés Velasco (13%), Claudio Orrego (9%) y José Antonio Gómez (5%).
En la primera vuelta presidencial la derecha ("Alianza por Chile") concentró su apuesta en Evelyn Matthei, quien obtuvo un 25.03% de votos. Marco Enríquez Ominami, volvió al ruedo presidencial, pero esta vez sólo con un 10.98% de votos y Michelle Bachelet, que se impuso en el primer lugar con un 46.7% de los sufragios nacionales. Los otros candidatos obtuvieron votos menores.
+ Ricardo Israel (PRI),con un 0.57% de votos.
+ Marcel Claude (PH), con un 2,81% de votos.
+ Roxana Miranda (P. Igualdad), con un 1,24% de votos.
+ Tomás Hocelyn-Holt (independiente), 0.19% de votos.
+ Franco Parisi (independiente), con un 10.11% de los votos.
La segunda vuelta presidencial en el 2013 fue entre Evelyn Matthei con un 37.83% de los votos, en competencia con Michelle Bachelet quien se consagró por segunda vez como presidenta de Chile y recuperó para la ex concertación y ahora, la Nueva Mayoría, el gobierno con un 62.17% de los sufragios. Los partidos políticos de la concertación respiraron profundamente y las sedes partidarias volvieron a renacer, en fiesta, luego de varios años de ensimismamiento y escasa concurrencia, ahora con "militantes" y "adherentes" ávidos de colaborar en el nuevo gobierno...De pronto, el PPD cobraba una vigorosa y nutriente vitalidad...
2017: el año que vivimos en peligro y no lo superamos.
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(foto France 24) |
La elección presidencial del 2017, en relación con el oficialismo de la Nueva Mayoría y la oposición conservadora, fue un verdadero mercado de candidaturas con todo tipo de desórdenes (por decirlo de un modo), en relación con la idea de relatos programáticos sustantivos, liderazgos con trayectoria y peso político de valor republicano y además poblado de personalismos.
El país asistió, entre confundido, desganado y sobre todo desencantado a un escenario en donde observó con impaciencia y cierto espíritu de divertimento que los partidos políticos y los liderazgos "no daban una" en cuanto a representar de manera auténtica una idea de nueva sociedad y un mejor país y un mejor Estado. Por cierto, se dirá, esto no es así porque en alguna medida todos los candidatos se esforzaron en presentar propuestas que reunían lo mejor de las aspiraciones y expectativas de todos los chilenos y chilenas. En el papel, por cierto, es así. Los documentos programáticos en general fueron de buena factura. La propaganda política en medios de prensa y radio y en las emergentes redes sociales y muchísimo material publicitario eran todos muy tentadores. Pero cuando los candidatos presidenciales comenzaron a hablar y a exponer sus puntos de vista, especialmente en el lado del mundo "progresista", una gran parte del país entendió que, tal vez, era mejor elegir el "mal menor"... En ese sentido, la candidatura del senador Alejandro Guillier no logró generar entusiasmo ni convicción. Y la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, tal como hizo el PRO frente a Eduardo Frei Ruiz-Tagle en el 2009 limitó las posibilidades. Ella se impuso en la primaria de su bloque sobre Alberto Mayol y lo que quedó en evidencia fue el surgimiento de una constelación de partidos políticos que, en la centro izquierda, excedieron todos los límites razonables. Veamos:
Pacto Nueva Mayoría: PPD,PDC,PC,PR,PS.
Pacto Frente Amplio, nueve grupos: RD, PH, MA, Poder, IL, IA, MDP, PL, PEV.
Pacto de partidos y/o agrupaciones que respaldaron a Alberto Mayol: PI, PPCH, ND, MSA, IC, UKAMAU, SOL, Igualdad.
En total: entre partidos y agrupaciones sociales de la centro izquierda en el 2017: 22 colectividades y grupos.
Agreguemos que, luego en la papeleta de candidatos presidenciales, se agregan al PRO con Marco Enríquez-Ominami; la Unión Patriótica con Eduardo Artes y Alejandro Navarrete con el Partido Amplio de Izquierda Socialista. Es decir, finalmente, la centro izquierda se presentó sumamente fragmentada en la elección presidencial del 2017 y no se podía esperar de ello nada bueno.
