Reforma constitucional
El no a la reelección indefinida en cargos de representación popular con efecto retroactivo pone en tensión a los legisladores
y a los partidos políticos.
Esto también incumbe al PPD.
En estos días el Senado se apresta a votar uno de los proyectos de reforma constitucional más relevantes en lo que se refiere a la elección y reelección de cargos de representación popular, lo que comprende a parlamentarios, alcaldes, concejales y cores. Sobre la no reelección indefinida pareciera haber una disposición transversal a aprobarla. El punto de tope podría ser el efecto retroactivo de la misma, es decir, que la norma de no reelección indefinida se aplique de una buena vez con efecto retroactivo, de tal modo que quienes ya cumplieron tres períodos, en el caso de los Diputados y dos períodos en el caso de los Senadores y lo mismo respecto de otros cargos, dejen espacio a una nueva generación de representantes populares.
En relación a este tema, abrimos una conversación y queremos compartir con ustedes muy importantes opiniones y pronunciamientos de nuestros dirigentes. Previo, es necesario destacar que la mesa directiva nacional del PPD, en su sesión del lunes 08 de mayo 2020, resolvió ratificar los acuerdos de los Consejos Nacionales del 2006 y 2008 en donde estos temas ya quedaron soberanamente zanjados, es decir, el PPD está total y absolutamente de acuerdo con la no reelección indefinida, con efecto retractivo. En consecuencia, lo dable es esperar que esta decisión soberana del PPD se vea claramente reflejada en las votación del Senado. A continuación, la opinión fundada de nuestros dirigentes.
FRANCISCO VIDAL, Vicepresidente nacional del PPD.
"Es de esperar que nuestros senadores y diputados coincidan con el sentimiento partidario y con el sentimiento ciudadano".
El estallido social del 18 de octubre fue la respuesta a una sociedad desigual y abusadora. la ciudadabnía, entre otras cosas, le reclamó a la dirigencia política dos hechos concretos, que aunque simbólicos, para ella son muy importantes. La primera demanda fue la reducción de la dieta parlamentaria, demanda respondida porque hoy día es Ley de la República.
La segunda demanda era el fin a la reelección indefinida de parlamentarios, alcaldes, concejales y consejeros regionales. Este proyecto lleva más de 10 años en el parlamento y mañana martes es la oportunidad en la sala del Senado de responder a esta demanda ciudadana.
En el PPD podríamos enfrentar una situación muy difícil considerando que sólo dos de nuestros ocho senadores han manifestado su voluntad de aprobar esta ley que no solo limita la reelección en el largo plazo sino que a partir de la próxima elección y con cuyo objetivo la ley contempla para la duración de los plazos la retroactividad.
Considerando que el PPD desde el año 2008 respalda dicho proyecto, es de esperar que nuestros senadores y diputados coincidan con el sentimiento partidario y con el sentimiento de la ciudadanía.
PÍA CASTELLI FENICK, Encargada de Programa de la FPD y militante de la comuna de La Florida.
"La acumulación de poder pone en jaque la participación ciudadana, la transparencia y abre espacios para el nepotismo".
Algunas reflexiones desde el confinamiento
No cabe duda que muchos en el mundo
ciudadano coincidimos en que luego del Estallido Social de octubre 19 un nuevo
Chile nos toca vivir, puesto que la sociedad cuya responsabilidad de formación
también nos cabe, entró en una profunda crisis, donde variados sectores con
toda legitimidad expresaron en la calle, su molestia e indignación por los
abusos del Estado, la institucionalidad y el mercado.
Ciertamente se abrió un espacio para
la discusión y la propuesta que, en lo personal tuve el acierto de percibirlo
desde la base territorial. Mientras, en las instancias de la política se
reflexionaban propuestas y se buscaban acuerdos constatábamos que, había
ausencia de una participación efectiva de la base social hasta cuando, los alcaldes
de Chile en forma transversal, abrieron la puerta a la participación ciudadana
y, se expresó en forma mayoritaria por una Nueva Constitución y que un
mecanismo conformado en un 100% por ciudadanas y ciudadanos, dirimiera sus
contenidos.
No podemos desconocer que en este
proceso se produjo una natural polarización entre quienes considerábamos la
necesidad de un cambio estructural y quienes consideraban sólo reformas que no
afectaran el sistema de dominación que, en lo político, económico y cultural, fue
heredado de la dictadura, con sus crudos efectos de inequidad e injusticia. La
verdad es que no fuimos capaces de solucionar, durante los años de recuperación
de la democracia estas falencias.
