Crisis sanitaria
¿Pandemia en descenso?
El doctor Bernardo Martorell, presidente de la Comisión nacional de Salud, del PPD, reflexiona sobre el reciente informe del ministerio de salud en donde se señalan indicadores "optimistas" respecto del control de la pandemia. ¿Cuánto de efectividad hay en dicho informe?
1.- Bernardo, el informe del
Ministerio de salud, hoy 16 de julio, arroja indicadores que el Ministro Paris
señala como "optimistas", en cuanto a que indicadores críticos se
muestran hacia un descenso. ¿En tu opinión qué de efectivo tiene este informe?
![]() |
Doctor Bernardo Martorell, ex Jefe de la división de planificación del ministerio de Salud, en el segundo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. |
Los datos han estado en cuestión desde el inicio de
la pandemia por diversos motivos metodológicos y de transparencia. Ahora bien, a pesar de esto, podemos observar
que, sin cambios de metodologías ni de criterios para la toma de exámenes, hay
una reducción progresiva en el número diario de confirmados. Esta cifra, en los últimos 10 días, ha estado
en torno a los 2.000 casos por día. Lo
que siempre ha estado en cuestión, y lo sigue estando, es que con este número
de exámenes, y un nivel de positividad aún elevado, no tenemos la certeza de
estar pesquisando todos los casos, y por lo tanto, se ha de suponer, que hemos
tenido un sistemático sub reporte del número de casos a lo largo de toda la
epidemia. Esto no ha variado y cualquier
análisis debe tenerlo en cuenta.
"...para tener una reapertura en buenos términos, tanto desde la perspectiva sanitaria como económica, se deberán cumplir una serie de indicadores que la Comisión Asesora Covid ya nos ha adelantado"
2.- Hace unas semanas
se indicaba que entre julio y agosto estaríamos ya en el tope de la pandemia.
¿Lo informado hoy es una señal de que el término del proceso pandémico está más adelantado
y que se podría pensar en un retorno a ciertos niveles de recuperación, más pronto?
El peak de la curva de casos diarios fue a mediados
de junio, luego de lo cual hemos observado un descenso mucho más paulatino que
el ascenso. Hay que recordar que la
curva nacional está comandada por la curva de la región metropolitana. Cualquier “retorno” en esta región debe
considerar un conjunto de indicadores que permiten resguardar que no sucederá
nuevamente un peak semejante al que ya hemos visto. En ese sentido, el número de personas
contagiadas y por tanto teóricamente inmunizadas, siguen siendo bastante pocas
y se mantendrá en latencia un riesgo de nuevos peak, menores o mayores a la
primera. El descenso observado
responde al agotamiento de personas susceptibles en los nichos que los actuales
patrones de movilidad y contacto social han creado. Es decir, en cuarentena, pero con niveles de
movilidad debido a actividad económica que no ha cesado se están agotando los
nichos ecológicos que el virus ha podido permear. Sin embargo, una vez que comiencen a cambiar
dichos patrones de movilidad, se abrirán nuevos nichos de susceptibles que
pueden contribuir igual o en más casos que la primera oleada que estamos
superando. Por tanto, una reapertura
que facilite una reactivación económica pero que no asegure las condiciones
sanitarias puede terminar generando un nuevo peak, y nuevos cierres de la
actividad social y económica. Para
evitar esto, y tener una reapertura en buenos términos, tanto desde la
perspectiva sanitaria como económica, se deberán cumplir una serie de
indicadores que la Comisión Asesora Covid ya nos ha adelantado, en relación a
la circulación viral, la capacidad del sistema para monitorear, detectar y
aislar los casos y contactos, y del sistema de salud para absorber casos
críticos.
3.- El informe también
señala que dados los nuevos indicadores hay más respiradores disponibles y no
debieran ocurrir colapsos en los sistemas asistenciales. ¿Estamos frente a
indicadores optimistas?
Si bien hay una reducción en el número de casos
graves en unidades críticas y un aumento en el equipamiento, el sistema de
salud sigue estando crítico significativamente por sobre su capacidad de
respuesta. Y esto es solamente
considerando Covid, lo que ha absorbido una gran cantidad de los recursos
físicos y humanos durante este período, con especialistas de diversas áreas
dedicados al cuidado de pacientes que en condiciones normales no estarían
atendiendo. Las patologías no Covid han
estado en una situación de dificultad para acceder a las prestaciones
necesarias, y se está acumulando un daño en la salud de estas personas que va a
generar una nueva sobre carga al sistema.
Las situaciones que han vivido las personas y los equipos de salud en
los sectores más vulnerables del país no han sido reflejadas adecuadamente en
los medios tradicionales de información.
Las difíciles decisiones de elegir a quien admitir a las unidades de
cuidado intensivo, la falta de
atenciones para personas con enfermedades crónicas o incipientes, que cuando no
son tratados a tiempo, terminan en una situación de mucha mayor gravedad.
"Otros países no permiten que funcionen empresas que no cumplen condiciones mínimas. Lo mismo debemos exigir acá, y ello no está ocurriendo".
