Editorial

Viernes 2 de julio 2021

A 48 horas.


El domingo 4 de julio se instaló oficialmente la Convención constitucional y Chile inició el camino sin retorno a una Nueva Constitución.


Durante 40 años rigió los destinos del país una constitución fuertemente autoritaria y militarista: la Constitución de Pinochet, de 1980, la que fue reformada en años siguientes, un poco antes y durante la transición democrática pero de manera parcial. Dicha constitución generó enormes tensiones en la sociedad chilena; facilitó y brindó manga ancha al mundo conservador y sólo permitió que en algunos aspectos se pudiesen abrir algunas ventanas. 

Hoy, uno de los hechos destacables es que la Convención contará con 155 constituyentes ciudadanos electos, lo que marca una diferencia importante con procesos anteriores en donde las constituciones chilenas se trabajaron en ámbitos más limitados y una nula o escasa participación del pueblo chileno.  El 25 de octubre 2020 los ciudadanos resolvieron poner fin, entonces, a la Constitución de Pinochet y con ello se abrió camino a la elección abierta de constituyentes. 

A este hecho relevante, al que se suma la definición de la paridad de género,un actor históricamente marginado de las decisiones fundamentales del Estado, los Pueblos Indígenas (PPII), lograron ser incorporados como sujetos de derecho pleno con 17 constituyentes electos mediante escaños reservados y tres elegidos en distritos específicos, sumando 20 constituyentes, lo que resulta en un hecho histórico de la mayor trascendencia, puesto que los PPII nunca han sido considerados en el Estado nacional como sujetos plenos de derecho en tanto primeras naciones.

Primneras reuniones del Grupo indígena de Trabajo sobre escaños reservados, 
con el senador Francisco Huenchumilla integrante de la comisión de constitución del Senado.
Enero 2020

El Partido Por la Democracia través de su red nacional indígena y con la coordinación de la Vicepresidencia nacional indígena contribuyó de manera decisiva en el logro de los escaños reservados. En noviembre del 2019, luego de la firma del Acuerdo político entre oposición y oficialismo en medio del estallido social y dado que el tema de los PPII fue excluido de ese acuerdo, motivó de inmediato una convocatoria-invitación a los distintos referentes indígenas de partidos de oposición para promover los escaños reservados.  Se instalaron dos mesas políticas: una, en Santiago y la otra en la Araucanía y se extendieron puentes de comunicación con los PPII del norte.  Luego, cuando en diciembre 2019 el parlamento aprobó legislar la idea de tale escaños pero entregó la decisión de los detalles al senado, acordamos crear el Grupo nacional indígena de trabajo sobre escaños reservados y establecimos los primeros nexos de coordinación con los senadores de oposición en la comisión de constitución del Senado (Huenchumilla, Urresti y Araya) con quienes se trabajaron diversos borradores.

Sesión del Grupo de Trabajo sobre escaños reservados.

A partir de enero 2020 y desde las primeras audiencias públicas de la comisión de constitución del senado, el Grupo de trabajo (hoy Red Constitucional Plurinacional) recorrió 11 meses de arduas gestiones, a nivel de la comisión técnica de gobierno y de la comisión de constitución del senado y bancadas parlamentarias, tanto de derecha como de oposición hasta poder arribar a la ley 21.298 que abrió los caminos para elegir por voto popular a los 20 constituyentes que hoy representan a todos los PPII. Por decisión de votos de la derecha no fue posible incorporar la representación del pueblo afrodescendiente del norte como pueblo tribal según el Convenio 169.

