12 jul 2020

Pandemia y desigualdad social


Nuestra Crisis.

Barricadas y un homicidio marcan nueva noche de manifestaciones ...
(foto radio universidad de Chile)

Según una investigación de CIPER, al 19 de junio, el Hospital Padre Hurtado es el que presentaba la mayor tasa de mortalidad por Coronavirus, con un 25,1% mientras que, en el otro extremo, la Clínica Las Condes muestra una tasa de solo 5%.

Este único dato, refleja lo que ha significado el COVID 19 para Chile. La pandemia vino, entre otras cosas, a representar de manera concreta las críticas al modelo, que retumbaron con tanta fuerza por todo el país a partir del 18 de octubre del año pasado.

La crisis sanitaria, develó lo precario del sistema de salud, pero también desnudó la profunda desigualdad que encierra el modelo y la fragilidad de nuestra economía, echando por tierra la premisa tan promovida y manoseada del oasis, del jaguar de Latinoamérica y del milagro económico chileno.

En ese contexto, la respuesta del gobierno ha sido insuficiente, derechamente mezquina y desprolija, mostrando completa incapacidad para atender las necesidades de una gran mayoría de compatriotas, dejando además serias dudas en torno a la eficiencia y eficacia de las medidas que se han implementado. El mejor ejemplo es la entrega de cajas de mercadería, el IFE y los créditos para emprendedores, que no llegan a todos los que hoy lo requieren, poniendo en completa indefensión a la clase media, a la que solo se le ofrece endeudarse, como si no fuera suficiente que ya el 75% de los hogares esté endeudado.

La oposición en tanto ha zigzagueado, mostrándose incapaz de poner por delante el bien común y la unidad como estrategia política para hacer frente a uno de los gobiernos más nefastos en la historia de nuestro país. Algunos incluso, han pretendido revivir la vieja política de los acuerdos, sin embargo, solo han demostrado obsecuencia y debilidad, frente a un gobierno que no se detiene ni vacila a la hora de quitar o restringir derechos a los ciudadanos.

UN PPD QUE DEBE RECUPERAR COHERENCIA.

En este cuadro, el PPD aparece como un partido sin la suficiente convicción para hacer oposición real y defender los intereses de las grandes mayorías, dado, fundamentalmente, a la actuación de algunos parlamentarios que se alinean con la derecha, muy lejos del sentir mayoritario de la población.

Para recuperar la credibilidad perdida, el PPD primero debe recuperar la coherencia y el apego a principios democráticos en el actuar de sus representantes y en la acción política diaria. Pero quizás, también se debe revisar la declaración generada en mayo de 2019, en donde se define a la colectividad como progresista de izquierda democrática y liberal. Evidentemente el contexto generado a partir de la revuelta de octubre pasado es muy distinto al de ese minuto. Nuestras respuestas como partido han quedado al debe y resultan ser insuficientes.

Hoy, toda fuerza política que se reconozca de centro izquierda, debe plantearse con determinación la tarea estratégica de superar el neoliberalismo, recuperar y/o ganar derechos sociales, políticos, económicos y culturales que vayan en directo beneficio de la población, dejando atrás viejos cantos de sirena que llamaban únicamente a humanizar el modelo y que planteaban que los cambios solo se podían hacer en la medida de lo posible.

La amplitud y diversidad de pensamiento, que inicialmente fueran una virtud o atributo del PPD desde su fundación, en estos momentos de convulsión y reacomode de las fuerzas, generan más bien confusión y desprestigio. Hoy más que nunca debemos fijar un domicilio político claro, desde la izquierda democrática, pero sin amarres ni traumas. Aún estamos a tiempo.






Jorge Hidalgo
PPD Atacama