En la vereda contraria la coalición opositora de derecha, "Chile Vamos" debió realizar una primaria oficial, pues tres dirigentes políticos conservadores reclamaron para sí el liderazgo presidencial del sector: el ex presidente Sebastián Piñera, que apostaba a un segundo período; Felipe Kast, del naciente partido Evópoli y Manuel José Ossandón, a la sazón, independiente. Para este sector, la contienda previa a la primaria del 2 de julio del 2017 fue, digámoslo así, bastante brusca entre ellos, lo que reveló heridas y problemas profundos en una derecha que no alcanzó unidad en torno a una sola figura. Por cierto, Piñera se impuso con un 45,57% sobre sus contendores, Ossandón con un 20.62% y Kast con un 12,01%. Y la derecha consagró entonces al empresario y ex presidente Sebastián Piñera como líder del sector y futuro presidente de Chile.
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(Foto La Nación 2018_transmisión de mando) |
Como ya sabemos, la derecha recuperó el gobierno de la mano del ex presidente Piñera y lo paradojal, simbólicamente, fue que el 11 de marzo del 2018 una demudada presidenta Bachelet le devolvió la banda presidencial...para nuestro pesar.
A partir de este hecho histórico, la ex concertación dejó de ser -definitivamente- lo que había sido y la Nueva Mayoría entró en una profunda crisis, hasta el punto que hoy el PC ya no está vinculado y ha creado su propio referente (Chile digno), y los partidos tradicionales, PDC-PPD y PR se refugiaron en una "Convergencia progresista". Luego, el PRO y Ciudadanos dejaron su relación instrumental con el PC y se integraron al nuevo pacto "Unidad Constituyente", con los partidos de la convergencia progresista. Y así...
Del Frente Amplio se escindieron varios partidos, entre ellos los Humanistas. La hegemonía del FA la tiene Revolución Democrática, principalmente y ahora en una situación de crisis interna. En Chile Digno, el dominio pertenece al PC y en la Unidad Constituyente, persiste una competencia de liderazgos institucionales entre el PDC-PS-PPD-PR y el PDC, principalmente, en tanto el PRO observa y Ciudadanos se ha integrado en este referente, también, observando. Podría ser posible que el Partido Liberal, ahora escindido del Frente Amplio vuelque su mirada hacia el PUC (pacto unidad constituyente). Este "movimiento de piernas", de partidos políticos entre sí, está siendo visto con un alto espíritu crítico y con algún desdén por parte de la ciudadanía, ya suficientemente cansada con los partidos políticos y sus líderes. Por cierto, el PPD no escapa a este catalejo crítico.
La elección presidencial del 2021: complejo escenario, nuevamente, para la centroizquierda en general y para el PPD en particular.
Una primera hipótesis posible parte recogiendo un sentido común: cuando la izquierda y la centroizquierda van divididos, gana la derecha. Para el 2021 el Frente Amplio deberá resolver un candidato/a presidencial entre Beatriz Sánchez y ahora Marcelo Díaz y eventualmente un tercero que pudiera surgir... La "Unidad Constituyente", lo mismo entre los candidatos DC-PS-PR-PPD-PRO y Ciudadanos: aquí habrá a lo menos cinco precandidatos presidenciales antes de arribar a uno/a.
Y el PPD deberá llegar a ese escenario con un solo candidato entre Muñoz, Tarud y Vidal, legitimado por una elección primaria. El Partido Comunista tiene resuelto su candidatura con el Alcalde Jadue. En suma: la centroizquierda, al menos, estaría presentándose con tres candidatos presidenciales. Uno del Frente Amplio, otro de Chile Digno y un tercero, del PUC (Pacto Unidad Constituyente). También podría haber un cuarto y hasta un quinto candidato que surja de otras vertientes "alternativas" al establishment partidario de la centroizquierda.
En medio de la crisis de credibilidad y de confianza en los partidos políticos ¿Podría el PPD enfrentar el bochorno de elegir un candidato presidencial "a puerta cerrada", de espaldas a los ciudadanos? Y aunque así fuera, y como resultado de la presión de grupos de interés en el partido en cuanto a no molestarse en tomar en cuenta la elección primaria o incluso, "confiar" en encuestas especialmente "encomendadas" para "salvar" los escollos de una primaria, la pregunta de fondo que tenemos que hacernos (y que tienen que hacerse todos quienes aspiran a ser ungidos como "el presidenciable" del PPD), es que si realizada una votación en un Consejo Nacional extraordinario ("a puerta cerrada") entre tres o cuatro precandidatos presidenciales y ninguno alcanza una votación significativa, superior al 51% de los votos y cada uno obtiene en forma descendente votaciones menores: si esto es finalmente aceptable para un partido que se define como "ciudadano". O contrario sensu: si el candidato PPP es definido por una primaria de militantes, éso es comparable con una elección primaria con ciudadanos independientes. ¿Cuál es la mejor base de legitimidad para un candidato presidencial del PPD? ¿Un porcentaje de sus consejeros nacionales? ¿Unos cuantos modestos cientos de votos de militantes en una primaria interna? ¿O miles de votos ciudadanos validando su propuesta?...