Audiencias con la comisión de constitución del Senado.  Enero 2020

La descripción de lo que significó este recorrido, sus altos y sus bajos, la contienda de ideas con la derecha y el gobierno, las enormes dificultades ante la intransigencia de estos actores y su persistente intención de minimizar la representación indígena significó muchos días, semanas y horas de esfuerzo que se puso por delante. El Grupo de trabajo realizaba sesiones semanales, se analizaban los hechos, adoptamos decisiones para poner en conocimiento público el tenor de estos temas, manteníamos conversatorios vía zoom en todo el país y con diversos actores sociales y políticos y parlamentarios... Se trabajó sin descanso, enfrentando, además en las semanas cruciales de diciembre 2020 y enero 2021 los escenarios más conflictivos con el gobierno y la derecha especialmente cuando el proyecto estuvo a punto de caer en tres ocasiones.  Las sesiones de la comisión constitucional del senado, del pleno de senado, de la comisión mixta del parlamento y de las sesiones plenarias de la Cámara fueron extenuantes hasta el punto que varias de ellas terminaban cerca de la cinco de la mañana y no se vislumbraba una luz al final del túnel, principalmente porque el gobierno y la derecha regateaban los cupos de más a menos. Partieron "ofreciendo" tres cupos contra los 24 que demandábamos.  Después subieron a cinco. Semanas después, a ocho. En medio de las tensiones aceptaban diez  y finalmente cerraron la "oferta" en 17.   El gobierno y la derecha manejaron la "oferta" a sabiendas que la aprobación de los escaños reservados requería 3/5 de votación y que ellos ponían los votos diferenciales a favor o en contra.

Fue necesario entonces desplegar una amplia ofensiva comunicacional y se logró que todos los parlamentarios de oposición cerraran filas, lo que implicó que finalmente se aceptó por parte de las bancadas que 17 constituyentes era lo más cercano a un promedio de 20 que el grupo de trabajo estimaba como razonable y se acordó entonces depositar confianza en las negociaciones parlamentarias para arribar a lo más adecuado.  Este proceso permitió que la derecha pusiera a favor los votos necesarios y de este modo fue aprobada la Ley 21.298 de escaños reservados.

Por cierto, en general, para los PPII el resultado no fue el esperado. Nuestra postura permanente fue que la representación indígena en la convención debería representar al 12% de los PPII en Chile. Esto sginificaba 24 constituyentes. El Congreso estimó arribar a 17 y se dejaron excluidos a los afrodescendientes porque la derecha no contribuiyó ahí con sus votos.  En la reflexión final del grupo de trabajo (hoy Red Constitucional Plurinacional) se estimó que esto debería ser apreciado como un primer paso, histórico, estratégico y relevante que abre caminos a los PPII para un protagonismo mayor en la sociedad chilena. Y que el hecho relevante es que hoy, de 155 constituyentes, 20 representan a los indígenas de Chile.

A todos ellos y ellas, hermanos y hermanas que son portadores d nuestras demandas y propuestas históricas, les deseamos el mejor de los éxitos y aspiramos -además- a que uno o una de ellas sea parte de la mesa directiva de la Convención, dando así un mayor realce a la participación de los pueblos indígenas de Chile, las primeras naciones, que podrán compartir su acervo cultural y su cosmovisión ancestral de la vida.  

Chile gana con las mujeres y los Pueblos Indígenas en el debate de esta nueva constitución. Cada constituyente electo, así lo esperamos, podrá contribuir además con una gestión que permita cerrar este ciclo de 40 años de constitución autoritaria y abrir las anchas alamedas de un nuevo orden jurídico-institucional, político, social y cultural con la idea de un Kömen Mongen, un Buen Vivir para todos y todas.  ¡Wetripaiñ!  (estamos de pie).

Domingo Namuncura
Editor
Vicepresidente nacional indígena del PPD


Gonzalo Luanko, rapero de origen Mapuche y Coro juvenil : "Wetripaiñ"


Convención Constitucional.

El gobierno no comprende el valor de interculturalidad en las relaciones entre Estado y Pueblos Indígenas  y arriesga generar un conflicto innecesario con quienes han solicitado convocar desde la espiritualidad ancestral de tales pueblos las energías necesarias para un buen éxito del trabajo.   Esto, que es una costumbre de siglos, desconocida para la sociedad, es habitual en todo tipo de ceremoniales de Trawun (asamblas) y Nguillatunes (ritos espirituales), por ejemplo, en el caso del Pueblo Mapuche.  Al respecto, comparto mi declaración al diario Las Últimas noticias al consultarme al respecto (30 de junio).


Elecciones internas en el PPD.

LISTA EN COMPETENCIA: "POR UN SOCIALISMO DEMOCRÁTICO TERRITORIAL"

El PPD a las bases del pueblo, a las que abandonamos en algún momento. Para eso, recuperar entre todos confianza ciudadana. Y que el PPD sea el partido de todos, el partido que anhelamos fraterno y consecuente.



Campaña presidencial 202.

Las 40 medidas de Paula Narváez: la propuesta de programa presidencial de la Nueva Mayoría.