Es en el marco de este contexto que
nuestro país, sufre una verdadera hecatombe con la crisis sanitaria que nos azota
sin piedad, el costo en vidas crece día a día y el número de contagiados
colapsa nuestros sistemas de salud, pese a los esfuerzos de los funcionarios de
la salud que paulatinamente sufren el desgaste en el cuidado de los pacientes y
la angustia de ver colmados los sistemas de atención ya, en un 90%.
Lo que se viene en las próximas
semanas es dramático, tanto por el desarrollo y el avance de los efectos de la
pandemia, como por la situación de pobreza y hambre para los sectores más
desposeídos de nuestra sociedad. Las ollas comunes se instalan en nuestros
barrios y en el cotidiano de nuestra población se hace necesario que el
gobierno entienda de una vez, que los bonos, subsidios y gratuidades son
paliativos para el mes; más se valoraría una ayuda alimentaria para los
millones de hogares que hoy se organizan con sus propios recursos y con el
apoyo de sus autoridades locales, dirigentes sociales y vecinos solidarios en
las ollas comunas barriales.
Respondiendo a esta emergencia es
que quienes, rescatamos la necesidad de reconstruir el rol de la política, como
factor de conducción y acuerdo entre posiciones diversas, debemos concordar en
acciones de unidad para ir en ayuda de las necesidades que hoy tiene nuestra comunidad
más cercana.
El confinamiento en la situación de
hacinamiento de los sectores populares, la falta de trabajo, demandará
respuestas oportunas a las autoridades. Los más cercanos, los gobiernos
locales, no tienen los recursos, para atender el apoyo y las tareas que le
deriva el gobierno central, más aún cuando la demanda más sentida del momento
es la alimentación.
Ante esta situación, no es menos
cierto que nuestra institucionalidad requiere renovación para así, recuperar las
confianzas perdidas. En el caso de los parlamentarios, remontar el magro 3% de
aceptación ciudadana que es el reflejo de la perdida de contacto con la base
ciudadana.
El proyecto de una reforma constitucional
para poner fin a la reelección de parlamentarios es necesario; en la coyuntura
actual, generará un nuevo foco de conflicto. Espero, no sea obstáculo para la
discusión de dietas, asignaciones y las formas democráticas y participativas de
cómo la ciudadanía y los partidos, designan a los mejores
Es un error político, ante la crisis
sanitaria, desconocer el reconocimiento que la ciudadanía tiene de sus
gobiernos locales, sin embargo, la acumulación de poder pone en jaque la
participación ciudadana, la transparencia y abre espacios para el nepotismo.
La sociedad hoy requiere de un clima
ambiental sereno, sin embargo, hay deudas pendientes como es previsión, salud,
endeudamiento de la clase media emergente, seguridad pública, son los
compromisos éticos para con un pueblo que se movilizó mayoritariamente. Se nos
agrega, la crisis económica mundial, ya en recesión, que afectará con más
fuerza a nuestro país.
Muchas son las tareas que aún nos
toca enfrentar, las pérdidas de vidas, la crisis social y económica, los
crecientes índices de pobreza, se superarán con el esfuerzo de todas y todos y
sus efectos van más allá de la duración de este gobierno.
La oportunidad de dar forma a una
sociedad unida y solidaria, soló tendrá garantía de derechos y deberes, en una
Nueva Constitución
En la campiña del sur de Italia,
existe la vieja tradición de faenar un chancho, para las festividades de San
Martín y, coloquialmente los viejos campesinos, para recordar un algo que
inexorablemente tienen que hacer, donde muchos son los expuestos y los costos
sólo lo pagan los elegidos, dicen “A cada Chancho su San Martín”
RODRIGO DAROCH, vicepresidente nacional del PPD.
"No hay espacio a la excusa u omisión de este mandato partidario"
“La voz de
la Militancia”
El PPD habló con fuerza este último consejo nacional no solo por respaldar con unanimidad el poner límite a la reelección de los parlamentarios, si no también por su perfecta convocatoria, transformándose así en el primer consejo nacional online y con la mayor participación de consejeros nacionales representativos de regiones.
