Debate de precandidatos a la nominación presidencial del PPD, trasmitido en CNN derivó en un problema que hoy las redes sociales atacan sin piedad: el feminismo de los postulantes.
"En la sociedad patriarcal, todos los hombres somos machistas por definición. Algunos se declaran feministas. Cuando me preguntan si me considero un hombre feminista, enseguida me acuerdo de Trinidad y Tobago, y aquella enseñanza me hace responder con cautela.
La respuesta corta a la pregunta es que no, que un hombre no puede ser feminista. Que un hombre llegara a ser feminista implicaría por propia ontología que el feminismo habría ejercido sobre la sociedad toda su capacidad transformadora y, por tanto y una vez lograda, establecida y mantenida la igualdad, el feminismo ya no tendría objeto, y serlo tampoco ni para hombres ni para mujeres.
Por tanto, mi impresión es que los hombres pueden “estar feministas”, pero no “ser feministas”. Nos falta el componente existencial. De manera que, igual que fui negro por un rato para volver a constituirme en blanco, puedo ser feminista hasta que el patriarcado y su socialización interiorizada en mí en multitud de hábitos y scripts de conducta inherentemente inconscientes, en modos pautados y recurrentes de pensar sentir y actuar, toman de nuevo posesión de mi identidad existencial y me recargan la construcción política y social del hombre que llevo dentro.
De esto todos los hombres que se declaran feministas deberían ser conscientes y mantener siempre una cierta prudencia autocrítica vigilante. Porque la pregunta del título sería equivalente a plantearse ¿puede un hombre ser mujer? La respuesta corta es que no.
Si un hombre, probablemente en contacto con el feminismo, hubiera tomado la consciencia suficiente del modelo social en que ha sido educado y de su rol en el sistema patriarcal; si tras la consciencia hubiera profundizado en la teoría feminista; si tras la profundización hubiera efectuado un ejercicio introspectivo y correctivo constante de desarraigo de esos modos pautados y recurrentes de pensar, sentir y actuar sobre las mujeres; y si además aplicara en su comportamiento habitual rutinas activas de acción igualitaria… si todo estos condicionales se dieran, tal vez tendríamos a un hombre que se aproxima a “estar” en el feminismo. No obstante, estar del todo en el feminismo requiere todavía algo más.
Ese algo más que requiere, para el hombre, es adherirse, sumarse al liderazgo ejercido por las mujeres feministas. Entonces “estará” en el feminismo, militará en el feminismo, pero a mi modo de ver no llegará a “ser” feminista. Y debería aspirar a serlo únicamente en sentido finalista, es decir, en la certeza de que llegar a serlo conllevaría que la sociedad patriarcal habría sido desnaturalizada y que ser feminista sería una cualidad del propio sistema social y no de sus individuos"
(ver crónica completa en: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article2337)
Ahora a lo nuestro.
Que las mujeres puedan ser consideradas "una gran ayuda", "leales" y/o"eficientes"; que los indígenas puedan ser "respetables", pero son muy conflictivos, estén donde estén; que los jóvenes son una promesa de futuro, pero el presente es nuestro.....etc. revela que tenemos un problema de convicciones y compromiso. ¿En qué sentido?
En que estos grandes temas aún no alcanzan a permear a los partidos políticos más allá de sus relevantes declaraciones de principio, acuerdos programáticos o definiciones "estratégicas". Veamos qué dice al respecto el IV Consejo Nacional estratégico del PPD (2019) al respecto. "La izquierda tradicional era machista, homofóbica, centralista y depredadora del entorno".....Siiii. Está escrito en el resumen oficial de conclusiones.
Y como resultado el texto concluye en que el PPD se define como "feminista": "porque priorizamos una reformulación de la sociedad que ponga fin al patriarcado y donde los hombres y mujeres gocen de derechos y espacios similares, con igualdad en la diversidad. Nos proponemos la transformación cultural de nuestras relaciones sociales de todos y todas, basadas en la dignidad , el respeto y la consideración de las personas".
Vidal se desarrolló -según señaló en el debate televisivo- en el marco familiar de una formación fuertemente machista pero que con los años aprendió de María Antonieta Saa el valor del feminismo... Heraldo citó su experiencia familiar como referencia en su comprensión del valor de las mujeres y sus derechos. Nuestro Jorge Tarud, se "declaró feminista", y luego destacó a las mujeres como leales, eficientes y "una gran ayuda", destacando que en su trabajo parlamentario contó con la colaboración preferencial de mujeres. Todas las respuestas tienen que ser consideradas genuinas. Y era cuestión de tiempo que las redes sociales, desde la misma madrugada, concentren hoy su crítica al tratamiento de este tema por parte de los tres postulantes a la nominación presidencial.
Matamala, el periodista conductor del debate -seguramente sorprendido- le instó al ex diputado: "¿La mujer es una "ayuda"?.. a lo que Jorge respondió con un categórico "Nooo....Lo que quiero decir..." Pero lo dicho, ya estaba dicho y hoy las redes sociales nos dan como tarro (en el viejo decir popular).
Mujeres y pueblos indígenas han caminado un largo trecho de discriminaciones, violencia, marginación y exclusión.