En el amplio Parque de las Palmeras, en la populosa comuna de Renca, la candidata presidencial del PPD-PS-Nuevo Trato y Ciudadanos presentó su propuesta de programa presidencial el miércoles 30 de junio.  


El acto fue abierto por la ex concejal del PPD en Renca, nuestra cra. Teresa Cordero, dirigenta social valorada y reconocida por la comunidad. Acto seguido, se presentó una síntesis de contenidos a través de un video con mensajes de distintas personas. Luego, Paula Narváez presentó su programa describiendo los siguientes contenidos fundamentales:




Bases fundamentales.

El desarrollo textual de las propuestas podrán encontrarlo en la página web:https://www.paulapresidenta.cl/programa/


Imáganes del evento del 30 de Junio.






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Elecciones internas en el PPD.

El PPD ya cuenta con una nueva mesa ejecutiva nacional: presidenta, Natalia Piergentile; secretario general, José Toro y tesorera, Yolanda Pizarro, los nuevos dirigentes que presidirán la mesa nacional a partir de agosto 2021.

  Natalia Piergentile, Presidenta                  José Toro, SG                             Yolanda Pizarro, Tesorera


De hecho, ya no habrá competencia interna en la presidencia del partido en dicha mesa e incluso en la Directiva nacional. 

Al momento de firmar el documento oficial de inscripción, hasta la medianoche del sábado 26 de junio, el ticket de la mesa ejecutiva nacional prácticamente, ya está electo, independientemente de los votos que reciban en unas semanas más, pues no habrá competencia. Esta forma de definir una dirección política superior, por cierto, tiene variadas interpretaciones.

La principal competencia abierta será entre los candidatos y las candidatas a Vicepresidentes nacionales.  Se suma un séptimo Vicepresidente nacional indígena y por primera vez se elegirá una Vicepresidenta nacional de la Mujer, ambos en lista aparte, en competencia.  Una lista de candidatos con acento regional, intercultural y de género ya ha sido inscrita.


También se inscribió otra lista de candidatos/as a vicepresidentes nacionales, integrada por Marco Antonio Núñez, Paz Suárez, Katy Araya, Raúl Soto, Andrea Parra y Maximiliano Ríos, además de Patricia Hidalgo a la vicepresidencia de la mujer y Alberto Pizarro a la vicepresidencia indígena.

En el ámbito comunal la situación se presenta con diversos escenarios. De un total de 342 comunas en el país, el PPD cuenta con una red de comunales  activos que se acerca a 220 comunas. Entre éstas, las que tienen un desarrollo institucional efectivo (es decir, que al menos se reúnen con alguna periodicidad), se ubican unas 110 a nivel nacional.  

Los comunales son puentes territoriales fundamentales entre un partido político y la sociedad. Una simple estadística indica que a menos comunas organizadas, menos puentes sociales con el territorio local y comunitario. En consecuencia, hay una muy alta probabilidad en cuanto a que la competencia interna para elegir nuevas directivas comunales será menor a lo esperado, pues se requieren militantes con disposición a competir y el resultado esperado es que varias de las nuevas mesas comunales sean electas por consenso y aún así en algunas de ellas no hubo candidatos suficientes.

En los niveles regionales, la situación estructural de estos últimos años es que ha ido decreciendo la potencialidad de esta instancia que normalmente debe funcionar con periodicidad y amplia convocatoria interna. Las directivas regionales han debido enfrentar enormes desafíos desde la derrota presidencial del 2017 para sostener redes internas en medio de un proceso de desencanto militante y ciudadano que ha aumentado con los recientes resultados electorales en diversas elecciones populares en donde los candidatos del PPD debieron enfrentar en terreno la crítica ciudadana.

A beneficio de costo hay que agregar que desde marzo del 2020 cuando comenzó la pandemia sanitaria, los lazos comunales, regionales y nacional se alteraron de manera notable por los resguardos de salud y cuarentenas, sumando además efectos laborales y diversas incertidumbres por la forma cómo se enfrentó el tema presidencial. Por tanto, de igual modo, es presumible que en algunos regionales del PPD el ticket unico (presidente, secretario regional, tesorero) esté igualmente electo de inmediato, independientemente de los votos finales que reciba. Habrá otros regionales, los menos, en donde surgirá una competencia, en parte inducida por factores externos a la vida regional o en parte porque hay dirigentes regionales que de verdad quieren mantener un esfuerzo que se ha venido realizando con algún resultado y otros que buscarán proponer algo distinto.