4.- ¿Qué indicadores
reales debieran ser considerados para aventurar una hipótesis de control de la
pandemia y su eventual pronto descenso y por tanto, por ejemplo, iniciar el
levantamiento de cuarentenas?
Lo primero es tener certeza del verdadero número de
personas que se contagian día a día. En
estos meses se ha reforzado de manera sustancial la disponibilidad del test
para Coronavirus, pero uno esperaría que el nivel de positividad de los test
sea mucho menor a 5%, acercándose al 1%,
cuando hemos estado muy por sobre esas cifras desde el inicio. Esa relación, y necesariamente desagregada
por territorio, es el piso mínimo para tener una seguridad suficiente que
estamos “encima” de la epidemia, y que las cifras de casos diarios reflejan la
realidad de lo que está pasando. Luego,
uno se puede preguntar cuanta transmisión hay en cada territorio, y con ello,
tomar decisiones sobre mayores o menores niveles de apertura. Así mismo, de manera permanente se espera
contar con la disponibilidad de recursos en los hospitales y en la atención
primaria para atender a los casos que surgen, como también a todas las
patologías no-Covid. Tan importante
como todo lo anterior, es que tengamos indicadores que nos brinden la certeza de que
está funcionando de manera eficiente y efectiva la detección y aislamiento de
los casos y contactos: la llamada estrategia de Testeo, Trazabilidad y
Aislamiento o TTA. Es decir, si los equipos de atención primaria son capaces de detectar, mediante un testeo
intensivo, cualquier caso, de encontrar a todos las personas que hayan estado
en un contacto estrecho con esos casos, y de lograr un aislamiento efectivo y
supervisado de todos estos durante 14 días.
Finalmente, habrá que contar con sistemas que aún no existen, y que
tengan sus propios indicadores de monitoreo, para reflejar que ciertas
actividades se realizan con “seguridad sanitaria”. Por ejemplo, certificaciones de “lugares
seguros para trabajar”, o protocolos similares para centros educacionales,
comercio, transporte, entre otros. Otros
países no permiten que funcionen empresas que no cumplen condiciones
mínimas. Lo mismo debemos exigir acá, y
ello no está ocurriendo.Que estos
puntos de potenciales contagios, pero relevantes para el quehacer nacional,
hayan implementado medidas y que estas medidas sean fiscalizadas de manera confiable y permanente por autoridades correspondientes. De contar con indicadores que nos reflejan todas
estas situaciones descritas y que sean parte de un reporte periódico del
gobierno, podremos estar en condiciones de conducir una estrategia de
reapertura en fases de ciertas actividades económicas, sociales, educacionales,
etc.
"El cambio cultural tiene que ver también con entender que nuestras acciones afectan a los demás, que somos interdependientes, mensaje contrario al individualismo reinante en la sociedad contemporánea"
5.- En el hipotético
escenario de ir recuperando cierta normalidad básica en las ciudades,
¿Consideras que el país, la gente en general, entienden que la pandemia sigue
latente y no se produzcan excesos de entusiasmo, como los que hemos visto en
otros países que se vieron obligados a implementar nuevas cautelas?
Muchas personas siguen pensando que esta situación va a terminar pronto. Pero hay que entender que estamos frente a una amenaza que permanecerá con nosotros durante años. Es decir, el término “nueva normalidad” si bien fue criticada en su momento por la precocidad y forma con la que se planteó, es un término acertado para describir nuestra realidad de aquí en adelante. La normalidad es con Coronavirus, la que no tiene un final a la vista.
Más errado es el término “retorno seguro”, ya que un retorno a como vivíamos antes no habrá, al menos por un par de años. Esta semana lo dijo el propio director de la Organización Mundial de la Salud: que un final previsible a la pandemia no habrá. Por tanto, lo más sano es hacer el duelo, aceptar lo anterior y ponerse en la situación de que este cambio es para siempre. Y con esa idea, rediseñar nuestras vidas, nuestra economía, nuestro formas de socializar, nuestras formas de estudiar y aprender, nuestra forma de hacer democracia, etc. Mientras antes lo hacemos, será mejor. Pero si vivimos en la negación, será más doloroso.
Pandemias han marcado de esta manera toda la historia de la humanidad, y los cambios culturales se imponen, tarde o temprano. Pero estos cambios aún se resisten y vemos cómo empresas siguen sin implementar medidas serias para evitar contagios, que las personas aún no incorporan que lo más importante es auto-aislarse ante cualquier síntoma, y así sucesivamente. El cambio cultural tiene que ver también con entender que nuestras acciones afectan a los demás, que somos interdependientes, mensaje contrario al individualismo reinante en la sociedad contemporánea. Quisiéramos que el gobierno conduzca un proceso de cambio cultural intencionado, movilizando la totalidad de sus recursos en esta dirección y sin limitaciones ideológicas, alineando a todo el Estado y sociedad civil en este que es el mayor desafío de nuestra era.
<< Inicio