Es
justamente ahí, donde hoy debemos detenernos, dado los pergaminos que acabo de
destacar y mencionar. Las decisiones que se toman y acuerdan en un consejo
nacional resolutivo y soberano deben ser respetados por toda su militancia sin
importar su investidura. En el PPD se hace costumbre borrar con el codo lo que
se acuerda y vota alzando la mano. Hoy es el momento de cumplir sus compromisos
con la militancia, los parlamentarios del PPD deberán este Martes 19 de Mayo
cuando se ponga en tabla la votación del proyecto de ley que pone límite a la
reelección con carácter retroactivo, poner en práctica lo sancionado por los
reiterados consejos nacionales, no hay espacio a la excusa u omisión de este
mandato partidario, el PPD de una vez por toda, deberá tomar consciencia que
aquí no solo está en juego la honorabilidad de nuestro partido sino que estarán
todos los ojos de la ciudadanía puesto en cómo actuarán nuestros parlamentarios
(Senadores), es por aquello que quienes NO actúen de acuerdo a lo sancionado,
deberán ser pasados al Tribunal Supremo, la directiva evaluar su repostulacion
o suspender militancia para parlamentario militante o expulsión de bancada para
el parlamentario independiente. Esperamos
que prime la cordura, el bienestar partidario y no el individual.
ALMAGRO VALDIVIA, secretario regional metropolitano del PPD
SOBRE EL LÍMITE A LA REELECCION PARLAMENTARIA Y
RETROACTIVIDAD. “LLEGÓ LA HORA DE DECIR ADIOS”.
Tan atónito como el ex Pdte. Lagos en el programa " De cara al
país" en 1988 estábamos todos frente al televisor porque Pinochet quería
quedarse 25 años en el poder. Así de atónitos y violentados quedarían los
chilenos si el senado aprobara el límite a la reelección parlamentaria sin
retroactividad. Es imposible “que exista en un solo hombre tanta ambición de poder”;
razón tenía Lagos. Pero 30 años después estamos frente al mismo dilema: de no
aprobarse la reelección con retroactividad algunos de nuestros parlamentarios
estarán más de treinta años en el parlamento y, hasta, 44. A saber: Jorge Pizarro (DC),
Guido Girardi (PPD), Alejandro Navarro (ind.), Carlos Bianchi (ind.) y Juan
Pablo Letelier (PS). Asimismo, con la nueva norma, los senadores Isabel Allende
(PS), Juan Antonio Coloma (UDI), Francisco Chahuán (RN), René García (RN),
Ricardo Lagos Weber (PPD) y Jaime Quintana (PPD) no podrían repostularse en las
elecciones de 2025. La iniciativa de “retroactividad” presentada por el senador
Francisco Huenchumilla (DC), solo permite a los senadores ejercer un máximo de
dos períodos consecutivos (16 años en ejercicio) y de tres a los diputados (12
años).
El país no entendería como se ambiciona la misma cantidad de años de
permanencia en el poder y, más, que
Pinochet pasando, con ello, a entronizarse una “dictadura parlamentaria”. El
poder por definición es efímero y transitorio donde son las generaciones
siguientes las que fuerzan el paso al siguiente nivel y profundizan la
democracia. La alternancia es sana y da aires nuevos a la política favoreciendo
que aquellos que ya dieron lo suyo vuelvan a sus vidas familiares, a estar al
lado de sus hijos y ayudar con su experiencia a “empujar” la política y a las
nuevas generaciones, hacia el progreso, las nuevas ideas y el desarrollo. Cada
generación da su aporte y se agradece pero ha llegado el momento de dejar atrás
a los políticos que recuperaron la democracia en los 90’ para que así la
población chilena sienta que esa parte de la historia ya está superada definitivamente.
Para darle paso al Chile del futuro: más cibernético, multicultural,
multirracial, masivo, participativo, transparente, visionario, con rostros e
ideas nuevas, con mejores despliegues, construcciones audaces y justas. Sin
miedo, las nuevas fuerzas sociales emergentes terminarán por cambiar a Chile
continuando la obra de sus predecesores para entregar su testimonio a otros
luego. Es como debe ser.
Si tanto apego se le tiene al poder, no es el poder el que anda mal, si
no aquel que ha hecho de su vida una sola cosa: el poder, por el poder y, eso,
no le sirve a nadie ni a quien lo ejerce ni al país. No es creíble que una
“representación” sea tan “buena” que dure más de treinta años sin “torcer” la
soberanía popular. O sea: lo mismo que Pinochet pretendía. Gracias amigos
parlamentarios por el esfuerzo desplegado, pero, como todo en la vida “llegó la
hora de decir a Dios”.
ARIEL MEDINA
"Radica en los Partidos Políticos la responsabilidad de velar por la justa y necesaria renovación de las autoridades dotadas de poder y de impedir el apitutamiento eterno de algunos de sus feligreses".
¿Por qué en
Chile es necesario - casi imperativo - legislar sobre la reelección indefinida
de autoridades mediante sufragio popular? . La pregunta surge
inevitablemente cuando se constata que en otros paises , con democracias
más antiguas y avanzadas que la nuestra ( por ejemplo Canada ) no
está establecido por ley la prohibición de que parlamentarios o
alcaldes puedan concursar para hacerse reelegir en sus respectivos cargos
de manera indefinida .