En suma: las elecciones internas del PPD en su carácter nacional están marcadas por un "consenso forzado". ¿Qué significa esto? Que en aras de la "unidad" del partido ante un escenario que se preve muy crítico (a partir de todo lo acontecido desde la campaña presidencial interna hasta los resultados electorales obtenidos en la elección de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores), se priorice el consenso, en contra del interés de muchos militantes- de que se hubiese arribado a una competencia interna para diferenciar ideas y programas. Se señaló al respecto de que la idea del "consenso" es nuestra única mejor oportunidad para enfrentar el actual momento crítico del partido y, lo que es más llamativo aunque no extraño en la historia del PPD, se trataría de una única alternativa viable para unir detrar del consenso a todos los militantes,  independientemente de que en otros niveles se compita abiertamente. Y claro: esto es así porque el poder político fundamental se expresa en la Mesa ejecutiva y nacional y regional y particularmente en lo que se denomina el "ticket presidencial" nacional del PPD.

Una competencia que salvó la situación del PPD en la anterior elección.


Ceremonia de cambio de mando, Julio 2018.

En junio del 2018 se realizó una elección interna de dirigentes con tres listas nacionales en competencia: Heraldo Muñoz, Andrea González y Marco Antonio Núñez.  Muñoz se impuso holgadamente para presidir el PPD con el lema "Juntos, construyendo un mejor futuro. Mejor PPD. Mejor país".  Muñoz se instaló como un  importante  referente político, luego de una importante gestión como Canciller de Chile, premunido de un gran prestigio amparado en una extensa carrera política a nivel internacional. El PPD esperaba que el ex canciller impregnaría al partido de una nueva experiencia y solidez.  La juventud estaba representada en el cargo ejecutivo más relevante de una institución partidaria en la Secretaría General, con Sebastián Vergara, luciendo a sus espaldas haber sido antes presidente nacional de la JPPD.  La tesorería la asumió Andrea Muñoz, ex gobernadora. 

Las primeras impresiones a partir de junio 2018 fue que esta mesa ejecutiva con los vicepresidentes nacionales electos, por fin, pondrían al PPD en la senda de una autopista. Bueno, a tres años de esa elección competitiva, hoy, cada militante ya tiene su opinión formada. 

Acto oficial de asunción del mado con Heraldo Muñoz, nuevo presidente del PPD. Julio 2018


El punto esencial es que así y todo, y con la inercia de una crisis estructural que venía de antes de junio 2018, la competencia interna en aquella fecha permitió convocar a un poco menos de 10.000 militantes a votar, sin pandemia y con todos los escenarios abiertos y además, con alguna cuota importante de recursos para financiar una parte de las sedes electorales comunales en donde debía realizarse la elección. La competencia entre tres listas permitió esa convocatoria. La historia de nuestras elecciones internas demuestra que, cada vez que ha habido competencia en la mesa ejecutiva nacional y demás instancias, son muchos más los militantes que se movilizan a votar. Cuando esto no ocurre, la sola competencia entre vicepresidentes y en otros niveles no es suficiente.

Entonces, emerge ahora la pregunta de rigor luego del consenso que en el caso de la mesa ejecutiva nacional ya da por electo, principalmente a las y los nuevos integrantes de la mesa ejecutiva nacional: ¿Cuántos militantes acudirán a votar el domingo primero de agosto? ¿Más de 10.000? Menos? ¿Cómo deberá ser leido el resultado?

En algunas conversaciones se dice que este dato reviste una importancia relativa para el PPD y "que no es para tanto"... Que en una elección interna, anterior, en Revolución Democrática votaron un poco menos de 2.000 militantes y así. La elección de mesa ejecutiva en Renovación Nacional, hace apenas unos días, convocó a 12.000 personas bajo régimen de competencia. El hecho es que la mayor o menor votación de militantes en un partido político brinda legitimidad política y social ante la sociedad (y los propios militantes). En RD la votación fue escasa, en comparación con sus militantes inscritos, es verdad. Pero RD lleva tan solo algunos años. En cambio el PPD cuenta con 34 años de historia y en cada elección interna el número de electores militantes internos ha ido cayendo sin contención. ¿Porqué? 

¿Es incómoda, desagradable o inoportuna una competencia abierta, democrática y transparente en un partido político? 