Esto es lo primero que hay que constatar. Recordemos esas viejas tertulias en el Club de La Unión, con poderosos apoltronados en los viejos sillones de cuero, sosteniendo un vaso de oporto o de whisky añejado: "¿Qué eso de "mujeres sufragistas"? ¿Están locas? ¿De dónde les vino esto de que ellas también pueden votar en los delicados asuntos del país? Su papel es la casa y los niños...."
Y qué decir de los Pueblos Indígenas. Primero: borrachos, campesinos ignorantes, que solo sirven para limpiar el jardín, hacer el aseo y madrugar como panaderos... Luego, en pleno siglo XX al XXI ahora son conflictivos, porfiados, duros, no se puede dialogar con ellos, son intransigentes, violentistas. Después, terroristas y ahora hasta narcos...
Los estereotipos están asociados a una visión cultural dominante y al ejercicio del poder. Y por mucho que en los partidos las corrientes en favor del derecho de género, de la inclusión de los indígenas, de la apertura hacia los liderazgos jóvenes formen parte de nuestras mejores declaraciones de principio y bases programáticas, la vieja cultura del Club de la Unión persiste entre nosotros, ahora, de manera encubierta pero siempre aflora a través del pensamiento genuino.
Tenemos entonces por delante una tarea política importante y compleja porque los estereotipos requieren una acción educativa y cultural contestaria profunda en los partidos políticos. El PPD no escapa a esta necesidad y por otra parte se requiere, así como la sociedad chilena obligó al congreso a aprobar una reforma de escaños indígenas, es decir la incorporación obligada en cupos reservados de pueblos originarios, así también los partidos políticos tendrán que aprobar y profundizar la tarea de garantizar los protagonismos de mujeres, indígenas y jóvenes como un derecho y no como un favor, "hasta que la dignidad de estos actores sea reconocida y valorada".
El PPD ha dado algunos pasos en sus 33 años de historia. En realidad, para ser precisos, solo en recientes años. Se aprobó la creación de una Vicepresidencia nacional de la Mujer, en forma directa, es decir se trata de un escaño reservado para mujeres, en propiedad y derecho, en la mesa nacional. Pero esto solo se hará efectivo a partir de la elección interna de junio 2021. Y en cuanto a los pueblos indígenas en el PPD, tan solo recordemos que 21 años después de su fundación y luego de muchas peleas y votos rechazados, se creó la Vicepresidencia nacional indígena en el 2008, pero con una trampita que puso en aquel entonces el experto electoral José Auth. Para ser electo Vicepresidente indígena, el candidato tendría que doblar al último de la lista... De tal modo que si no lo lograba, entonces ¡adiós! vicepresidencia. Asumí entonces el desafío de abordar esa candidatura y recorrí el país, en esa ocasión acompañando a Auth como candidato a la presidencia del partido, para demostrarle que un indígena podía ser vicepresidente del partido sin la "trampita".....Y el resultado fue una elección en la que más que dupliqué al último de la lista para el período 2008-2010. Pero instalar una vicepresidencia en el PPD ha sido nadar contra la corriente.
Veintiocho años después de la fundación, en el consejo nacional del Canelo de Nos, en medio de la derrota presidencial y con tan solo 80 consejeros nacionales (el partido había perdido la bonanza de los cargos de gobierno y otros), logramos aprobar el voto que la Vicepresidencia indígena fuese elegida en forma directa, sin trampita electoral y por lista aparte. El voto fue aprobado y se puso en práctica en la elección interna del 2016, resultando electo el cro. Fermín Levio, ahora en propiedad, como séptimo vicepresidente nacional, en la mesa, como indígena. A partir de esta elección y en forma permanente, el PPD es el único partido en todos los partidos políticos existentes, que cuenta con esta norma especial. Por cierto, en la elección del 18 de junio del 2018, acompañando a Heraldo Muñoz como candidato a presidente, postulé nuevamente a la vicepresidencia indígena resultando electo con la primera mayoría nacional entre los vicepresidentes (3.100 votos) y segunda mayoría nacional después de Heraldo Muñoz (con un poco más de 4.000 votos). En síntesis: todos los candidatos/as indígenas en el PPD a la vicepresidencia indígena tienen hoy su escaño asegurado en la mesa directiva nacional, después de 33 años de bregar y bregar.
En cuanto a las mujeres, el consejo nacional del 2016 acordó la creación de la Vicepresidencia nacional de la Mujer, como una octava vicepresidencia, electa también en lista aparte. Pero, como verán que ocurre, la mesa del entonces presidente partidario Gonzalo Navarrete, omitió, descuidó o convino un acuerdo político para que dicha vicepresidencia fuese electa en junio del 2018, lo que no pudo ocurrir, en parte porque las gestiones de acreditar un nuevo estatuto nacional se realizaron muy encima de los plazos legales. En consecuencia, en la elección interna de junio 2021, por primera vez en nuestra historia partidaria, las mujeres en el PPD podrán levantar candidatas propias, unipersonales o en lista, para ocupar la octava vicepresidencia nacional ahora en derecho como Vicepresidencia nacional de las mujeres. Y así. Reordenar los patriarcados en favor de los derechos de la mujer y abrir más espacios a los Pueblos Indígenas, son tareas que requieren todavía un mayor compromiso.
Pero volvamos al debate sobre el feminismo en el programa de CNN. Mi conclusión en este momento es que requerimos mayor escuela formativa a todo nivel sobre estos temas.
Domingo Namuncura
editor
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