En la Convención de la derecha, en el año 2017, con 1.847 delegados presentes Piñera sólo alcanzó el 45.57% de los votos internos, Ossandón el 20.62% y Kast el 12%...O sea, Piñera fue "ungido" como candidato presidencial con menos del 50% de los delegados de su bloque político.
En el caso del PPD, su Consejo Nacional está integrado por 360 consejeros titulares y están en despliegue tres precandidatos internos, con la posibilidad que se sume un cuarto... Pero quedémonos tan solo en los actuales tres contendientes internos y podemos arriesgar la hipótesis de que entre los tres actuales (Muñoz, Tarud y Vidal) dos de ellos podrían concentrar la mayoría de los 360 votos, pero ninguno de ambos podría obtener más del 50% por cuanto el tercer postulante podría aspirar a un 15% como piso.
Con este hipotético resultado: ¿Puede, un candidato presidencial de un partido como el PPD presentarse ante el país y ante los ciudadanos con el respaldo de menos del 50% de los dirigentes de su propio partido? O incluso, suponiendo que un precandidato obtuviese una votación entre 50% y 60% de los consejeros, ¿Ese resultado otorga peso político y legitimidad a un candidato pre-si-den-cial?...
La elección presidencial no es comparable con otras elecciones. Digámoslo con claridad. Los resultados de la elección primaria de gobernadores no es comparable con la votación popular del 25 de octubre (apruebo). Son escenarios muy diferentes. La realización de primarias entre candidatos a Alcaldes no son procesos electorales comparables con la elección de un candidato pre-si-den-cial, que requiere un alto grado de legitimidad, que no lo dan las encuestas, ni reuniones tipo Club de La Unión (siglos XIX-XX), ni siquiera -como en el caso de la convención de Chile Vamos- una elección "a puerta cerrada" con 1.800 delegados. Y el PPD nunca va a poder citar a una Convención. Esta instancia no está en sus estatutos y reformar los estatutos requiere bastante tiempo. La derecha jugó una apuesta estratégica en el 2017. Sabía que podía contar con Sebastián Piñera y no lo arriesgó y no perdió tiempo en una primaria. Aún así, Piñera no fue capaz de obtener más del 50% de sus propios partidarios en una convención "a puerta cerrada". Pero, para la derecha esto de andar consultando a la gente es un dato menor.
En la centroizquierda el tema es más complejo : es propio de su discurso y de su praxis apelar a los ciudadanos, a los movimientos sociales, al pueblo de chile, a los trabajadores, etc. Y desde 1993, en general, "sus candidatos presidenciales" han sido definidos mediante el procedimiento de elecciones primarias. Y el PPD ha sido un gran impulsor de estas elecciones abiertas en lo presidencial. ¿En razón de qué, ahora, se le dirá a la gente: "Mire, tenemos tres precandidatos presidenciales en las filas internas del PPD. Pero usted no se mete ahora, ya. Nosotros resolveremos esto "a puerta cerrada". Gracias por su interés. Le informaremos en una conferencia de prensa los resultados "internos"...
Es obvio que la reacción ciudadana será intensamente crítica y el precandidato presidencial PPD que finalmente resulte "seleccionado" "a puerta cerrada" o mediante encuestas o en una especie de Club de La Unión, ese candidato deberá saber, de entrada, que sus posibilidades de credibilidad o legitimidad quedarán inmediatamente afectadas, más aún si tan solo obtiene en la interna menos del 50% de apoyo e incluso aun cuando superase este estándar.
Del mismo modo, como ya he señalado anteriormente, se podría optar por "primarias internas" de militantes. Y ya está descrito que se reproduce de igual forma que el porcentaje de respaldo interno no es comparable, en lo absoluto, con la concurrencia de ciudadanos/as a votar por quien estiman que será el mejor candidato presidencial del PPD. Esto es, 360 votos de un consejo nacional no son comparables. Quince mil militantes en una primaria interna no son comparables. Cien mil y más votos ciudadanos, sí confieren total legitimidad al candidato presidencial del PPD.
Vamos entonces al resumen principal: lo actuales tres precandidatos presidenciales del PPD (Muñoz, Tarud, Vidal) han expresado de manera consciente y convincente su decisión y compromiso en favor de primarias abiertas para definir el candidato presidencial del partido. ¿Quién o quiénes podrían ir en contra de esta voluntad manifiestamente expresada por los tres precandidatos y, además, por la mesa nacional del partido, a instancia del presidente del partido y a la sazón, precandidato presidencial? Primarias Habemus.
Domingo Namuncura
Editor