Depende. Una comunidad democrática profunda nunca debe temer o desconfiar de la competencia de ideas y programas. Aquello permite diferenciar e igualmente elegir lo mejor. Los consensos forzados obligan a aceptar lo que se propone y punto. Hay que coformarse con lo que se ofrece. Se dice que en una situación tan crítica como la que vive hoy el ppd (y que con la campaña parlamentaria se juega -se dice- su destino, nada menos), algunas personas consideran que la competencia interna respecto de la mesa ejecutiva nacional habría sido una locura, una tontera, una completa falta de realismo, etc.  ¿Quién lo dice? ¿Quiénes lo señalan? ¿Porqué lo dicen? ¿Qué hay detrás de los consensos forzados? That is the question...

No sabemos hoy, a pocas horas de la ya cerrada inscripción final de candidatos, todos los detalles -igualmente profundos- del porqué se llegó a este escenario de "consenso forzado". Lo sabremos con el transcurso de los días... y del tiempo, que todo lo decanta.  Pero no sería extraño que esto fuese resultado -enre otros factores- de un conjunto de prácticas que, a esta altura del proceso histórico del PPD, son más o menos, más de lo mismo. 

El punto es que en años anteriores había piso para aceptar esto, aunque fuese a regañadientes,  por una variada suma de intereses en juego  y en parte porque el PPD era partido de gobierno, contaba con una red de alcaldes y concejales potente, bancadas parlamentarias poderosas, etc. Era un partido con una buena cantidad de militantes-funcionarios en instituciones del Estado. Se podía dar el lujo de aceptar ciertos procesos electorales internos controvertidos... Pero aun así, hubo momentos estelares como la contienda histórica aquella entre Sergio Bitar y Jorge Schaulsohn. Memorable por el caudal de ideas y programas entre los cuales había que elegir y Sergio Bitar ganó esa elección acompañado de un equipo valioso de dirigentes.

Bitar ha ejercido la presidencia del PPD en tres ocasiones. En mi concepto en los períodos presidenciales de Sergio, el partido experimentó un potente crecimiento cualitativo e institucional. Fue, además, un presidente partidario muy presente en la vida interna del partido y preocupado de su devenir; accesible, dialogante y promotor de nuevos liderazgos. Formó y potenció comisiones técnicas y secretarías nacionales. Viajaba periódicamente a regiones para dialgar, simplemente, con la militancia. Lideró consejos nacionales, directivas nacionales y comisiones políticas que eran constantemente convocadas y consultadas. Elevó los perfiles del PPD con una conducción democrática, horizontal, sin sesgos.  A riesgo de exceder el marco histórico, Sergio Bitar, al igual que Ricardo Lagos con la fundación y su liderazgo histórico, fueron profundamente señeros en el PPD. Son liderazgos que marcaron una huella profunda.


Sesión plenaria del II Consejo Nacional de Valores, Ideas y Proyectos en el Centro
Cultural Gabriela Mistral. Año 2003.


Por cierto, todos los presidentes del PPD en general se han esforzado y han hecho grandes aportes. Víctor Barrueto, entonces Diputado, asumió la presidencia del partido en el 2003 en medio de la primera gran crisis de corrupción de la política, con el llamado "caso coimas" que afectó gravemente nuestra impoluta trayectoria partidaria. Enfrentó la crisis con dignidad y fue uno de los grandes gestores del II Consejo Nacional de Ideas y Programa que convocó a más de 3.000 militantes a muchos debates para salvar el prestigio del PPD y reposicionarlo. Más tarde, Gonzalo Navarrete como presidente nacional debió encaminar al PPD hacia una tarea muy difícil como fue la del refichaje de militantes, en donde ya asomaban las primeras señales críticas (las que no vimos a tiempo) hacia la política en general y hacia el mismo PPD en particular, y hubo que quintuplicar los esfuerzos para obtener un resultado airoso en fichajes de militantes. Fue una campaña de reinscripción con mucho tesón y fortaleza.


Comisión Nacional organizadora del II Consejo estratégico del PPD, 
bajo la presidencia partidaria de Victor Barrueto, con representantes de todas las regiones.
Este Consejo especial es el que registra, históricamente la más alta tasa de participación de
dirigentes con 1.500 delegados en el Centro Gabriela Mistral y más de 4000 militantes que
participaron en debates ciudadanos, comunales, provinciales, regionales y a nivel nacional.  
No hay otro Consejo Nacional de esta magnitud en nuestra historia de 34 años.


