17 jun 2012

El "Mapu" PPD.

El periodista Ascanio Cavallo, en la edición sabatina de La Tercera del 16.06.12 ha construido un relato político en donde se busca instalar una cierta similitud entre el ultrismo del Mapu durante el Gobierno de Allende y el llamado "viraje" del PPD hacia una concepción de izquierda. Cavallo, ( columnista de conocida simpatía DC ) admite, no obstante que el PPD no se parece al Mapu.... Y habría que agregar, que no estamos en el Gobierno y hay una diferencia abismal entre los años 70 y el siglo XXI.  Sumemos una necesaria aclaración a otro argumento de Ascanio: el periodista dice que la idea de un giro a la izquierda "nunca ha sido debatida en las instancias formales del PPD"...Y se equivoca
Este tema ha estado puesto en las discusiones de todos los niveles del partido, prácticamente, desde pocos días luego de la derrota presidencial, desde el Consejo Nacional extraordinario del 23 de enero del 2010 y ha sido tema central de nuestros debates hasta el exitoso III Consejo Nacional Ideológico de enero 2012, oportunidad en que por una gran mayoría, los delegados representativos de todo el PPD aprobaron una nueva Declaración de Principios. Esta declaración fue plebiscitada y respaldada por más del 90% de los militantes que votaron en la elección interna del 13 de mayo pasado. Jaime Quintana, Senador de Araucanía, recogió los planteamientos de este debate, los incorporó en su programa como candidato a la Presidencia del PPD y obtuvo el 62% de los votos, siendo el primer candidato en las internas del PPD que supera el 55% de los votos en 25 años de historia del partido. ¿Serán suficientes estos datos para que el columnista pueda corregir su equívoco?. Sea que si, sea que no, es importante despejar sus hipótesis.
Los voceros virtuales y directos del mundo PDC están preocupados. No quieren quedarse aislados en una coalición que tendría demasiados "socios de izquierda".... Para ellos, es más cómodo que la izquierda -en su conjunto- esté representada fundamentalmente por una sola colectividad con la cual se pueda negociar el próximo Gobierno, esto es el PS actual. La existencia de más de un partido en la coalición declarándose "de izquierda" es una franca incomodidad, porque entonces el poder a conquistar tendría que ser "repartido" de una manera tal que la hegemonía "histórica" del centro político sería menor, toda vez que la carta presidencial más segura no es del centro. El futuro Presidente/a de Chile no será militante del PDC.
En la génesis de la campaña por el NO, en la campaña presidencial de 1989 y luego en la administración de los Gobiernos de la Concertación, el PDC y el PS impusieron una supremacía que redujo la coalición de 17 partidos a tan sólo cuatro. Finalmente, constituyeron un eje virtual y muchas veces directo, dejando al PR y al PPD en situaciones distintas. Hasta hoy el Presidente del PDC  insiste en señalar que la gobernalidad del país la dan el eje PS-PDC.....
En el PPD, luego de resolver su tránsito de partido instrumental a un partido con características socialdemócratas y de centroizquierda, coexistieron dos almas: una, conservadora, expresada en sectores liberales con gran presencia en el Gobierno (síndrome de Expansiva) y otra, mayoritaria pero sin poderes sustanciales, fieles a su concepción de izquierda. Este sector mayoritario, que no accedió a los privilegios del poder, luchó internamente para que el PPD superara sus fronteras liberales. Paradojalmente, con el advenimiento de la derrota presidencial y el alejamiento de los cuadros liberales del PPD, los que mayoritariamente fueron parte del poder gubernamental, la mayoría social pepedista pudo imprimir el sello que buscaron por años para que el PPD asumiese una identidad de izquierda. Desde los primeros días de la derrota, en el Partido fue vox populi la idea de ir a un Frente Amplio de Oposición y cerrar el ciclo histórico de la Concertación. Esto quedó resuelto en el Consejo Nacional Ideológico del 27 de enero 2012.
El segundo equívoco de Ascanio es atribuirle al PPD las características disruptivas y confrontacionales del Mapu. Ellos estaban por acelerar la revolución socialista versus la concepción gradualista de cambios que impulsaba Allende, un sector del PS y el PC. Había un objetivo ideológico en el Mapu, encendido además por la idea de una revolución total. El PPD no tiene tales aspiraciones: reconoce que lo obrado en 20 años de Gobiernos de la Concertación permitió sentar las bases para pensar y realizar ahora grandes reformas estructurales y para ello, la conducción de tan solo cuatro partidos es clara y definitivamente insuficiente. Las coaliciones con el paso de las décadas se desgastan y finalmente dejan de encarnar la épica de un pueblo y esto es natural que ocurra. Y lo que el país requiere ahora es casi cercano a lo que un gran líder DC señaló en 1970, Radomiro Tomic, "la unidad popular de todos los que quieren una sociedad más justa".  En cierto modo el PPD recoge ese legado histórico y por lo mismo, no está en su agenda disolver los vínculos concertacionistas y particularmente estima que el PDC debe ser parte fundamental de una nueva Mayoría Social y Política. Y para esto, las elecciones municipales de octubre 2012 señalarán claramente cuántos partidos políticos y movimientos reúnen las aspiraciones mayoritarias de cambios profundos y eso es lo que ordena la idea de un nuevo referente.