Cuando en
las democracias más antiguas y avanzadas que la nuestra se generó el debate
sobre la reelección indefinida se manifestaron variados
argumentos a favor y en contra acerca de la pertinencia y conveniencia de la
reelección sin limites. Uno de ellos fué el derecho de los
ciudadanos a volver a votar por una autoridad que consideraban que había
cumplido adecuadamente su rol . El otro argumento puso el acento en la
necesidad de crear los espacios necesarios para producir una renovación de los
"detentores del poder " .
La mayoría
de los países hizo la opción por salvaguardar el derecho de los electores
a votar y reelegir indefinidamente . Sin embargo concentró en los partidos
políticos la facultad de determinar limites a la reelección de los militantes
que ejercían funciones como alcaldes o parlamentarios . Cabe señalar que en
esos países los Partidos Políticos están sometidos a leyes que los obligan a
aplicar decisiones de esta naturaleza
cuando dichos Partidos adoptan resoluciones relacionadas con las nominaciones
de candidaturas .
Dicho de
otra manera . Se respeta el derecho del "demos" a ejercer
libremente la decisión de elegir y reelegir sus autoridades, pero
se radica en los
Partidos Políticos la responsabilidad de velar por la justa y necesaria
renovación de las autoridades dotadas de poder y de impedir el apitutamiento
eterno de algunos de sus feligreses .En muchos de esos países las decisiones
legales se adoptaron tomando en consideración la pulsión
humana por los cargos de importancia y las " lógicas naturales de
reproducción del poder " que caracteriza a la política y a la
actividad humana . También consideraron el fenómeno del clientelismo que
acompaña el ejercicio indefinido de un cargo de poder y la desigualdad
competitiva que implica que una persona vaya a la reelección por tercera o
cuarta vez versus otra persona que se presenta por
primera vez.
Pero estamos en Chile y establecer por ley los limites a la reelección parece inevitable . Sólo mediante una ley es posible "contener " el excesivo "interés por el servicio público " de muchos feligreses , y los cálculos de gravitación de los Partidos Políticos en desmedro de una natural y saludable renovación de la política. No puedo concluir esta reflexión sin invocar la dimensión idiosincrática. Somos expertos en el uso de los vericuetos y la actividad política no escapa a esa impronta . Aplicamos incluso el dicho de que "hecha la ley hecha la trampa". En la cultura anglosajona un refrán de este tipo huele a pillería . Lo digo por que de aplicarse la ley tal cuál está formulada respecto a la reelección limitada en los mismos distritos y circunscripciones (porque los parlamentarios podrían cambiarse a otro territorio ) el cambio de circunscripciones está modificado para la próxima elección senatorial en el país Un ejemplo: antes, la región metropolitana estaba dividida en dos circunscripciones, la oriente y la poniente y cada una elegía a dos senadores . Ahora es una nueva circunscripción que elige 5 senadores . Es la ley.
Pero estamos en Chile y establecer por ley los limites a la reelección parece inevitable . Sólo mediante una ley es posible "contener " el excesivo "interés por el servicio público " de muchos feligreses , y los cálculos de gravitación de los Partidos Políticos en desmedro de una natural y saludable renovación de la política. No puedo concluir esta reflexión sin invocar la dimensión idiosincrática. Somos expertos en el uso de los vericuetos y la actividad política no escapa a esa impronta . Aplicamos incluso el dicho de que "hecha la ley hecha la trampa". En la cultura anglosajona un refrán de este tipo huele a pillería . Lo digo por que de aplicarse la ley tal cuál está formulada respecto a la reelección limitada en los mismos distritos y circunscripciones (porque los parlamentarios podrían cambiarse a otro territorio ) el cambio de circunscripciones está modificado para la próxima elección senatorial en el país Un ejemplo: antes, la región metropolitana estaba dividida en dos circunscripciones, la oriente y la poniente y cada una elegía a dos senadores . Ahora es una nueva circunscripción que elige 5 senadores . Es la ley.
Patricio Bustos.
Para mí, y para muchos de nosotros que vivimos el terror y
el horror de una dictadura que duró 17 años, resulta impresentable que en un Estado que se precia de democrático y moderno, más aún, de un partido que se
dice Por la Democracia, tengamos autoridades políticas, Alcaldes con 20 o más
años en el cargo, concejales eternos
haciendo de comparsa, y parlamentarios que llevan más de 20 años en el ejercicio
"democratico" de reprentacion popular. Este fenómeno es
parte de la crisis de esta democracia colonizada desde el barrio Alto de
Santiago.
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