Valoro profundamente la gestión de Carolina Toha (2010-2012) que con enorme convicción ubicó al PPD en el punto de inflexión histórica de la concertación, cerrando ese ciclo y abriendo las puertas de la Nueva Mayoría que luego recuperó el gobierno con Michelle Bachelet en el 2013. Su mirada fue estratégica, aunque internamente su ticket merece todo tipo de comentarios, desde el secretario general (Samuel Donoso) hasta el tesorero, Luis Matte, por los efectos del caso SQM y el inicio de un lento deterioro de la estructura institucional que luego, con el paso de los años iría creciendo. 

Con la elección de Heraldo Muñoz, que arribó a la presidencia del PPD en junio del 2018, hubo una importante expectativa de muchos dirigentes y militantes que sentimos que sería una contribución importante para enfrentar los tiempos excepcionales que estamos viviendo. Se marcaron varios hitos y el más importante fue la campaña presidencial, un desafío de enormes proporciones, que requería meses de preparación y mucha horizontalidad, como igualmente se requería para llegar a las elecciones de constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores. La gestión de esta administración y de sus resultados habrá de ser objeto de estudio a futuro. Hoy, los antecedentes están muy frescos y solo con una mirada más reposada y a posterior podremos -entre todos- establecer una evaluación más profunda.

El presente marcará huellas decisiva para el futuro del PPD: el que estas huellas no sean "líquidas", es decir, que desaparecen con el tiempo, se requiere una conducción política con un compromiso sin retorno.

En lo principal: todos sabemos hoy, en junio 2021, que los problemas del PPD actual no son ni sus valores ni sus principios, los que están plenamente vigentes. Tampoco son nuestras ideas programáticas, algunas de las cuales -incluso- han sido recogidas por otros referentes políticos. Nuestros problemas no están en los votos políticos acordados en Consejos Nacionales y Directivas Nacionales aunque no se hayan cumplido totalmente. Tampoco  son un problema nuestras decisiones institucionales. Los problemas del PPD están en sus prácticas, y en quienes ejercen esas prácticas, a todas luces, muy cuestionables, principalmente por priorizar sus propios intereses. 

Por ejemplo, el "clientelismo", (que funciona de mayor manera cuando el PPD está en el gobierno). Se trata de un clientelismo interno y externo, basado en promesas, cobro de favores anteriores, amiguismo, nepotismo (familiares de dirigentes que se ubican en algún lado o que son "priorizados" en ciertas tareas....) y la imposición de criterios, a veces bajo la amenaza inveterada: "estás conmigo o en mi contra". Otros han agregado en el último tiempo los estigmas de "traición" o "deslealtad", sumado además a las desconfianzas y falta de transparencia en la toma de decisiones con instancias que se reúnen con un propósito "académico-político" pero en donde, ahí, se toman las decisiones "de verdad".....Son las prácticas las que están demoliendo o debilitando inexorablemente la institucionalidad del PPD. No sus valores, ni sus principios ni su programa.  Y si esto no se entiende a tiempo, los sentidos históricos del PPD dejarán de tener vigencia en un breve plazo convirtiendo este proyecto político que se ha sostenido por 34 años en un proyecto debilitado. Por cierto, esto pareciera no amilanar a algunos/as, pues mientras subsistan votos  y representantes populares en algunos cargos, los partidos no mueren, pero dejan de tener relevancia política si pierden su sentido de ser. Se convierten en feudos autoreferentes. 

La elección interna del primero de agosto es una prueba de blancura. Ya sabemos que esta prueba ya no se pasa en relación con la mesa ejecutiva nacional que, como ya dije antes, al solo momento de inscribirse sin competencia, ya está prácticamente electa aun antes realizarse la elección del primero de agosto. Esto es una señal de cómo estamos haciendo las cosas. Lo siguiente es la competencia entre vicepresidentes nacionales y demás niveles. 