Para esto el PPD ha considerado importante resolver su tema de identidad y tomar posición en el escenario de los movimientos progresistas a nivel nacional e internacional. Y por lo mismo, su III Consejo Ideológico proclamó la definición de "Partido de Izquierda, Democrático, Progresista y Paritario".
Un tercer equívoco del periodista es tildar la realidad del PPD como la de un partido bajo la "hegemonía" casi absoluta de un caudillo, el actual Senador Girardi. En estos últimos años diversos sectores del PPD (incluidos laguistas, bitaristas, vidalistas,terceristas,otros) han sumando coincidencias políticas e ideológicas con Girardi y él ha fortalecido su posturas con tales aportes, por cuanto éste ha sabido dar coherencia política a la interpretación de una realidad que en la que muchos concertacionistas coinciden: la concertación terminó su ciclo. No es novedosa esta conclusión, pero cuando dos partidos (PDC y PS) desarrollan una estrategia de "administración excluyente" de la herencia de los Gobiernos anteriores y cuando uno de ellos (el PS) tiene a su haber la candidatura presidencial más potente para ganarle a la derecha (Bachelet, PS) y entre ambos partidos entienden (y están de acuerdo en defender ésto) que la gestión del poder "debe" pasar por ellos, es inevitable que  todos los demás sectores busquen afirmar su propia identidad. Y entonces sí, es cierto lo que aventura Cavallo: el PPD estima que si el afán presidencialista es sólo volver a La Moneda, con los mismos de siempre y sin expectativas de cambios estructurales profundos entonces debe librarse una lucha social, política y electoral para establecer dónde están, efectivamente, los ejes reales del poder y ello debe reordenar el proceso político.
En su mirada, el periodista se lamenta de que "es difícil pedirle a Carolina Tohá y Ricardo Lagos (Weber)" que sean en el PPD, la dupla Correa-Gazmuri en tiempos de la UP cuando, en acuerdo con Allende, intervienen con dureza al MAPU y separan separan su parte disruptiva. Lógico, esto es así porque en el PPD la identidad de izquierda no está ligada a un caudillo ( o una suma de ellos ) sino a un sentido de ser , a una forma de entender el mundo y la sociedad, a una cosmovisión de izquierda que en el 99% de los militantes del PPD nunca dejó de ser tal. Lo que se llama hoy "laguismo-bacheletismo" (sector que perdió la elección interna quedando con un poco menos de 31% de los votos) es también un abuso conceptual. De partida debiera hablarse de "laguismo-weberismo" en honor al Senador Lagos Weber, porque lo que es el "laguismo" histórico, encarnado por el fundador del PPD y Presidente de Chile, es otra cosa. Así como el  "girardismo" no es una corriente homogénea en el PPD, el laguismo-bacheletismo sólo representa a quienes se proclaman como tal, porque la inmensa mayoría del partido es laguista y es bacheletista. Girardi aparece exitoso en el PPD porque su planteamiento sintoniza con el sentido común de muchos militantes y varios de estos cuestionan sus procedimientos en política, pero hacen la diferencia en el momento de resolver las claves políticas. Y esto quedará demostrado, probablemente, cuando el PPD deba resolver su apoyo a Michelle Bachelet en el momento fundamental de su candidatura post-elecciones municipales.  Recordemos que fue el PPD (y no el PS ni el PDC) el que anticipó y proclamó a Michelle como candidata presidencial el 2004. De otro modo, no habría sido Presidenta de Chile. Ella no estaba en la agenda de los partidos "eje" de la coalición.
Si. No hay Correas ni Garretones en el PPD. A Dios gracias. Y los que hubo quedaron en el camino. Y si mañana Girardi cambia de contenidos y retrocede a una postura distinta a la aprobada por el III Consejo Ideológico, no cabe la menor duda que la mayoría de izquierda del PPD se re-agrupará en torno a nuevos liderazgos. En ese sentido, el Senador Quintana no es un  testaferro. Y otro elemento que Cavallo debe tomar en cuenta es que el PPD no saldrá de la Concertación. No es su propósito. Pero tampoco acepta que la coalición siga tal como está y tiene que abrirse. Esto es un proceso dinámico y, en parte, será la elección municipal de octubre la que resuelva dónde estarán los ejes de verdad.
Domingo Namuncura
Editor