La segunda prueba de blancura (que está corriendo en paralelo), es la definición de quiénes serán candidatos/as al parlamento. Hay una comisión de búsqueda que está realizando un esfuerzo. Personalidades y dirigentes tan entusiasmados con representar la "marca ppd" no hay muchos hoy en día.  Pero a los que sí están dispuestos a asumir este desafío, a lo menos, se les debiera brindar reconocimieno y agradecerles su disposición.  ¿Acontecerán, nuevamente,  casos como el de Teresa Valdés y Leslie Sánchez cuando se resolvió la lista de candidatos a la constituyente?  Teresa sería hoy una valiosa representante del PPD en la Convención. Lo mismo, Leslie. Pero las hicimos al lado de una manera muy profundamente cuestionable.

 ¿Ocurrirá algo semejante en la definición de candidatos/as al parlamento? ¿Podremos contrarrestar el tema de que más importantes son los votos que podamos conseguir  -a cualquier costo- que las personas que representan severos cuestionamientos para lograr esos votos? Hay varios casos dando vuelta (Alinco, la familia Bianchi, Rosi....) ¿Será cuestión de aceptar cualquier candidatura para "asegurar" los votos de sobrevivencia del PPD y que esto es así de frío y racional,..."en aras de la marca PPD" y de su sobreviencia? ¿Los partidos políticos son un fin en si mismos o un medio?.  

Y, tema aparte, será la actual mesa nacional, que preside el cro. Heraldo Muñoz, quien conducirá estas definiciones hasta el 31 de julio. Luego, la mesa electa cerrará el proceso inscribiendo a los candidatos/as al parlamento y eso nos conducirá a la campaña electoral siguiente: la elección parlamentaria, la madre de las batallas para el PPD actual, que hoy cuenta con tan solo ocho parlamentarios. En nuestro mejor momento histórico, el PPD contó con una bancada de 21 parlamentarios.  

El PPD arribará además a esta campaña con una seria falencia de recursos y una suma de deudas, en parte por la bajísima cotización interna y la disminución de recursos fiscales conforme a la norma de financiamiento de partidos. Aún así ¿La administración de aquello, aunque sea escaso, será transparente? ¿Se llamará a licitación pública e informada a las consultoras y/o imprentas que tengan que colaborar con la campaña parlamentaria del PPD?   Todo esto será una "prueba de blancura" para uno de los períodos más críticos en estos 34 años de historia del PPD, en donde lo que arriesgamos -si las cosas no se hacen bien y de modo informado y transparente- es el sentido mismo del ser un partido político de futuro. Ya sabemos que la retórica de ideas no es un dato milagroso. Se requiere un partido con prácticas y acciones coherentes y consecuentes que representen nuestros valores y principios.  

No es menor, entonces, que quienes concurran a votar en las elecciones internas del primero de agosto, lo hagan A CONCIENCIA, y de verdad, dejando de lado las típicas plantillas y las "sugerencias" de caudillos locales, comunales, regionales o nacionales que dirán cómo se tiene que votar y por quiénes.... El salvataje del PPD requiere hoy un acto de conciencia, puro y sincero, desde el alma, especialmente si queremos permanecer en este colectivo y revitalizarlo. Como he dicho antes y reitero permanentemente: votar en conciencia, requiere coraje y no sumisión. Es nuestro propio "estallido" íntimo.

¿Qué los van a invitar a algunos de ustedes a diversas reuniones; algún café por aquí o por allá; un zoom reservado? Asistan a todo.  ¿Lo llamarán por teléfono? Por cierto. Los militantes recibirán diversos tipos de mensajes e insinuaciones y estarán sujetos a diversas influencias....y presiones ("acuérdate que yo te conseguí esto o aquello") Habrá todo tipo de manipulaciones ("para cuando ganemos el gobierno, ahí vemos, yo te ayudo"...)  No importa. Al momento de votar, votemos en conciencia  y por quienes te ofrezcan mayor confianza por su trayectoria limpia, por sus actos y compromiso.  Este es el mejor gesto de respuesta al estatu quo de los hechos. 

Domingo Namuncura
Editor

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Elecciones internas en el PPD. Comentarios.

¿CAMBIAMOS EL RUMBO O CERRAMOS POR FUERA?

Ernesto Fernández Leon (*) 


Pensar que la crisis de la clase política inicia el 18 octubre de 2019, es estar demasiado alejado de la realidad. La debacle comenzó cuando quienes llegaron al poder se apernaron en sus cargos, cuando se prestaron para ser financiados por los poderes económicos, cuando dejaron el territorio y a su gente en manos del narcotráfico, la delincuencia, el negocio de las AFP y las Isapres. Todo lo vieron venir desde la comodidad del escritorio, dando declaraciones a los medios llamando a la unidad, pero peleándose por debajo de la mesa por tener más poder, tanto dentro de los partidos como frente a los poderes del Estado, incluso no dudando algunos en pelearse frente a las cámaras de televisión. Y todo esto, lo hicieron dejando de lado a quienes les dieron la oportunidad de volverse sus representantes.

 El Partido por la Democracia no ha estado ajeno para nada a todo lo acontecido. Pero en el caso partidista debemos considerar además que se dejó de escuchar a la militancia de base, a aquellos compañeros y compañeras que sí están donde las papas queman, en el territorio, en poblaciones, ferias, sindicatos, ollas comunes y todo tipo de espacio de comunidad. A ellos los dejaron de lado, mientras son éstos mismos quienes siguen luchando y trabajando por un bienestar común y son lo que día a día palpan y entienden lo que en verdad pasa en la territorialidad nacional.

Nuestro partido fue instrumento válido para recuperar la democracia en los 80´, pero luego pasó a ser un ente instrumentalista para que algunos permanecieran por años en el poder, en la interna y en los diversos gobiernos de los que fuimos parte.

Las últimas elecciones nos volvieron a pegar donde duele, si bien comparativamente no nos fue tan mal como a otros, seguimos a la baja respecto de los escaños ganados a nivel nacional. Perdimos gobiernos comunales, lugares en los concejos municipales, y no logramos una mayor representación en la Convención Constituyente. A muchos, el desgaste de la marca PPD les jugo en contra, se tomaron malas decisiones, se llevaron adelante campañas impuestas en lo relativo a la candidatura presidencial sin consultar a cada candidato que cedió sus derechos. Otra vez los mismos de siempre haciendo lo mismo de siempre.

La gente se volcó a las calles a mostrarnos a gritos que requerían cambios, con candidatos surgidos desde las mismas comunidades. Se nos brindaba entonces una oportunidad única para demostrar que se había aprendido la lección, pero el partido una vez más defraudo y demostró todo lo contrario.

Y ahora, volveremos a la discusión interna ad portas de elegir a la nueva directiva. Y esto puede marcar, nada más y nada menos, el fin definitivo de nuestro conglomerado. La disyuntiva ahora es cerrar la puerta definitivamente, o iniciar un nuevo ciclo con recambio real, volviendo a las bases, llegando a la ciudadanía donde se nos necesita y aportando en la construcción del país que nos merecemos.

Tenemos bases claras para esto, después de un congreso ideológico que buscó volver a dar una línea clara de cómo somos, qué queremos ser y qué queremos para nuestro Chile. Pero en los últimos años nos volvimos un partido de defensas presidenciales, que busca sobrevivir con los mismos de siempre, donde las decisiones internas se siguen tomando entre algunos pocos, en la casa de alguien.

Como joven militante, espero ver competencia en la interna, pero una competencia que le haga honor a su palabra, que sea limpia y justa, aunque a muchos les pueda costar entender esta forma de hacer buena política. Espero ver a esos, que llevan años en comunales, regionales y en la nacional, dar un paso al costado para dar la oportunidad a aquellos que pueden ser mejores representantes de un nuevo proceso interno con miras a lo que Chile y su ciudadanía quiere y anhela.

No estoy pidiendo que desaparezcan, si no que sigan siendo un aporte a la discusión y a la toma de decisiones, pero no a la antigua. Ahora, de cara a la militancia, sin acotar el partido a unos pocos.

Es hora de volver a construir, de volver a ese partido que preparaba a sus bases, que lideraba y levantaba las causas de la gente desde la calle hasta levarlas a oídos del parlamento. Urge renovar a nuestro partido de cara a un futuro prometedor, resulta imperioso volver a la lucha, pero esta vez por una sociedad de bienestar para todos y todas.

Espero no solo ver nombres en esta elección interna, sino también ideas, un programa de trabajo desde lo nacional hasta lo comunal, para así poder volver, a posicionar de buena manera la tan golpeada marca PPD y sentirnos orgullosos del partido del cual somos parte.

Ernesto Fernández
(*) Diseñador Gráfico, feliz padre, en constante aprendizaje de la vida, creo en la org. social para un futuro mejor de todos, amante de mi cueca Chilena. Militante del comunal La Florida. Candidato a consejero comunal en el distrito 12.


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